Economía

Los españoles no quieren coches eléctricos al menos hasta 2030

El 70% no se plantea comprar vehículos sin emisiones en esta década

El coche eléctrico tendrá poca presencia urbana hasta 2030
El coche eléctrico tendrá poca presencia urbana hasta 2030larazon

A pesar de que España necesita miles de vehículos eléctricos para cumplir con los requisitos de reducción de emisiones de CO2 exigidos por la Unión Europea para el año 2050, aún se encuentra a la cola en lo que a implantación se refiere. Actualmente, mientras el Gobierno lucha por fomentar iniciativas como el Plan Moves (un programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible para las comunidades autónomas dotado con 65 millones de euros), existe un 70% de españoles que no se plantea comprar un vehículo eléctrico en la próxima década. Esta cifra dibuja una situación en la que se describe la escasa aceptación de estos vehículos en la sociedad española, al menos, hasta 2030.

El principal problema que se encuentra una persona que quiere adquirir un vehículo eléctrico es el precio. Concretamente, el 63% de los españoles piensa que el valor de mercado de estos coches está aún muy alto, según muestra OcasionPlus en su último estudio. «Normalmente, suelen ser más caros que los vehículos de combustión. Además, las subvenciones del Estado son escasas y cada año tienen unas condiciones distintas», apunta Raúl Morales, director de comunicación de la patronal Faconauto. Actualmente, la dotación de 5.500 euros en ayudas a la compra parece ser insuficiente para gran parte de los conductores. Incluso si se adhieren al Plan Moves, con el achatarramiento del vehículo en caso de que éste sea de más de 10 años, la inversión en un coche menos contaminante resulta «de difícil acceso para muchos».

Otro de los obstáculos que frenan a los españoles a la hora de invertir en estos vehículos es el rango de autonomía. Según la empresa concesionaria, «el 56% considera que la autonomía es escasa en los modelos de gama media». También «la ausencia de puntos de recarga es otro de los factores que frenan la compra de los vehículos eléctricos, sobre todo en autopistas y carreteras», concreta Morales, ya que pese a la mejora que ha experimentado la tecnología de las baterías en los últimos años, «sigue siendo insuficiente para la mayor parte de los compradores».

Como resultado, el experto hace hincapié en que lo que se necesita es un «plan país» para impulsar la expansión del vehículo eléctrico, «y esto es algo que no está ocurriendo». De lo que se trata es de que «el vehículo eléctrico pueda llegar a toda la población y de que se genere una industria alrededor de la automoción capaz de atraer tanto a las inversiones de nuevos modelos eléctricos, como a las fábricas de baterías para esta flota», subraya Morales. En este sentido, Faconauto aboga por «una política decidida por la movilidad eléctrica, un plan de puntos de recarga, la flexibilización de las normativas, un cambio en la fiscalidad del automóvil –para que el vehículo eléctrico tribute de manera más baja– y una cartera de estímulos económicos para que más ciudadanos tengan acceso a la compra de estos coches».

Por el momento, España sigue retrasada en la carrera de la movilidad eléctrica. «Es un proceso que será gradual y que requerirá que se combinen todas las tecnologías», agrega Morales, «y hasta que no se haga eso, los españoles solo dispondrán de las alternativas actuales, los vehículos de combustión y los híbridos», siendo estos últimos una alternativa cada vez más presente en la mente de los compradores, concretamente del 48% de los españoles. Lo que está claro es que en 2020 se van a endurecer las políticas de automoción y tanto el Gobierno como los concesionarios y los compradores «se tienen que concienciar de que los coches matriculados no pueden superar los 95 gramos de CO2 por kilómetro, por lo que habrá que tomar medidas que reduzcan la cifra de los 118 gramos que registró España de media el pasado año».

En cualquier caso, la energía sigue siendo una asignatura pendiente para siete de cada diez hogares, que no están dispuestos a optimizar su consumo. De hecho, solo el 40% está dispuesto a invertir en su vivienda para mejorar sus condiciones energéticas, pese a que podría generar un ahorro de hasta 2.000 euros al año, según Acierto.com.