Crecimiento económico

El año del crecimiento

La Razón
La RazónLa Razón

El presidente de la CEOE y los grandes empresarios coinciden en pronosticar que 2014 será el año del despegue económico. Artículos de Juan Rosell, Antonio Brufau, Luis Miguel Gilpérez, Josep Oliu, Ángel Ron, Luis Gallego, Isidro Fainé, José Sevilla, Antonio Llardén, Javier de Andrés, Juan Miguel Villar MIr, Juan José Hidalgo, Gabriel Escarrer, Ignacio Garralda, Mario Armero, Patricia Abril, Andreas Abt, Javier Ellena y Jesús Acebillo.

En España hemos hecho reformas importantes. Reformas que han culminado ya, otras que están en proceso de consolidarse, y otras aún por iniciar. Queda camino por recorrer en ámbitos como el laboral; en materia fiscal hemos dado pasos importantes, y es preciso abordar la reforma en las Administraciones Públicas. Todo ello, en aras de afianzar los datos positivos que la economía está registrando en los últimos meses, y que invitan a ver el futuro con cierto optimismo. Actualmente, y gracias a los esfuerzos de empresarios, trabajadores de la Administración y sociedad en general, estamos consiguiendo fortalecer nuestra economía. Si vemos las previsiones macroeconómicas de los diferentes organismos nacionales e internacionales, estamos en una situación plana, antesala al inicio del crecimiento, y se prevén incrementos del 0,9% o 1% del PIB para el año que viene.

En este horizonte, uno de los principales objetivos para 2014 es reducir el déficit público, imprescindible para recuperar la confianza plena de los mercados y nuestra credibilidad. Para ello, sería preciso incidir en la racionalización del gasto público corriente, más que en el recorte de la inversión. La austeridad del gasto no debe recaer de forma permanente en las políticas dirigidas a la mejora de la competitividad y el crecimiento. Las medidas de carácter presupuestario y fiscal deben encaminarse al aumento de la actividad económica, que será la que permitirá la recuperación del empleo, el otro gran objetivo para 2014.

Los empresarios hemos mejorado nuestras previsiones, en línea con el resto de organismos; y esos datos nos indican que, con ese porcentaje de crecimiento, el año próximo se podría empezar a reactivar la creación empleo. Datos como la buena evolución de las exportaciones, la incipiente mejora del consumo y el crecimiento en la inversión, o la bajada de la prima de riesgo son alentadores. Y todo apunta a que, una vez culminada la reforma financiera, probablemente el crédito empiece a fluir de cara al año que viene, imprescindible para dinamizar nuestra economía. Signos todos ellos que contribuirán a la recuperación de la confianza, la actividad y el empleo.

El escenario macro que nosotros consideramos para 2014 es de progresiva recuperación. Tras dos años de recesión, el año que viene España mostrará crecimientos cercanos al 1% gracias a la contribución positiva del sector externo y a una menor penalización, e incluso aportación positiva, de los componentes de la demanda interna. Esta dinámica supondrá una recuperación en la creación de empleo esperando que en la segunda mitad de 2014 se genere empleo neto positivo. Los principales riesgos económicos, desde nuestro punto de vista, tienen que ver con la depreciación del sector debido a la intensidad competitiva que mantenemos los operadores, y que está haciendo mella en los ingresos de toda la industria en un momento en el que la exigencia inversora es más fuerte que nunca, pues todos hemos hecho frente a la compra de espectro y estamos, en mayor o menor medida, desplegando nuevas redes fijas y móviles de alta velocidad y capacidad. Sin embargo, vemos un recorrido positivo en la evolución del consumo, que empieza a mostrar mejoras con respecto a los últimos meses. Como ejemplo significativo, en 2014 Telefónica espera seguir liderando el mercado con sus ofertas convergentes en telecomunicaciones, donde tenemos la mejor oferta con Movistar Fusión. El próximo año evolucionaremos Fusión hacia el vídeo y los mejores contenidos gracias a la mejor red ultra rápida de banda ancha fija y móvil del mercado desplegada integrando 4G con fibra óptica hasta el hogar.

Podemos ser optimistas porque, tras haber alcanzado un punto de inflexión, la economía española experimentará en 2014 una paulatina y modesta recuperación, con un crecimiento en torno al 1%. Las perspectivas para España son mejores y la creación neta de empleo podría ya hacerse evidente. La actividad empresarial encontrará soporte en un entorno financiero más benigno, la relajación de la senda de ajuste fiscal, el favorable comportamiento del sector exterior, la menor contribución negativa de la construcción y los primeros efectos positivos de las reformas estructurales llevadas a cabo.

