Finanzas
«Crowdlending»: el plan b de la financiación
Las pymes han encontrado en los préstamos participativos una alterativa a la banca. Su volumen ascendió en 2018 a 118 millones.
Una pyme que desea renovar sus equipos informáticos, una empresa que pretende financiar su expansión por todo el territorio nacional o una constructora que necesita comprar material hasta hace pocos años hubieran acudido sin dudarlo al banco para solicitar un préstamo. De esta manera, obtendría (o no) los recursos necesarios para cumplir sus objetivos. Pese a que, hoy en día, la entidad financiera de toda la vida continúa siendo la opción favorita para un gran número de sociedades, lo cierto es que cada vez más, y también particulares, tienen un «plan b». Y es que han descubierto la financiación alternativa. Ya no es extraño, bien porque pueden bien porque no quieren «contar» con la banca, que, sobre todo las empresas, recurran a nuevas fórmulas para conseguir el tan necesario circulante.
Entre estas nuevas opciones, se encuentra el «crowdlending», o lo que es lo mismo, préstamos entre particulares. Estos créditos, tanto para actores privados como para empresas, permiten satisfacer sus necesidades de financiación, además de en operaciones de capital circulante, también para las de inmovilizado o aquellas orientadas al crecimiento.
Se trata de una fórmula de obtención de recursos, alternativa pero también complementaria, que ha experimentado un importante auge en los últimos años, y que cuenta con un gran potencial de futuro. Y como muestra de esta afirmación, un botón. En 2018, el volumen de financiación, tanto de proyectos como de particulares, ascendió a 118,25 millones de euros, según los datos de la Asociación de Crowdlending Española (Acle).
Consolidación
«Este año se ha registrado un aumento de la actividad de ‘‘crowdlending’’ en España, impulsado especialmente por el sector de las pymes que es, por el momento, el que ha liderado el sector de la financiación alternativa en nuestro país. Sin duda, va ganando terreno y, si bien es cierto que todavía queda un amplio camino por recorrer, también lo es que el ‘‘crowdlending’’ se va consolidando como una alternativa real para la financiación llegando cada vez a más inversores y prestatarios», asegura Mireia Badia, vicepresidenta de Acle.
La inmensa mayoría de la financiación empresarial ha ido destinada a financiar proyectos de pymes, con un préstamo medio que se sitúa en torno a los 50.000 euros. No obstante, tal y como apunta Acle, algunas operaciones, especialmente aquellas orientadas a los procesos de expansión de las compañías, superaron con creces esta cantidad, alcanzando el millón de euros.
El «crowdlending» es, por tanto, una forma de complementar la financiación tradicional y bancaria, ya que aporta, por un lado, agilidad y rapidez – los plazos de obtención de fondos son, por lo general, entre un 30% y 50% más rápidos que los de los bancos– y, por otro, diversifica el riegos de concentración de fuentes de financiación, permitiendo contrarrestar ciclos económico de restricción de crédito, como el que hemos vivido recientemente. A diferencia de otras formas de inversión participativa, como el «crowdfunding», el inversor pacta unos intereses y unos plazos de devolución, por lo que la recuperación de la inversión está ligada a que el proyecto en el que se ha invertido tenga éxito.
Aunque, en España, tanto el «crowdlending» como el «direct lending» (procedente de fondos privados de deuda) han tenido en los últimos años una importante progresión, su evolución aún está lejos de la de algunos países anglosajones, como Estados Unidos y Reino Unido, pero también de los asiáticos, como China. En este sentido, para consolidar esta forma de financiación en nuestro país, desde Acle recomiendan una modificación de los límites regulatorios de las cantidades posibles máximas de financiación por promotor y proyecto para aproximarlas a las establecidas en el ámbito europeo, se sitúa hasta en los 5 millones de euros.
En cuanto a las previsiones, Mireia Badia considera que este año será clave para el sector. «En 2019, posiblemente, empezarán a participar más actores relevantes, tanto en la inversión mediante préstamos como en la entrada de capital de algunas de la plataformas y, seguro que también se lanzan nuevas operaciones corporativas relevantes. Desde Acle, seguiremos trabajando tanto en el aspecto regulatorio que nos concierne como en aumentar la visibilidad de ‘‘crowdlending’’ en nuestro país para que cada vez lleguemos a más personas y empresas».
Proyectos sostenibles
La Asociación de Crowdlending Española cuenta con 11 empresas asociadas, entre las que se encuentran las plataformas más importantes del sector, como October, MyTripleA, Circulantis, Grow.ly o Colectual. Precisamente, esta última, prevé en un horizonte de tres o cuatro años salir a Bolsa, debutando así en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), lo que la convertiría en la primera plataforma de «crowdlending» en dar este paso. Colectual , que se ha marcado como objetivo para este año alcanzar los 6 millones de euros de financiación participativa a empresas, con lo que su cifra acumulada se situaría en 9,5 millones de euros, trabaja bajo la premisa de no invertir en operaciones especulativas ni en dinámicas no sostenibles.
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