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Pedro Sánchez

Sánchez reconoce que no habrá recuperación económica hasta 2023

Da por hecho que España no tendrá que recurrir a los fondos del MEDE para evitar cualquier peligro de intervención por parte de la UE. Pide a la oposición que "arrime el hombro" para aprobar los Presupuestos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro SánchezAlberto R. RoldánLa Razon

“Todavía quedan meses muy difíciles y no rebasaremos la situación que teníamos antes de la crisis del covid-19 hasta 2023″. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reconoce ya abiertamente que la crisis persistirá al menos durante los dos próximos años, con una recuperación en la que la V asimétrica anunciada en su día por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, será más profunda de lo previsto.

Tras presidir la reunión del Consejo de Ministros, el presidente hizo balance de la legislatura y de lo sucedido tras la llegada de la pandemia, reconociendo abiertamente que el país está inmerso “en una emergencia económica y social”, ante la que garantizó que “la vamos a superar todos juntos”. Sin embargo, quiso dejar claro que la recuperación será más lenta, ya que descarta que tras el verano el crecimiento económico tenga un curva positiva sostenida. Reconoció que hasta 2021 no “tomará impulso” y no “se acelerará en 2022”, y lo hará gracias a los fondos que llegarán del fondo de reconstrucción de la UE, “ese gran acuerdo histórico que hemos logrado en Europa”. Eso sí, Sánchez habla ya de que la recuperación “de los niveles previos al estallido de la pandemia del covid-19 no llegará hasta 2023″.

Para que “cuantos antes” el país inicie esa senda positiva, el presidente advirtió de que además del acuerdo europeo será necesario “un nuevo marco presupuestario” por lo que pidió “resolución y sentido de estado” al resto de formaciones políticas para “aprobar unos Presupuestos fundamentales” en la segunda mitad del año porque “la recuperación precisa de un acuerdo”. Sánchez hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas para “elaborar unos nuevos presupuestos, porque es responsabilidad de todas las fuerzas políticas arrimar el hombro. Hagan las aportaciones necesarias para lograrlo”, dijo en tono conciliador, para dejar atrás unas cuentas que siguen vigentes desde 2018.

Menos firme se mostró Pedro Sánchez cuando afirmó que España “no tiene la necesidad” de recurrir a la ayuda canalizada a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), después de que ayer solicitase a la Comisión Europea acceder a más de 20.000 millones del SURE, el fondo europeo para financiar las prestaciones sociales, tanto de los ERTE como de autónomos y otros. “Con los volúmenes de recursos que estamos volcando, en principio creo que no hay necesidad”. Ese “en principio creo” levantó alguna dudas, que el presidente se apresuró a atajar afirmando que, en cualquier caso, los fondos del MEDE solo se destinarían “a financiar gasto sanitario”.

En este sentido, defendió que España haya presentado una solicitud para acogerse al fondo de reaseguro por desempleo (SURE), por un importe de más de 20.000 millones, con el objetivo de proteger a los trabajadores afectados por suspensiones de empleo. “La oposición dirá que eso es un rescate, yo digo que, efectivamente, es un rescate a los trabajadores y las trabajadoras que necesitan del apoyo de lo público. Se lo vamos a dar con nuestros recursos propios como hemos hecho hasta ahora y vamos a hacer frente a ese coste con la solidaridad europea. Por supuesto que lo vamos a hacer”, subrayó.

La Comisión Europea estima que hasta 18 países accedan al programa SURE, movilizará hasta 100.000 millones de euros con emisiones de deuda de la Unión Europea en el mercado para financiar las prestaciones sociales de cada los estados que hayan contribuido a este instrumento aportando avales a las emisiones.

Sánchez también avanzó el lanzamiento de un plan de inversión en infraestructuras que, entre otros objetivos, se centrará en mejorar la red de Cercanías y cerrar corredores ferroviarios en construcción como el Corredor Mediterráneo o el Atlántico. También anunció una reestructuración del actual Plan Vivienda para centrarlo en dos grandes ejes como son la construcción de pisos para alquiler “asequibles” y el impulso de la rehabilitación, que supondrá movilizar una inversión, pública y privada, de unos 2.000 millones de euros en colaboración con la iniciativa privada y que generará 221.000 empleos. El programa aspira a multiplicar por cuatro el número de pisos que se reforman al año en España, de forma que ascienda a unos 120.000 anuales, frente a los 30.000 actuales, y facilitar la generación de 221.000 empleos.