La fase aguda de corrección del crédito está quedando atrás en España. En adelante, la mejoría del ciclo económico, un escenario financiero menos incierto y el avanzado proceso de saneamiento del sector financiero deberían permitir que la actividad crediticia recupere paulatinamente la normalidad.

Por otra parte, España tiene la oportunidad de aprovechar el actual impulso reformista para, además de aplicar con rigor las medidas ya aprobadas, seguir introduciendo medidas que permitan un funcionamiento más eficiente de los mercados y refuercen la competitividad de nuestra economía. De esta forma, se sentarán las bases para lograr un crecimiento económico más elevado y sostenible en el tiempo.

Finalmente, y en cuanto al sector financiero, vivimos un momento transcendental e histórico en la vida de la banca española, porque estamos en camino de contar con un supervisor único a nivel europeo. La banca española se halla en condiciones para encarar con optimismo esta nueva etapa y el AQR a que será sometida previamente. Es un momento interesante que hay que vivir con ganas, porque es clave en la integración europea.

Si de alguna manera podemos resumir cómo se presenta el año 2014 es poner de manifiesto que será mejor que 2013. Haciendo una retrospectiva de los últimos años comprobamos cómo se ha ido concretando el cambio de tendencia con un dato significativo y es que en este año el paro deja de crecer por primera vez desde 2008 y muy probablemente en el último trimestre hayamos visto crecimiento neto del empleo por primera vez en seis años. Además, la demanda interna probablemente también deje de caer por primera vez desde 2007, o al menos estará muy cerca de estabilizarse, con una clara mejora de la confianza del consumidor. La situación de la que partimos ahora nos permite ser más optimistas que hace un año, con unas estimaciones de crecimiento para el año 2014 entre el 0,5% y el 1%. El entorno es también claramente mejor que en 2013 que se pone de manifiesto en la mejor percepción del riesgo España por parte de los inversores internacionales. Además, hemos continuado con los avances institucionales hacia la Unión Bancaria en Europa para poner fin a la fragmentación financiera en la zona euro. Todo ello en un marco de consolidación del crecimiento en Europa y la aceleración del mismo en Estados Unidos que contribuye a que los ajustes que se han realizado en España rindan su fruto de una manera más clara tanto en términos de competitividad como de crecimiento y empleo.

De manera interna, los indicadores de actividad confirmaron un punto de inflexión en 2013, que aleja temores del pasado reciente. En el mercado bursátil, la recuperación del IBEX35 –con uno de los avances más intensos de la Eurozona– es quizá el indicador que mejor adelanta esta visión. Pero no es la única. Así, se ha producido una recuperación de la inversión en bienes de equipo, vinculada en parte al ciclo de existencias pero también a unas mejores perspectivas exportadoras, que está ayudando a reforzar la confianza de los inversores y empresarios en la economía española. Es de esperar que se consolide esta tendencia en próximos años pues ello será fiel reflejo de los avances de la economía española y sobre todo del empleo. Por eso, porque lo importante es consolidar esta mejora y que no se quede en mera estabilización, es clave que se continúe con la agenda de reformas y entender que en el nuevo entorno del euro necesitamos más Europa y más crecimiento.

Prudente optimismo

Cerramos un ejercicio marcado por la atonía y el decrecimiento económico, aunque nos deja señales que apuntan a una incipiente recuperación que puede ser sostenible. La zona euro abandona, con paso lento pero firme, la doble recesión en la que ha estado inmersa.

Desde un punto de vista macroeconómico, por tanto, las perspectivas para este 2014 han de estar marcadas por un prudente optimismo. Es posible prever crecimiento para el nuevo año, pero su continuidad y sostenibilidad van a estar determinadas por las incertidumbres que aún no se han resuelto y las reformas pendientes.

Partiendo de este marco, que determinará todas y cada una de las actividades, el sector financiero afronta un año que será crucial para su futuro y que definirá el mapa bancario europeo de las próximas décadas, ya que en 2014 se crea la unión bancaria.

Mecanismos únicos de supervisión y de resolución y un Fondo de Garantía de Depósitos común para toda la banca europea son instrumentos necesarios para que la unión sea eficaz. Sólo de esta forma se podrá romper, de manera permanente, el bucle negativo entre riesgo soberano y riesgo bancario, vinculación que ha distorsionado los mercados desde el comienzo de la crisis. En el futuro inmediato para llegar hasta la supervisión única, la nueva autoridad supervisora, cuya responsabilidad recae en el BCE, realizará una revisión de la calidad de los activos de las entidades sobre las que va a asumir competencias de supervisión, el denominado «Asset Quality Review» y, posteriormente –en coordinación con la EBA–, un test de resistencia de las diversas entidades a supuestos escenarios estresados. Los bancos españoles que estamos superando la crisis sin ayudas, por nuestros propios medios, estamos preparados para afrontar estos requerimientos.

