Tour de Francia
Vingegaard le roba la sonrisa a Pogacar
El danés completa una crono para la historia y da un golpe casi definitivo a una general que ya parece inalcanzable para Tade
No se le puede pedir más a este Tour de Francia. Igualdad máxima entre los dos grandes ciclistas de la época, Pogacar y Vingegaard, Vingegaard y Pogacar, valientes, descarados. Parecía imposible que se rompiera la exagerada igualdad hasta el día de hoy.
Este martes, en una contrarreloj atípica por ser los únicos 22 km de contrarreloj individual en esta edición del tour, la cifra más baja de los últimos tiempos, Vingegaard ha dado un puñetazo brutal encima de la mesa arrancándole 1 minuto y 38 segundos a su rival directo Tadej Pogacar, dejando al esloveno a 1’48’’ en una clasificación general que parece decantada.
También ha habido cambios en la 3ª posición del podio. Carlos Rodríguez no ha podido defender su bronce y cae a la 4ª plaza, a solo 5’’ de Adam Yates, por lo que sigue aspirando al podio en París.
Se sabía que era una contrarreloj trampa, con subidas que podrían marcar diferencias y con un último muro de casi 3 km al 9%. “Es corta pero me gustan las cronos cortas. Es difícil encontrar el ritmo y me gusta cuando hay muchos cambios de ritmo”, advertía Vingegaard antes de la etapa. Su rival, Tadej Pogacar, se mostraba también esperanzado antes de que llegara su turno: “¿Diez segundos? A estas alturas esperaba estar más retrasado”, aseguraba antes de confirmar que tenía el recorrido más que estudiado.
Ha salido volando Pogacar, con la sensación de que el esloveno se encontraba en uno de aquellos días en los que su inspiración le lleva a un nivel inalcanzable para el resto de mortales. 2’ por detrás, haciendo honor a su condición de maillot amarillo, Vingegaard despegaba con un pedaleo un poco menos constante, más nervioso.
El tiempazo de Pogacar en el primer intermedio, colocándose líder provisional de la etapa, no ha sorprendido; sí que lo ha hecho Vingegaard al pasar por el mismo punto, en el que ya se ha visto el primer gran arañazo: 16 segundos en tan solo 10 minutos de contrarreloj.
Iba avanzando la etapa y el monstruo de Jumbo se iba haciendo cada vez más grande, sin opción para un Pogacar que ha querido ser fiel a la estrategia planeada por su UAE y ha cambiado la bicicleta antes de subir el último muro, perdiendo aún más tiempo del que ya llevaba acumulado.
En una crono ya histórica, Vingegaardrompe la igualdad tras dos semanas sin diferencias y coloca una distancia de 1’48’’ en una general que se convierte ya en una utopía para Tadej Pogacar, hasta hoy máximo favorito para vestirse de amarillo en París.
Jonas, hoy, era el que no podía esconder su sonrisa. Y así parece que será hasta París.
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