Fórmula Uno
La trastienda del fichaje de Adrian Newey por Aston Martin
La llegada a la escudería británica del diseñador más exitoso de la F-1 en 2025 tapa todo lo que rodea el Gran Premio de Azerbayán
Puede que el fichaje de Adrian Newey por Aston Martin haya sorprendido a algunos. Pero el diseñador inglés sabe muy bien dónde va y por qué. El gurú ha elegido la escudería británica como su próximo destino a partir de marzo de 2025, aunque es muy probable que empiece a trabajar ya desde su casa en el monoplaza de 2026, que es el siguiente reto que afrontan los equipos de F-1. La próxima temporada será la última con el actual reglamento y no merece mucho la pena invertir en un desarrollo que tiene fecha de caducidad.
¿Qué es lo que ha convencido a Newey para recalar en Aston Martin? Al margen del sueldo –más de 20 millones de euros al año– y el ofrecimiento de una pequeña parte del accionariado de la compañía, que es realmente lo más importante porque en un momento dado podría valer una millonada, lo que ha enamorado a Newey es el reto que representa Aston Martin. Sus nuevas instalaciones y el nuevo túnel de viento, el más moderno de la Fórmula Uno, eran ingredientes más que apetecibles para Newey.
Su llegada no es garantía absoluta de éxito. El éxito o el fracaso de un proyecto en la F-1 van más allá de una asignación individual. El británico es el ingeniero que más títulos suma, 13 de pilotos y 12 de constructores, entre McLaren, Williams y Red Bull. Ha hecho monoplazas increíbles, pero también ha protagonizado fracasos sonados tanto en Williams como en McLaren e incluso en su actual escudería. Su empeño por hacer funcionar una idea que fracasó en Mercedes el pasado año puede que le pase factura este mismo curso.
La gran incógnita es si será capaz de hacer un buen monoplaza en 2026 para Aston Martin. El inglés suele aprovechar muy bien los resquicios de los nuevos reglamentos y es siempre el primero que sabe interpretar cada artículo de la norma. Además, a este reto se une el cambio en el suministrador de motores de Aston, que a partir de ese año será Honda, que ya tiene experiencia con Newey a la hora de adaptar el chasis. Pero Newey es una gran aerodinamicista y el nuevo reglamento reduce considerablemente la trascendencia de este aspecto. El británico es el encargado de lanzar siempre las primeras ideas, los primeros bocetos y a partir de ahí, un ejército de ingenieros se pone a hacer cálculos para encontrar la viabilidad del proyecto. Y puede que el ejército no sea tan bueno o esté tan desarrollado como en otros equipos, caso de Red Bull o Mercedes. Y eso por no hablar del tema de producción, ya que las escuderías de F-1 se fabrican gran parte del monoplaza salvo algunos suministros fijos.
Newey siempre quiso ir a un equipo modernizado y, por supuesto, no salir de Gran Bretaña, un requisito indispensable para su vida familiar. En Silverstone, sede del equipo, se encontrará con pupilos suyos como Dan Fallows y otros superfichajes como Enrico Cardile, otro aerodinámico procedente de Ferrari y gente con tanta experiencia en la F-1 como Bob Bell, director técnico que fue una persona clave en la consecución de los títulos de Alonso en 2005 y 2006.
Aston Martin planificó las obras de su nueva fábrica y túnel de viento antes de que la FIA impusiera un límite presupuestario y eso puede que le beneficie en los próximos años. Eso sí, había que buscar la financiación y el actual accionista mayoritario, Lawrence Stroll, supo encontrarla. Sacó al equipo de su situación concursal y en unos años lo ha convertido en uno de los lugares con mayor futuro de la F-1. Hay dinero, responsables tecnicos muy eficaces y las mejores instalaciones.
El director de Aston Martin, Mike Krack, considera que la llegada de Newey puede provocar que Fernando Alonso quiera prolongar su contrato más allá de 2026. El bicampeón del mundo cumplirá 45 años durante ese curso. «Puede que Fernando quiera quedarse más tiempo. No hemos tenido esas conversaciones, pero está claro que tiene un largo futuro en este equipo», asegura.
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