El reto que tenemos por delante es complejo. Todos los agentes que participamos en el proceso hemos de ser conscientes de la importancia que tendrá en nuestra actividad futura. Pero, sin duda, el papel más importante y fundamental es el de los reguladores, que deben acertar en el diseño de esta fase transitoria para garantizar a los mercados que la eurozona dispone, desde los primeros pasos, de unos mecanismos paneuropeos consistentes y creíbles que aseguren la estabilidad financiera y bancaria. Esto permitirá recuperar el crecimiento económico imprescindible para salir de una crisis demasiado prolongada.

Las perspectivas son claramente favorables. En 2014, los países emergentes más importantes seguirán manteniendo el vigor exhibido durante los últimos años, y los países avanzados conseguirán consolidar una gradual, pero firme, recuperación. Sin embargo, los riesgos persistirán e irán ligados a la gestión de la política económica y, especialmente, a la retirada de los estímulos monetarios introducidos durante los últimos años. En la eurozona, Alemania seguirá liderando la salida de la recesión, con el apoyo de los países periféricos, cuya actividad muestra signos de mejora. En España, esperamos una recuperación moderada pero suficiente para cambiar el tono del mercado laboral. El sector exterior continuará ejerciendo de motor de la recuperación, y la contribución de la demanda interna ganará tracción.

La continuidad de unas condiciones monetarias laxas apoyará la estabilización de los tipos interbancarios, lo que debería facilitar el acceso al crédito.

Vemos 2014 como un año de oportunidades en el que notaremos claramente el cambio del ciclo. Por una parte, la unión bancaria ayudará a equilibrar el terreno para las entidades financieras. Por otra, esperamos que se estabilice el entorno regulatorio tras los muchos cambios que se han introducido.

El próximo ejercicio continuará condicionado por las fuertes presiones sobre la rentabilidad del sector bancario: el proceso de desapalancamiento reduce el volumen de negocio, los bajos tipos de interés disminuyen los márgenes y los mayores requisitos de capital y liquidez aumentan los costes. Sin embargo, un entorno macroeconómico y financiero más favorable y el esfuerzo realizado para reducir el exceso de capacidad ayudarán a mejorar la rentabilidad y acercarla a cotas sostenibles. En este contexto, CaixaBank seguirá impulsando la innovación para ofrecer un mejor servicio a los clientes, que, al fin y al cabo, son el centro de nuestro negocio.

Las perspectivas de Iberia en 2014 están ligadas a la firma de acuerdos con los representantes de los trabajadores que nos permitan incrementar la productividad y nos doten de una mayor flexibilidad y una base competitiva de costes, así como a la recuperación de la economía española, en particular, y de la europea, en general.

Si se confirma la ligera mejora de la economía y la recuperación de la demanda interna en España y en la Unión Europea, se produciría un crecimiento en el tráfico de pasajeros que acabaría con el ciclo negativo en el que nos encontramos desde hace varios años. Si para entonces hemos logrado unos acuerdos sólidos con nuestros trabajadores, Iberia sería una de las compañías que mejor podría responder a las exigencias de los clientes y del mercado. Además, unos acuerdos que sitúen la base de costes de Iberia al nivel de sus competidores nos permitirá incorporar a nuestra flota aviones de última generación, ser más competitivos tanto en el negocio de handling aeroportuario, con la perspectiva de poder presentarnos a los concursos convocados por Aena con vocación de ganarlos, como en el de mantenimiento, y poder volver a abordar la apertura de nuevas rutas y el crecimiento en los mercados en los que ya estamos. En definitiva, supondrían garantizar la sostenibilidad y el futuro de la compañía.

Desde Iberia, queremos seguir siendo la compañía aérea de referencia en España y ser cada vez más líderes en los vuelos entre Europa y América Latina a través de la T4 del aeropuerto de Madrid, nuestra base de operaciones. En 2013 hemos puesto los cimientos para conseguirlo, con la implantación de nuestro Plan de Transformación, la entrada en servicio de la nueva flota de A330-300 para vuelos de largo radio, el lanzamiento de nuestras nuevas cabinas Business y Turista en esas rutas, la renovación de iberia.com, así como la adopción de una estructura tarifaria que se adapta mejor a las necesidades de nuestros clientes. Nuestra nueva imagen corporativa representa la gran transformación que está experimentando Iberia. Con la firma de un acuerdo con sus empleados, Iberia podría tomar impulso para volar muy alto.

