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Ahorro

Apagar la calefacción en habitaciones que no se usan para ahorrar: los expertos revelan si esto es buena idea

Varios especialista coinciden en que esta medida, lejos de generar ahorro, puede aumentar el consumo en determinadas situaciones

Apagar la calefacción en habitaciones que no se usan para ahorrar: los expertos revelan si esto es buena idea La Razón

Con la llegada del frío y la bajada de temperaturas, incluso bajo cero en algunas zonas, muchos hogares buscan estrategias para mantener el calor sin disparar la factura energética. Una de las prácticas más extendidas consiste en apagar por completo la calefacción en habitaciones que no se utilizan y cerrar la puerta. Un comportamiento, a priori, lógico pues si no estás en una estancia, ¿para qué calentarla? Sin embargo, varios expertos coinciden en que esta medida, lejos de generar ahorro, puede aumentar el consumo.

Una idea muy extendida pero equivocada

Aunque la ola de frío anima a subir el termostato, numerosas personas continúan apostando por apagar los radiadores de las habitaciones desocupadas para reducir el gasto. No obstante, esta estrategia suele ser contraproducente al alterar el equilibrio térmico del hogar.

Cuando una habitación permanece demasiado fría, el aire a baja temperatura acaba desplazándose hacia las zonas climatizadas. Esta corriente provoca que los radiadores instalados en el resto de la vivienda trabajen más intensamente para mantener la temperatura programada. A mayor esfuerzo, mayor consumo energético… y una factura más elevada.

Los especialistas recomiendan que, incluso en estancias sin uso, la temperatura no baje de los 12 °C. Para un equilibrio óptimo, la cifra ideal ronda los 16 °C.

¿Y si me ausento de casa?

Apagar la calefacción cuando uno se va de vacaciones durante varios días, o semanas, sí tiene sentido. Sin embargo, hacerlo durante ausencias cortas, como una jornada de trabajo o un fin de semana fuera, suele ser contraproducente.

Al regresar y volver a encender la calefacción, los radiadores funcionan a máxima potencia para recuperar el calor perdido. Este pico de actividad provoca un consumo energético súbito y elevado, anulando el supuesto ahorro obtenido al mantener la vivienda fría.

Más humedad, más problemas

Además del impacto económico, dejar estancias sin calefacción favorece la aparición de humedad. Incluso si solo se trata de una habitación, la humedad relativa aumenta en todo el hogar, generando condensación, moho y hongos. Y cuanto más húmeda esté una habitación, más energía será necesaria para calentarla posteriormente.

Los expertos recuerdan que muchas viviendas pierden calor debido a un aislamiento deficiente. Por ejemplo, un tejado en mal estado puede provocar hasta un 30 % de pérdida térmica, lo que obliga a los sistemas de calefacción a trabajar de más.

¿Cuál es la temperatura ideal?

Para combinar confort, eficiencia y sostenibilidad, las recomendaciones generales son:

  • 17 °C en los dormitorios
  • 19 °C en las estancias principales
  • 22 °C en el baño mientras se utiliza
  • 16 °C en habitaciones desocupadas

Sin embargo, hay que tener presente que, por motivos ambientales, es importante apagar o reducir considerablemente la calefacción durante ausencias prolongadas, aunque el ahorro económico no siempre sea inmediato.