Tenis

La leyenda de Nadal sigue intacta

Rafa continúa con buenas sensaciones y gana en Brisbane a Kubler, que salió intimidado ante el mito pese al año que ha estado parado

El español Rafael Nadal se impuso este jueves con contundencia por 6-1 6-2 al australiano Jason Kubler en la segunda ronda del torneo de Brisbane, en su segundo partido tras su victoriosa reaparición ante el austriaco Dominic Thiem el martes. EFE/ZAIN MOHAMMED PROHIBIDO SU USO EN AUSTRALIA Y NUEVA ZELANDA
Nadal venció a Kubler 6-1 y 6-2ZAIN MOHAMMEDAgencia EFE

La victoria de Rafa Nadal ante Jason Kubler (6-1 y 6-2) en los octavos de final de Brisbane hubiera sido un triunfo rutinario más en el Rafa de los últimos quince años, menos el pasado. Este ha estado sin competir, incluso sin una raqueta en la mano gran parte de él, recuperándose de una lesión en el psoas y una operación, por tanto no hay nada de normal en vencer con esa facilidad tras un parón tan largo, por mucho que su oponente sea el 102 del mundo, que ya tenga 30 años y que no haya sido un habitual en el circuito ATP. Cada derecha que da el manacorense, cada minuto en pista, cada victoria, es un paso más para volver a una situación parecida a la de antes.

Mientras supera ese proceso, Nadal ha podido comprobar que hay algo que sigue intacto: cuando entra en una cancha de tenis no juega sólo él, también lo hace su leyenda. Tenistas como Rafa, Djokovic o Federer (cuando estaba en activo) empiezan los partidos con una ventaja moral que en el caso del manacorense no ha desaparecido con la inactividad. Imponen, dan miedo. A Kubler le costó entrar en el partido en la Pat Rafter Arena, como si a su edad ya fuera un premio el hecho de enfrentarse al mito. Lo decían su gestos, la celebración del primer punto que consiguió por sí mismo, para lo que tuvo que esperar cuatro juegos. Sacó el puño y mostró una sonrisa significativa. En los tres juegos anteriores había sumado uno más, pero por una doble falta de Rafa.

"Tengo que jugar muy concentrado"

Al respeto con el que salió Kubler, se añadió que el zurdo tampoco le dio oportunidades para ser optimista. Comenzó el ganador de 22 Grand Slams con un "ace", la primera rotura la logró en blanco y se le vio con ganas de pelear cada punto, sin la intención de ceder ni regalar nada. Con el 3-0 y después de que el australiano le remontara en 15-40, siguió enchufado Rafa para el doble break, que culminó con un remate de espaldas a la red espectacular, de pura precisión y técnica; con 5-1 y 0-40, no se dejó ir para que el primer set acabara ahí y recuperó esas tres pelotas de rotura. "Necesito habituarme a la competición y entender los momentos del partido donde debes relajarte un poco o donde debes apretar. Todavía no soy capaz de hacer eso y tengo que jugar muy concentrado", afirmó el balear.

Al final de ese primer set y después de ser atendido por unas molestias en el codo, Kubler se creyó por fin dónde estaba y hubo más partido. Empezó a tirar mejor, con más intención, a subir a la red, a volear... También bajó un poco el rendimiento de Nadal, algo afectado por la humedad que había, que suele ser un problema para él por todo lo que suda, pero todavía siguió siendo mejor el español que, por si acaso, comenzó el segundo parcial con una nueva rotura, para ir ya por delante en todo momento.

Todo son buenas noticias para Rafa hasta ahora en su participación en Brisbane: está golpeando con confianza y en los dos partidos suma algo menos de tres horas, perfecto para coger ritmo y no acumular demasiado cansancio. El viernes le espera otro australiano, Jordan Thompson, y otra prueba, pues jugará sin un día de reposo por medio.