Las perspectivas son claramente favorables. En 2014, los países emergentes más importantes seguirán manteniendo el vigor exhibido durante los últimos años, y los países avanzados conseguirán consolidar una gradual, pero firme, recuperación. Sin embargo, los riesgos persistirán e irán ligados a la gestión de la política económica y, especialmente, a la retirada de los estímulos monetarios introducidos durante los últimos años. En la eurozona, Alemania seguirá liderando la salida de la recesión, con el apoyo de los países periféricos, cuya actividad muestra signos de mejora. En España, esperamos una recuperación moderada pero suficiente para cambiar el tono del mercado laboral. El sector exterior continuará ejerciendo de motor de la recuperación, y la contribución de la demanda interna ganará tracción.

La continuidad de unas condiciones monetarias laxas apoyará la estabilización de los tipos interbancarios, lo que debería facilitar el acceso al crédito.

Vemos 2014 como un año de oportunidades en el que notaremos claramente el cambio del ciclo. Por una parte, la unión bancaria ayudará a equilibrar el terreno para las entidades financieras. Por otra, esperamos que se estabilice el entorno regulatorio tras los muchos cambios que se han introducido.

El próximo ejercicio continuará condicionado por las fuertes presiones sobre la rentabilidad del sector bancario: el proceso de desapalancamiento reduce el volumen de negocio, los bajos tipos de interés disminuyen los márgenes y los mayores requisitos de capital y liquidez aumentan los costes. Sin embargo, un entorno macroeconómico y financiero más favorable y el esfuerzo realizado para reducir el exceso de capacidad ayudarán a mejorar la rentabilidad y acercarla a cotas sostenibles. En este contexto, CaixaBank seguirá impulsando la innovación para ofrecer un mejor servicio a los clientes, que, al fin y al cabo, son el centro de nuestro negocio.

Los últimos datos macroeconómicos hacen prever un cambio de tendencia en la economía española en 2014. Confirmar esta positiva evolución a lo largo del año próximo sería, sin duda, una magnífica noticia si además ello contribuyera a generar empleo, porque actualmente el paro es uno de los problemas más graves de nuestro país.

En el caso concreto de Enagás, nuestra previsión es comenzar el año habiendo cumplido objetivos por séptimo ejercicio consecutivo. La prudencia en la gestión ha sido, y lo seguirá siendo en 2014, una pieza clave para poder afrontar nuestros compromisos. La compañía cuenta con una sólida situación financiera que nos permite abordar el futuro con cierta seguridad gracias, precisamente, a que hemos sido cautos y previsores ante una situación de crisis como la actual.

En 2014, la estrategia de Enagás va a seguir teniendo como prioridad el negocio de activos regulados en España, con un objetivo claro: garantizar la seguridad del suministro de nuestro país, tomando todas las medidas necesarias para que los costes del gas natural sean lo más eficientes posibles. El próximo año centraremos nuestros esfuerzos, también, en avanzar en el proceso de internacionalización que empezamos en 2011. Seguiremos apostando por mercados en crecimiento y estables regulatoriamente, como México y Chile, en los que Enagás ya está presente.

Uno de los retos del sector el próximo año será resolver el incipiente déficit gasista, de una magnitud muy alejada del eléctrico, para el que ya se vienen tomando medidas. Con moderadísimos aumentos de peajes y con la actualización regulatoria, creo que el déficit del sector del gas es controlable y tiene fácil solución en el corto plazo. Confío además en que se promueva un verdadero mercado secundario organizado de gas en España, similar al de otros países europeos. Ello contribuiría a alinear los precios del gas con los del resto de Europa y a incrementar la competencia y la competitividad de la economía española.

El sector farmacéutico no es ajeno a los cambios que nos afectan a todos. Uno de nuestros grandes retos como empresa es el de mantener los más altos estándares y compromiso en I+D+i realizado en España, incluso en estos turbulentos tiempos de cambios y crisis económica. Llevamos más de 100 años contribuyendo a mejorar la calidad de vida de millones de personas.

Las prioridades de Novartis a lo largo de los pasados tres años se ha fundamentado en tres elementos estratégicos clave:

1) Generar crecimiento orgánico y mediante adquisiciones, con el fin de rejuvenecer nuestro portafolio y mejorar nuestra posición competitiva, disponiendo de una mejor estructura operativa en España.

2) El compromiso con la innovación y el talento, con un aumento del gasto en I+D+i de un 29%, un incremento en equipamiento industrial de un 83% y un aumento de nuestra plantilla de un 34% en el trienio 2010-2012 respecto al anterior.

3) Y el compromiso por la internacionalización, abriendo nuevos mercados, rejuvenecimiento del portafolio productivo e incrementando las exportaciones en un 34% en el trienio 2010-2012 respecto al trienio anterior.

Clave en los últimos años está siendo nuestra prioridad por la producción local y la internacionalización, con exportaciones crecientes desde nuestros cinco centros productivos en España con un alto nivel de integración, pues va desde la fabricación de materias primas, a la fabricación de productos terminados. Para Novartis, otra prioridad es el diálogo abierto y transparente con nuestros grupos de interés para desarrollar nuevos proyectos de valor añadido. Del mismo modo, la gestión responsable es otro de los ejes que cohesionan nuestra labor.

