Europa

Bruselas

Berlín invita a España a una cumbre «secreta» sobre la unión bancaria

Schäuble se reunió ayer con De Guindos y sus homólogos francés e italiano para agilizar un acuerdo

El ministro de Economía, Luis de Guindos, junto a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, a finales de abril en Loja (Granada)
El ministro de Economía, Luis de Guindos, junto a su homólogo alemán, Wolfgang Schäuble, a finales de abril en Loja (Granada)larazon

El ministro de Economía alemán, Wolfgang Schäuble, invitó ayer a Berlín a diferentes responsables europeos y a los ministros de Economía de Francia, Italia y España en una reunión «secreta» sobre la unión bancaria, que sufre un monumental atasco por la posición germana.

Con el objetivo de preparar la reunión del Ecofin del próximo 10 de diciembre, Schäuble quiso debatir con los ministros de Economía de los grandes países de la zona euro, así como con el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, y el presidente del BCE, Mario Draghi, los aspectos encallados desde hace varios meses.

Las últimas reuniones de los ministros de Finanzas europeos en Bruselas acabaron en fracaso, aunque tienen mandato para ponerse de acuerdo antes de fin de año sobre este asunto. Berlín busca un acuerdo de mínimos, siguiendo su espíritu de limitar a los grandes bancos la federalización del sector bancario a nivel europeo. En concreto, no existe consenso sobre la creación del Mecanismo Único de Resolución (MUR) de la zona euro, que será la entidad que deberá decidir el futuro de los bancos en dificultades. El paquete presentado el 12 de septiembre de 2012 por la Comisión establece todo un engranaje del que, por ahora, sólo hay acuerdo sobre el Mecanismo de Supervisión Único (MSU), que confía al BCE funciones específicas relativas a la estabilidad financiera y la supervisión de los bancos. Pero la discusión sigue encallada en cuanto al fondo de garantía de depósitos y el fondo de resolución bancaria. El principal problema es el poder que se otorga a la Comisión, que sería la encargada de decidir, en última instancia, si un banco en dificultades debe ser reestructurado o liquidado. A esta cesión de poder a Bruselas se oponen Alemania, Reino Unido y Suecia. Para argumentarlo, Berlín se escuda en que habría que cambiar el Tratado de la UE para ceder las competencias nacionales de liquidación de bancos.