Telecomunicaciones

Cómo proteger las comunicaciones en situaciones de emergencia

Inclemencias metereológicas o incendios no pueden comprometer servicios básicos

Torres de comunicación Cellnex
Torres de comunicación CellnexCellnex

Las redes de telecomunicaciones, como bien quedó acreditado durante la pandemia de la COVID-19, son una de las infraestructuras críticas de todo país. Su disponibilidad tenía que estar asegurada para que el resto del sistema y de los negocios pudieran seguir funcionando incluso en circunstancias tan excepcionales.

Esto, que la mayoría de las personas descubrimos aquellos meses de 2020, es aún más relevante para los servicios de emergencia. Hospitales, bomberos y policías, entre otros organismos, deben tener completamente asegurada la posibilidad de comunicarse con otros, tanto de forma interna como externa, ante cualquier situación o crisis: terremotos, inundaciones, incendios…

No en vano, la experiencia demuestra que si no existen unas buenas comunicaciones y una coordinación eficiente durante la gestión de catástrofes se suelen producir errores en la fase de respuesta. La rapidez y la eficacia de esa respuesta de emergencia dependen de la disponibilidad de comunicaciones que permitan el intercambio de información entre los diferentes actores en tiempo real o lo más rápido posible.

Por ello, casi todos los países suelen establecer un Plan Nacional de Telecomunicaciones de Emergencia (NETP), en el que se recoge tanto la regulación necesaria para la gestión del riesgo de catástrofes como todas las actividades y acciones que deben desarrollarse y aplicarse en cada una de las fases del ciclo de gestión de catástrofes más allá del sector de las TIC. Esto incluye la representación de mapas que muestren la ubicación y los tipos de peligros a los que se enfrenta el país; la comprensión del panorama de las telecomunicaciones/TIC, los operadores y proveedores de servicios, la disponibilidad de instalaciones y la penetración de los servicios; el desarrollo de procedimientos operativos estándar y planes de respuesta y contingencia; y la consideración de los tratados y acuerdos de cooperación internacional firmados por el país. Por su parte, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) tiene elaborada su propia guía, en la que se pueden consultar algunas de las recomendaciones para elaborar dicho Plan.

España no suele verse afectada por grandes desastres naturales, pero aun así las infraestructuras de telecomunicaciones deben estar preparadas para dar servicio cuando hay grandes inundaciones y los ríos se desbordan o en los incendios forestales.

Torres en lo alto

En nuestro país contamos con centros emisores de comunicaciones críticas. Son reconocibles porque suelen estar ubicados en alta montaña, a más de 1.500 metros. Estas construcciones son clave en las redes de comunicaciones de emergencia. Y Cellnex presta este servicio en prácticamente todo el territorio nacional. Algunas de estas torres de comunicación pueden encontrarse en Alfabia (Mallorca), Montserrat y Rocacorba (Cataluña) o Los Reales (Málaga).

Pero, ¿cómo se protegen estas infraestructuras cuando se produce (desgraciadamente) un incendio forestal? José María Pérez Ruano, director de Operaciones de Red en Cellnex, detalla que el perímetro del centro siempre debe estar desbrozado para evitar que las llamas lleguen a la torre. «Eso nos ha permitido mantener a salvo nuestras instalaciones ya que tenemos que garantizar la comunicación trabajando codo con codo junto a bomberos, policía, brigadas forestales y protección civil», detalla. Es así como se consigue que las redes de emergencia ofrezcan una conectividad permanente, especialmente cuando los cuerpos de seguridad tienen que entrar en acción. «Por eso en temporada de incendios son tan importantes los centros de alta montaña», subraya Pérez Ruano.

Como buena infraestructura crítica, estas torres de comunicaciones cuentan con sistemas de alimentación redundantes para operar si falla el suministro de la compañía eléctrica. En esas situaciones, empieza a funcionar el «grupo electrógeno y por si eso no fuera suficiente, en caso de fallo de los grupos electrógenos, se dispone de bancada de baterías con suficiente autonomía para asegurar el suministro», indica Pérez Ruano.

Gestión en remoto

Además, estas torres de comunicaciones pueden ser gestionadas y operadas en remoto, de forma que, aunque se vieran afectadas por un incendio forestal, no sería necesario desplazar personal a la zona para recuperar las comunicaciones o evitar que se perdieran. «Esta gestión nos permite, por ejemplo, apagar los grupos electrógenos en función de la proximidad de las llamas», detalla el director de Operaciones de Red en Cellnex. De hecho, esta situación se vivió durante el incendio declarado en Sierra de Bermeja (Málaga) el pasado año. «En esa ocasión el incendio duró más de una semana y el mantenimiento y prevención del centro de Los Reales garantizaron que no se interrumpiera ningún servicio».

Cabe señalar que las labores de mantenimiento y de prevención que señala Pérez Ruano han sido hasta ahora completamente eficaces, puesto que no se ha producido ningún incidente en caso de incendio. Precisamente el éxito de las redes de telecomunicaciones de emergencia radica en su mantenimiento y una correcta gestión, lo que garantiza la conectividad a los cuerpos de seguridad y emergencia en todas las fases de una actuación en cuestiones como la predicción, detección, alerta y socorro.