Nuestra apuesta para los próximos años es incrementar la participación española en las actividades de I+D internacional y desarrollar talento a nivel local y en el contexto global. Todo ello como muestra de que las empresas que invierten en tiempos de crisis son las que sobresalen cuando surgen nuevas oportunidades.

Por primera vez en los últimos años, los indicadores disponibles apuntan a una perspectiva de recuperación moderada del crecimiento de la actividad económica en todo el mundo y también en España. En nuestro país, los esfuerzos de mejora de la competitividad comienzan a dar frutos que se manifiestan en el dinamismo de las exportaciones y en el retorno de la confianza de los inversores internacionales en el potencial de nuestra economía. Además, cabe esperar a lo largo del próximo año un mejor comportamiento del crédito y una mejora de las expectativas de consumidores y empresas y en la creación de empleo.

España debe apostar por la economía del conocimiento y la innovación, claves para competir en el siglo XXI, al tiempo que sigue impulsando la internacionalización empresarial y el atractivo de nuestro país para la localización de inversiones directas del exterior. En este proyecto de transformación de nuestro tejido productivo, será esencial el impulso de la adopción de las nuevas tecnologías para crear empleos más productivos y con mayor valor añadido. Frente al creciente dinamismo de empresas de países emergentes, será imprescindible competir vía diferenciación, calidad e innovación. Durante todos estos años de crisis económica, Indra ha mantenido una trayectoria de crecimiento de ventas, expectativa que se mantiene para el ejercicio 2014. El impulso procederá sobre todo de nuestra capacidad para aprovechar la inversión realizada en los mercados emergentes de Latinoamérica, Medio Oriente y Asia. El esfuerzo realizado por la compañía durante los últimos años por aumentar la eficiencia productiva permite vislumbrar en el medio plazo una mejora de su beneficio, además de mantener su apuesta por la inversión en el desarrollo de tecnología, para todo lo cual considera a sus 42.000 profesionales un factor esencial para alcanzar dichas expectativas.

Si el año 2013, contra los pronósticos de muchos y pese a un inicio muy duro en materia de empleo, ha sido el ejercicio en el que hemos salido del túnel de la recesión, como avancé hace más de un año que ocurriría, mis expectativas para 2014 son las de un año realmente nuevo para España: será, sin duda, el del despegue de nuestra economía.

En 2013, no solo hemos asistido a la salida de la recesión en el tercer trimestre, sino que la senda alcista del PIB podría sorprendernos con un excelente registro de en torno al 1% en el último trimestre. Observamos, por tanto, que a medida que se consolida, el crecimiento se acelera; lo que nos ratifica en la opinión de que ya hemos tocado fondo en 2013 al tiempo que nos anima a ser más optimistas en nuestro pronóstico de que en 2014 será posible incluso retomar la creación de empleo sobre la base de un crecimiento del PIB no inferior al 1%. Y esa creación de empleo se producirá gracias a la mayor flexibilidad de la economía española, a consecuencia de la reciente reforma laboral. Esta previsión se fundamenta en la consolidación del impacto reformista del Gobierno y en la pujanza de nuestras exportaciones, una pujanza que, según los datos del INE, se ha ido contagiando a la inversión y al consumo privado, gracias a una creciente confianza de los españoles en la recuperación.

De este optimismo participan asimismo las agencias de rating, que han dejado atrás su opinión pesimista sobre España para dar paso a una mejora de las perspectivas, que ha pasado de negativa a estable. Un proceso que también hemos observado en el interés de los inversores extranjeros por tomar posiciones aquí, cuando hace un año su problema era estar en España. En OHL, nuestra actividad exterior (74% de las ventas y 92% del Ebitda, hasta septiembre), nuestra importante cartera de construcción (8.688 millones, el 82% fuera de España) y la calidad de nuestros activos concesionales (60.416 millones) nos obligan a ser optimistas.

En el 2014 esperamos que lentamente se vaya reactivando el consumo de la mano de una mejora en la confianza. Desde McDonald's España, proseguimos reafirmando el compromiso de nuestra compañía con la sociedad española, con el fin de contribuir a su crecimiento económico y social, mediante la apertura de nuevos restaurantes que generarán empleo estable y de calidad, principalmente entre los jóvenes.

Concretamente, el reto que nos fijamos para el periodo 2012-2014, fue el de crear más de 3.000 nuevos puestos de trabajo directos con la apertura de más de 60 restaurantes. De estas nuevas aperturas, 46 han tenido lugar entre los años 2012 y 2013, lo que han generado unos 2.300 empleos. Alrededor del 90% de los nuevos empleos creados son para jóvenes. Nuestro plan de desarrollo continuará en los próximos años.

