España innova poco: ocupa el puesto 17 en solicitud de patentes

La esperanza de vida, la educación, la salud, la representación política y la renta son algunos de los factores que miden el desarrollo de una sociedad. Pero no se puede hablar de progreso social y económico sin nombrar a su motor principal: la innovación. Los descubrimientos, inventos y nuevos conocimientos quedan registrados mediante patentes, unos títulos creados precisamente para garantizar el avance de la sociedad, a cambio de conceder al inventor la exclusividad durante un tiempo limitado. En 2022, la Oficina Europea de Patentes (OEP) recibió 193.460 solicitudes de patentes, un 2,5% más que en 2021, con Estados Unidos, Alemania, Japón y China entre los principales países de origen de las solicitudes. España, en cambio, se queda muy lejos de estar entre los países que lideran el grupo, representando tan sólo un 1% de las solicitudes, en el puesto 17, una posición que podría incluso empeorar durante los próximos años tras decidir no firmar el Tratado del Tribunal Unitario de Patentes, que entrará en vigor en junio de 2023.

Las autoridades españolas han decidido quedarse fuera de este nuevo sistema que permitirá ratificar una patente de forma automática en todos los países adheridos al tratado (17) mediante una única solicitud. «Esto que hasta ahora se hacía país por país, a través de la patente unitaria se va a hacer en un único trámite, con una única tasa y con un único abogado si se llegase a necesitar. Hay ahorros en materia de costes, de trámites y de procesos. Y si luego hay que ir a litigar hay un único tribunal que tiene jurisdicción sobre todo el territorio de la patente unitaria. Por lo tanto, conlleva ahorro y mayor rapidez en la solicitud», explica Luis Berenguer, director de comunicación de la Oficina Europea de Patentes.

El principal motivo de España para no sumarse a la iniciativa es tener que redactar las patentes en alemán, inglés o francés, quedando excluido el español, un mal menor que al ser rechazado tendrá consecuencias nefastas para las compañías de nuestro país, advierte Berenguer. «A las empresas españolas las va a situar en un papel secundario, en una posición perjudicial respecto a sus competidores. El Gobierno español y la CEOE siempre aducen que el hecho de que no se permita el español pone a las empresas españolas en una situación de debilidad, pero lo cierto es que el inglés es un idioma que cualquier empresa maneja. Es escudarse en excusas que no tienen ningún fundamento», defiende el director de comunicación de la OEP.

Los emprendedores españoles pueden solicitar que su patente tenga efecto unitario, pero deberán llevar a cabo dos trámites, uno en España y otro para el resto de Europa, y lo más grave: en caso de tener que litigar no podrán hacerlo en español, ya que no habrá ni jueces españoles en el Tribunal Unitario de Patentes ni una sede española. «Si las empresas españolas que soliciten patentes unitarias tienen algún problema judicial, no van a poder defenderse en España. Van a tener que irse a un tribunal de Múnich, París o Düsserldorf y contratar abogados extranjeros en un idioma extranjero que a veces ni siquiera es el inglés», explica Luis Bereguer. «Desde la Oficina Europea de Patentes esperamos que el Gobierno español reconsidere su postura y que precisamente siendo España quien va a ostentar la presidencia del Consejo de la Unión Europea a partir del 1 de julio no tiene mucho sentido que España siga fuera de la patente unitaria», subraya.

Las empresas e inventores españoles presentaron en 2022 1.925 solicitudes de patentes, un 1% menos que en 2021, pero la segunda cifra más alta de la historia, según los datos del Índice de Patentes 2022 elaborado por la OEP. En cuanto al ranking mundial, España ocupa la posición 17 en solicitudes de patentes europeas, la misma que ostentaba el año pasado, por detrás de Canadá y Finlandia, y contando sólo a los países de la Unión Europea es el décimo. «El número de patentes que solicita España para medir la actividad innovadora no se corresponde con su potencia. España no es la décima economía de la Unión Europea, sino la cuarta y tampoco es la decimoséptima economía mundial», advierte el director de Comunicación de la OEP.

Berenguer explica que esta escasez de innovación es una característica propia de la economía española, ya que hay un sector de la economía que no está orientado a la innovación y que es muy potente en España: los servicios. «Todos los gobiernos son conscientes de que España no tiene una actividad centrada en la innovación e intentan incrementarla, es casi una política de Estado», señala.

Por comunidades autónomas, Cataluña supera a la Comunidad de Madrid en número de patentes en 2022, con 604 frente a 410, pero el área metropolitana de Madrid (280 solicitudes de patentes) adelanta a la de Barcelona (272) como el hub español de patentes europeas. De hecho, mientras que las solicitudes de patentes cayeron en Cataluña un 7,4% en 2022 respecto a 2021, en la Comunidad de Madrid aumentaron un 9%. Y mientras que el área metropolitana de Madrid avanzaron un 4,9%, en la ciudad condal se registró una caída del 9,3%.

Cataluña siempre es la región que mayor número de solicitudes de patentes viene realizando, pero eso obedece a sus características. «Una está relacionada con el clúster del sector farmacéutico que está en Cataluña y la otra con todas las empresas del sector de la automoción que se ubican allí», explica Luis Berenguer. «La Comunidad de Madrid se está acercando a Cataluña, pero hay que ponerlo en perspectiva, porque en Madrid tiene su sede el principal solicitante de patentes en España, que es el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)», aclara, con 90 patentes solicitadas en 2022. De hecho, 6 de los 10 principales solicitantes de patentes españoles son universidades o centros de investigación.

A nivel mundial, la comunicación digital, la tecnología médica y la tecnología de ordenadores concentran el mayor número de patentes por el efecto de la pandemia y la generalización del teletrabajo. Respecto a la guerra de Ucrania, el director de comunicación de la OEP detecta una mayor apuesta por las energías renovables para suplir el gas ruso.