Familia

El Banco de España alerta de una caída del gasto de los hogares “inédita en décadas"

El supervisor bancario retrasa sus previsiones macroeconómicas. Pide movilizar 500.000 millones del mecanismo financiero europeo, un fondo de desempleo europeo y la emisión de «eurobonos». Critica no haber creado un «colchón» financiero durante la recuperación para afrontar mejor la crisis sanitaria

La expansión por Europa y el resto del mundo de un virus llegado de China ha hecho «descarrilar» de modo abrupto en apenas un mes la evolución de la economía mundial. Así lo refleja en su informe trimestral el Banco de España (BdE), en el que debían figurar las primeras proyecciones macroeconómicas a medio plazo del año y que «dada la incertidumbre inusualmente elevada» se posponen hasta que haya indicadores fiables que permitan establecer algunas certezas, en línea con otros bancos centrales como la Reserva Federal estadounidense. El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos ha considerado que la proximidad de la declaración del estado de alarma hace que no se disponga todavía de indicadores que permitan medir con un mínimo de rigor y precisión la magnitud –negativa, en cualquier caso– y la duración de los efectos de la crisis sobre la actividad y el empleo.

Sin embargo, el supervisor sí ha detectado un «impacto muy pronunciado» en el gasto de los hogares y las empresas al que se suma la «práctica desaparición» del turismo receptor. Las medidas de confinamiento, que se estiman necesarias, han precipitado «una profunda retracción del gasto de familias y empresas, en un contexto de aumento de la incertidumbre, hasta niveles probablemente inéditos en décadas». La contracción del gasto en bienes de los hogares se anticipó, además, a la acción del Gobierno, ya que las familias cortaron bruscamente su nivel de consumo durante los días previos a la declaración del estado de alarma, el pasado sábado 14 de marzo.

Aunque no hay datos que evalúen el impacto sobre el empleo, el informe advierte de que «con mucha probabilidad, está siendo muy significativo». Pese a todo, los expertos del Banco de España consideran que «la mayor parte de esta pérdida de puestos de trabajo se recuperará si, como cabe esperar, la perturbación es transitoria».

Al margen de la brusca irrupción de la crisis sanitaria, la economía se movía en enero y febrero por derroteros positivos. De hecho, los modelos del organismo proyectaban un crecimiento en el entorno del 0,4% para el primer trimestre, recoge el informe, que destaca que los datos de afiliación a la Seguridad Social mostraron una «notable mejoría» y el comportamiento del empleo fue «algo mejor de lo esperado».

Pero una vez que la pandemia ha arrasado todo, la «primera línea de defensa» para evitar la persistencia de los nocivos efectos económicos debe ser la política fiscal. El organismo estima que el volumen de fondos públicos movilizados alcanzaría el 8,8% del PIB. De este volumen total, un 0,5% del PIB supone un aumento directo del gasto, mientras que el resto está destinado a la concesión de avales y líneas de crédito a empresas. En estos porcentajes se incluye el aumento de 3.800 millones de la dotación presupuestaria para afrontar el gasto sanitario derivado de la pandemia, los 600 millones en protección social para provisión de servicios a colectivos vulnerables, las medidas en materia laboral e impositiva y los 100.000 millones en avales públicos. Un gasto ingente que habría sido más fácil asumir si, durante la fase expansiva de la economía, se hubiese aprovechado para construir «un colchón presupuestario que habría permitido afrontar desde una posición más sólida la actual crisis sanitaria».

Por último, el supervisor bancario solicita a los socios europeos la movilización de los 500.000 millones de euros del Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEDE), la emisión de eurobonos y el fondo de desempleo europeo para mutualizar las consecuencias presupuestarias en los países más castigados.

, como España e Italia.