Este compromiso con el empleo se ha visto respaldado con la adhesión de McDonald's España a la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven, siendo la primera empresa del sector de la restauración que se ha adherido a esta iniciativa.

Aunque parece que algunos indicadores macroeconómicos apuntan a que se ha alcanzado un punto de inflexión, aportando señales de cierta recuperación, en esta difícil coyuntura económica, que ha ocasionado una importante pérdida de riqueza y un elevado nivel de desempleo, todavía queda un largo camino para la reactivación del consumo. Es necesario activar la recuperación del crédito para que la economía comience a crecer. La disponibilidad de renta permitirá impulsar el mercado laboral. La demanda interna y la reactivación del consumo serían los últimos elementos que muestren la confianza en la recuperación económica. Es de esperar que las reformas empiecen a dar sus frutos y que el desempleo comience a reducirse en 2014.

En un entorno como el actual hay muchas compañías, como es el caso de Roche, que mantienen su compromiso de creación de empleo y de inversión en innovación. Más de 45 millones de euros invertidos en I+D en el último año –una de las inversiones más altas del sector– y creación de programas de acceso a empleo de calidad para jóvenes, demuestran nuestra apuesta por España. España no debería convertirse en un país en el que los pacientes tienen que esperar mucho más tiempo que otros para acceder a la innovacion terapéutica. No deberíamos olvidar tampoco las diferencias a nivel de comunidades autónomas. Conscientes de ello estamos decididos a buscar soluciones conjuntas en las que el cobro de la deuda debe jugar un papel muy importante. Nuestra dependencia del pago por parte de las administraciones públicas nos hace especialmente vulnerables a los impagos hospitalarios. Por ese motivo, la situación de la deuda y la evolución de las distintas medidas diseñadas para abordarla son un tema prioritario. Las medidas implementadas por el Gobierno para reducir la morosidad son imprescindibles: es el caso del Fondo de Liquidez Autonómica, diseñado para financiar la parte aprobada del déficit de las CCAA, o de los Planes de Pago a Proveedores. Desde Roche Farma valoramos muy positivamente todas estas acciones y decisiones, aunque seguimos muy pendientes –en cierta medida preocupados- de la evolución de la deuda en 2014, puesto que el Gobierno ha anunciado que no habrá un nuevo PPP y las medidas anunciadas aún tardarán tiempo en comenzar a funcionar con éxito.

Si a esta previsión sumamos la perspectiva del gasto, que nos muestra cómo el mercado farmacéutico se ha visto afectado por bajadas muy importantes en los últimos 3 años, no es extraño que mantengamos un grado de incertidumbre ante el cobro de la deuda o nuevas medidas de reducción que retrasen o incluso puedan poner en peligro la introducción de innovación terapéutica para los pacientes. Confiamos en las iniciativas en marcha y no perdemos el foco en nuestra prioridad: el paciente y el acceso a la innovación de los mejores tratamientos.

La investigación y la innovación no se detienen en Lilly.Continuamos tratando de conseguir los mejores medicamentos para solucionar los problemas de salud de la población. En la actualidad, más del 50% de posibles nuevos fármacos de Lilly son moléculas obtenidas por biotecnología, ámbito este en el que se está trabajando desde hace más de 30 años.Para adaptarnos a este escenario, Lilly debía adaptar también la planta de producción que tiene en España. Y esa tarea ha sido una de las prioridades de la Compañía durante los últimos años. Auditorías realizadas porautoridades sanitarias de Japón o Estados Unidos han permitido a la planta de Lilly en Alcobendas (Madrid), con personal altamente cualificado, suministrar a los principales mercados farmacéuticos del mundo. Y lo que es más importante, durante este 2013 en España, en Lilly España, hemos conseguido que se siga apostando pornuestro país, con un incremento de la inversión, lo que nos permitirá conservar los puestos de trabajo de esta moderna planta de producción y que, a lo largo de 2014, se adaptepara poder suministrar nuestros medicamentos biotecnológicos a más de 100 países. Este panorama –que ahora es una realidad dominante– ya se apreciaba en el horizonte a principios de este siglo XXI. Como se dice en repetidas ocasiones, la industria farmacéutica pertenece a un sector de ciclo largo (hoy se comercializan los medicamentos en los que se empezó a investigar hace más de doce años; pero la realidad es que se encuentran disponibles en una situación muy diferente al escenario que había cuando se realizó la inversión). Un sector de ciclo largo siempre requiere un modelo predictivo y fiable, no sólo durante el periodo en el que se realiza la inversión, sino, lo que es crítico, durante el periodo en el que se retornan esos beneficios, lo que permitirá seguir investigando.

