Emprendimiento

Así es el trabajo de un inversor de startups

El día a día de quienes invierten se reparte entre mirar oportunidades y analizar riesgos

Industria startups GOBIERNO DE CANTABRIA 11/07/2024
Ocho empresas cántabras reciben ayudas de ‘Activa Startups’ por más de 300.000 eurosGOBIERNO DE CANTABRIAEuropa Press

Hay muchas historias alrededor de los emprendedores, pero la figura del inversor permanece a menudo en un segundo plano. ¿Quiénes son estos actores? ¿Cómo transcurre su jornada? ¿Cuáles son sus mayores desafíos y satisfacciones?

Rutinas

La rutina de un inversor, lejos de la imagen estereotipada de la toma de decisiones frías frente a una pantalla, puede ser multifacética y humana.

«El típico día de un inversor es como el de cualquier otra persona», afirma con naturalidad Marcos Martín, CEO y fundador de Decelera Ventures. Una normalidad que viene acompañada con una agenda intensa, marcada por la búsqueda constante de nuevas oportunidades y el seguimiento cercano de las inversiones ya realizadas. «Dedicamos mucho tiempo a originar oportunidades por diversos medios», explica Íñigo Laucirica, director de inversiones de Samaipata, subrayando la importancia del contacto con otros inversores en etapas iniciales o similares, así como el uso de diversas herramientas para detectar empresas emergentes en las geografías donde invierten. Semanalmente, su equipo procesa alrededor de 150 oportunidades, de las cuales una decena avanzan hacia conversaciones más profundas.

Paloma Castellanos, directora de Wayra España, coincide en que su día a día se centra principalmente en dos pilares: «encontrar nuevas empresas en las que invertir y aportarle valor al catálogo que tenemos». Esta doble vertiente implica una inmersión constante en el ecosistema, asistiendo a eventos, analizando bases de datos y, sobre todo, manteniendo un flujo constante de conversaciones con emprendedores y otros agentes del sector. Para Victoria Majadas, Business Angel y Presidenta BIGBAN Inversores Privados, la dinámica varía según su dedicación, siendo en su caso una actividad que compagina con su labor profesional. No obstante, la búsqueda de oportunidades a través de foros, contactos y la propia asociación a la que pertenece, marca una parte importante de su tiempo.

Una vez identificadas las oportunidades, comienza un exhaustivo proceso de análisis que consume una parte significativa del tiempo de los inversores. «En una operación normal del fondo, lo que más tiempo suele llevar es tomar la decisión sobre una posible inversión», señala Marcos Martín, detallando la recopilación de información, entrevistas con clientes, otros inversores y el propio equipo emprendedor. Este análisis profundo busca validar la tesis de inversión, comprender el mercado potencial y, crucialmente, evaluar la capacidad del equipo fundador para llevar la idea a buen puerto. En este punto, surge un debate clásico en el mundo de la inversión: ¿qué pesa más, la idea o el equipo? «Si la respuesta es uno u otro de forma binaria, lógicamente el equipo pesa más», sentencia Íñigo Laucirica. Paloma Castellanos se suma a esta visión, enfatizando que «al final tú estás invirtiendo en una etapa muy temprana con un nivel de incertidumbre altísimo, por lo que necesitas que el espacio a explorar sea lo suficientemente grande y tener equipos que tengan hambre, que sean complementarios». Victoria Majadas es categórica al afirmar que, sin duda, lo que más pesa son las personas. «Las ideas pueden modificarse, pueden pivotarse, pueden adaptarse, pero el equipo es el que realmente va a ser el capaz de ejecutar».

Gestión de las invertidas

Sin embargo, no todo es prospección y análisis. Los inversores también dedican una parte importante de su tiempo a la gestión de las empresas en las que ya han invertido.

«La mayoría de los inversores tenemos puestos en consejos de administración», explica Íñigo Laucirica, añadiendo que la carga de trabajo que esto conlleva «depende cuántas compañías tengas en paralelo». Esta labor de acompañamiento implica asistir a consejos, participar en decisiones estratégicas y, en ocasiones, ayudar a las empresas a superar dificultades o aprovechar nuevas oportunidades. «Si le aporta valor al portfolio, hazlo sin duda», es la máxima que Paloma Castellanos transmite a su equipo, reflejando la vocación de apoyo que muchos inversores sienten hacia sus participadas.

En cuanto a lo más sencillo de su trabajo, las opiniones son variadas. Para Victoria Majadas, «invertir no es difícil. Si el emprendedor está en ronda, es facilísimo entrar a participar en una compañía». Sin embargo, esta facilidad inicial contrasta con la complejidad de lo que viene después.

Startup
StartupT. GallardoLa Razón

Por otro lado, cuando se les pregunta por lo más difícil, hay cierto consenso en torno a la toma de decisiones negativas. «Lo más complicado es decir que no porque ves a gente que es muy brillante», reconoce Paloma Castellanos, explicando que los recursos son limitados y la tesis de inversión del fondo debe ser respetada. Esta negativa, sin embargo, se intenta gestionar con transparencia y aportando valor al emprendedor incluso en el rechazo. Íñigo Laucirica apunta a la «priorización drástica» de las miles de oportunidades que analizan anualmente como uno de los mayores desafíos. Marcos Martín coincide en que «lo más difícil de un inversor, o un poco la responsabilidad que tenemos, es invertir en el futuro; en aquellas tecnologías que crees que van a ser bastante disruptivas y que van a tener una adopción de mercado grande». Para Victoria Majadas, «promover y llegar a materializar los ansiados exits» se erige como uno de los aspectos más complejos para los inversores en etapas tempranas.

Por qué merece la pena

Pero el trabajo del inversor merece la pena, muchas veces por las recompensas que conlleva.

«Lo mejor de ser inversor que, por tu posición, tienes el privilegio de hablar y conocer a gente emprendedores que son extraordinarios», afirma Íñigo Laucirica, destacando el aprendizaje constante que supone el contacto con mentes brillantes. Una visión con la que Marcos Martín coincide plenamente. «Lo más divertido es que estás todo el día reuniéndote con gente más inteligente que tú, con gente muy interesante y con gente que te aporta visiones, ideas y reflexiones súper enriquecedoras». Para Paloma Castellanos, «verlas crecer» y recibir el agradecimiento de los fundadores es uno de los momentos más gratificantes. Victoria Majadas encuentra especial satisfacción en «esa etapa inicial de ver proyectos y conocer emprendedores», incluso cuando la inversión no se materializa. «Lo mejor de ser inversor es que estás todo el día con personas que tienen unas visiones súper personales”, resume Marcos Martín.