Cada día se realizan más de 6.000 millones de escaneos en el mundo del código de barras, los cuales están presentes en 100 millones de productos y los utilizan dos millones de empresas en todo el planeta. Pues bien, este 31 de marzo de 2021 el GTIN (Global Trade Identification Number) cumple 50 años.

El código de barras nació como una especie de DNI para cada producto en 1971 después de un largo debate, pues los líderes de la sociedad de consumo decidieron usar un código universal que marcó un hito en la historia de la innovación y tecnología del sector. La simbología que acompaña el GTIN es quien captura y hace posible la automatización de la información de identificación estándar y única de los productos a comercializar a nivel global, además que agiliza los procesos en la compra.

Sin los números, el código de barras sólo sirve para identificar productos (botes de mermelada, de garbanzos o paquetes de lentejas), pero no unidades. En una tienda, el GTIN identifica cada uno de los productos. Por ejemplo, si hay 10 briks de leche y el cliente se lleva uno, el brik, cuando se escanea en caja queda registrado, y así el establecimiento ya sabe que le quedan nueve. Permite a un supermercado saber cuántos productos tiene de cada cosa y, por tanto, cuándo se le están acabando, facilitando así una gestión correcta del stock y garantizado que no haya desabastecimiento, entre otras cosas.

GS1 es la asociación responsable del éxito de este invento y de su trascendencia y aceptación en el mundo y en muchos sectores gracias a los beneficios demostrados. El impacto del código de barras para las empresas fue muy importante: con la digitalización de la información e identificación de sus productos lograron acceder a mercados que estaban fuera de su zona, además de llegar a más consumidores.

Si bien ya han pasado 50 años desde su invención y su uso se ha masificado en muchos sectores por los grandes beneficios que brinda, los recientes hechos que han llevado al aceleramiento de la digitalización han confirmado su relevancia para el próximo medio siglo. Se ha innovado de una simbología lineal de código de barras a una simbología bidimensional que permite capturar, ya no solo el número del producto, sino información determinante para responder eficientemente a las exigencias del nuevo consumidor digital.

Asimismo, para el comercio electrónico facilita responder con mayor agilidad e inmediatez y, sobre todo, a relevar mayor información que brinde control y seguridad en la cadena de suministro, que en el contexto actual de la pandemia cobra una mayor importancia para lo que son los alimentos y, principalmente, la salud por el proceso de vacunación por la Covid-19.

El primero de los dígitos representa el tipo de producto; los cinco siguientes son el código del fabricante, y los siguientes cinco sirven para identificar un producto específico. El último dígito es de verificación.