Por eso, desde el sector nos unimos a las voces que apelan a la responsabilidad y al diálogo. Recortar sin saber hacia dónde nos dirigimos no tiene sentido. El futuro pasa por ahí: por el diseño de una hoja de ruta que nos permita adaptarnos a los tiempos actuales y a los que nos tocará vivir en los próximos años. Sólo conociendo el objetivo y a donde nos dirigimos podremos adecuar nuestro trabajo a las necesidades de los pacientes y mantener la Sanidad Universal y de calidad que nuestro país tiene, sin abandonar el compromiso con la innovación.

España puede ser la gran sorpresa del 2014 en el contexto internacional y la industria del automóvil será la columna vertebral donde apuntalar la recuperación económica y potenciar la reindustrialización del país. Estamos ante una oportunidad única para cimentar el futuro de nuestro país, de nuestras generaciones futuras. Nuestras fábricas y nuestros productos están preparados para aprovechar la inercia de crecimiento del comercio mundial. El automóvil ya está sirviendo de motor al crecimiento: crecemos y creceremos en producción y exportaciones. En 2013, fabricaremos un 9% más (2,2 millones de vehículos) y en 2014, produciremos 2,4 millones, un paso intermedio hacia nuestra «hoja de ruta», el Plan 3 Millones, para alcanzar esa fabricación en España en el año 2016-2017.

Además, el automóvil genera un valor añadido exterior básico. Este año el superávit comercial del automóvil superará los 14.000 millones de €, afianzando la recuperación económica y la imagen internacional de España como país «top» productor de vehículos. Aumentamos y aumentaremos las inversiones. Estamos asistiendo a un ciclo inversor sin precedentes en el sector. Más de 3.500 Millones en apenas un año. En los próximos 12 meses se podrán anunciar 1.500 millones adicionales.

Generamos y generaremos empleo. Más de 2.400 puestos de trabajo en el primer semestre del año 2013 nos permiten ser optimistas de cara al año 2014. Las condiciones de financiación, exportación, producción y empleo, son la antesala de la vuelta al crecimiento y en estos cuatro ingredientes, el automóvil aporta su valor añadido. Producimos más, exportamos más, generamos más empleo, invertimos más y nuestras financieras de marca, otorgan más financiación. Sólo falta el consumo. Los Planes PIVE y PIMA Aire han sido elementales en 2013. Han hecho que el mercado español termine el año en positivo. En la UE, de los mercados principales, sólo Reino Unido y España crecerán. No obstante, seguimos en volúmenes bajos. Por ello, los planes PIVE y PIMA, son tan importantes como medida de estímulo con un efecto transversal en fiscalidad, medio ambiente y seguridad vial. En 2014 hay que continuar con el proceso de reformas ya iniciado. No hay lugar para la autocomplacencia, todavía hay camino por recorrer. Es muy larga la lista de necesidades pendientes de atender para nuestra industria: costes de energía, mayor acceso al crédito, más avances en logística, mejor orientación de las políticas de I+D, mayores avances en la reforma del mercado de trabajo y formación, etc.

Pero, es el momento de volver a valores como el esfuerzo y el sacrificio de todos. Estamos poniendo los pilares para abandonar el furgón de cola. De esta podemos salir y lo haremos. Queremos crecer de forma sostenible.

A lo largo de este durísimo ejercicio hemos ido transitando desde el escepticismo sobre el futuro de nuestra economía, a la actual convicción de que España tiene una oportunidad de reflotar, gracias a los frutos del esfuerzo realizado a través de los ajustes y las reformas.

Ajustes para enderezar las distorsiones y desequilibrios macroeconómicos acumulados en forma de déficit, deuda pública y privada, y reformas, para crear las condiciones que permitan a nuestro país volver a competir en un entorno como el actual, y generar confianza de nuevo.

Aprovechar esta oportunidad y consolidar durante 2014 la confianza hacia dentro y hacia fuera, exigirá en primer lugar liderazgo y sentido común por parte del Gobierno, para profundizar en reformas imprescindibles como la de las Administraciones Públicas, la educativa o la energética, y acometer actuaciones sectoriales claves como la estrategia aeroportuaria y de conectividad aérea, claves para la competitividad de nuestro turismo.

Y es que, como representante del sector turístico, debo reivindicar un mayor esfuerzo y compromiso del Gobierno con una industria que ha resistido los embates de la crisis mejor que otros, pero acumula grandes distorsiones que lastran su competitividad, y donde la dualidad entre el segmento vacacional–dependiente de los mercados extranjeros– y el urbano, deprimido por su mayor exposición al turismo nacional, sigue acrecentándose.

Aunque el sector urbano mejorará a medida que lo haga el consumo y la economía real, el futuro de todo el sector pasa, internamente, por recuperar la rentabilidad (lastrada por la presión fiscal, la histórica rigidez laboral, la obsolescencia de parte del producto, y la inseguridad regulatoria y fiscal), combatir la estacionalidad, y consolidar las mejoras de productividad logradas durante la crisis.

De cara al exterior, las claves serán potenciar la marca España, atraer a los mercados emergentes, y fidelizar a aquellos turistas ganados a costa de los problemas en el Norte de África.

Para ello, también los empresarios debemos apostar por nuestras marcas e invertir en la mejora de nuestros productos y nuestros destinos, y apoyar el cambio de modelo turístico necesario para competir vía calidad y no vía precio, con destinos de playa baratos y emergentes.

En definitiva, 2014 puede y debe ser un año clave para recuperar el terreno perdido, con el turismo como un motor esencial de esta recuperación, pero ello exigirá valentía para rectificar aspectos como la asfixiante presión fiscal o la deriva turística de Madrid, una leal colaboración entre los sectores público y privado, y un serio compromiso con el sector por parte de todos los actores.

Creo que el ciclo está cambiando. La mejora de las perspectivas económicas ya se ha comenzado a percibir en la última parte del año, tal y como reflejan las primeras tasas intertrimestrales positivas del PIB y del consumo privado, que deberían consolidarse en los próximos meses. Para el conjunto de 2014, según nuestro servicio de estudios, esperamos que el PIB crezca por encima del 0,6% y el consumo privado por encima del 0,2%. Estas expectativas que marcan el inicio de la recuperación implican no obstante, que frente a la buena marcha del sector exterior, la debilidad de la demanda interna seguirá reflejándose en tasas de crecimiento moderadas y continuará siendo la condición necesaria para un despegue más pronunciado. El descenso de la prima de riesgo y el impacto positivo de las reformas estructurales, entre otros aspectos, deberían reforzar la mejora de la actividad macroeconómica, aunque los progresos todavía tardarán en trasladarse a la realidad diaria de los ciudadanos, dado que la Renta Bruta Disponible de los Hogares ha sufrido una erosión importante y tardará en volver a niveles de una economía saludable. Esperamos que el paro tienda a estabilizarse. Para propiciar el desarrollo y la calidad del empleo de la economía española es necesario avanzar en nuestra eficiencia productiva y poder así elevar la tasa de crecimiento potencial de nuestro país. Debemos seguir con las ganancias de competitividad, con la mayor orientación al exterior y elevar, sobre todo, nuestro capital de conocimiento.

Aunque sea de forma moderada, ello nos permitirá continuar ganando cuota de mercado. Respecto al empleo en el Grupo Mutua, que ha crecido en tasas de entre el 2% y el 3% en los últimos años, nuestra previsión es que crearemos de nuevo empleo y aumentaremos nuestra plantilla por encima del 2,5%.

Creo que en este 2013 que acabamos de terminar la economía española ha tocado fondo y no parece probable que vaya a empeorar más. Incluso es posible que ciertos datos macroeconómicos mejoren a lo largo de 2014. Sin embargo, pienso que tenemos aún mucho sufrimiento por delante y que la mejoría real aún tardará en llegar a los ciudadanos. Me refiero a asuntos vitales, como el paro o la atonía del consumo.

En el sector turismo, todo parece indicar que las cosas le irán bien a España como país receptor de viajeros, pero no tan bien como emisor de turistas, a causa, naturalmente, de la ya mencionada atonía del consumo. Respecto a Globalia, los planes para 2014 prevén un crecimiento de en torno a un 25 por ciento respecto a 2013, en línea con el proceso que ya hemos comenzado este año. Por una serie de circunstancias, que abarcan desde la reorganización interna hasta la crisis de la competencia, Air Europa se encuentra en un momento óptimo. En 2013 ha aumentado su flota con tres nuevas aeronaves, hasta un total de 44. Hemos sumado frecuencias en América y El Caribe y hemos comenzado a operar con éxito rutas nuevas, como Montevideo o Sao Paulo.

Para 2014 las expectativas son incluso mejores. Incrementaremos la flota con 3 nuevos aviones (que probablemente sean 4) y abriremos rutas a Miami y San Juan de Puerto Rico en América y a Frankfurt y Munich en Europa. También volaremos a diario a Salvador de Bahí (Brasil) donde estableceremos un «hub» para conectar con Santiago de Chile y otras capitales de la región. Asimismo tenemos planes para posicionarnos en China e incrementar nuestra presencia en Rusia. Todo este crecimiento forma parte de un plan estratégico que abarca hasta 2022, año en que, una vez recibidos los nuevos aviones Boeing 787 Dreamliner, Air Europa estará presente en todos los países de América y el Caribe, así como en la mayor parte de las grandes capitaleseuropeas.