Guerra comercial

A la espera de la letra pequeña del «trumpazo»

Los aranceles impactarán especialmente en el vino, el aceite y los lácteos, pero pueden abrir algunas oportunidades. La actuación del presidente de Estados Unidos certifica que la OMC está moribunda y esta guerra arancelaria podría ser su puntilla

Washington (United States), 03/04/2025.- US President Donald Trump gestures as he departs the White House, in Washington, DC, USA, 03 April 2025. EFE/EPA/FRANCIS CHUNG / POOL
Donald TrumpFRANCIS CHUNG / POOLAgencia EFE

En el lío arancelario desatado por Trump conocemos ya la letra grande, pero todavía falta por saber la letra pequeña, que será clave para el desarrollo de los acontecimientos futuros, así como las medidas que adopten los países importantes que han resultado más afectados. Con los datos disponibles en la mano, y desde el punto de vista del sector agroalimentario español, los candidatos directos a resultar más perjudicados son el vino, el aceite de oliva, los productos lácteos, fundamentalmente quesos, y algunos cárnicos, pero puede que se abran algunas oportunidades de forma indirecta. El «trumpazo» arancelario también promete tener consecuencias en la política interna de nuestro país por el apoyo de Vox al presidente de Estados Unidos, por lo menos hasta el momento; ya veremos lo que sucede a partir de ahora. Por otro lado, la actuación de Trump certifica que la Organización Mundial de Comercio (OMC) está moribunda y esta guerra arancelaria podría ser su puntilla.

Lo que conocemos hasta ahora del paquete arancelario es la letra grande, pero muchas de las medidas anunciadas por Trump desde la rosaleda de la Casa Blanca deben concretarse todavía en su forma de aplicación. Es lo que podría denominarse la letra pequeña, que, intuyo, va a ser tanto o más importante que la grande. Probablemente, esta letra pequeña será utilizada por la Administración de Washington como arma negociadora durante los próximos meses en esta escalada arancelaria.

También cabe esperar las represalias de los más más grandes y más afectados. China, uno de los objetivos de esta guerra arancelaria ya ha anunciado un segundo paquete de medidas de represalia (el primero se conoció semanas atrás) aumentando las tasas a los productos de Estados Unidos un 34 por ciento. En esta caso también es importante conocer la letra pequeña y saber si utilizan a productos simbólicos para los norteamericanos (cereales, oleaginosas, carnes de pollo y porcino, sectores en los que Trump tiene una importante bolsa de votos) como rehenes en la próxima batalla. Por otro lado, también está pendiente de que se concrete la respuesta de la Unión Europea (UE), otro de los protagonistas de esta guerra arancelaria.

Los mercados financieros mundiales sufrieron los pasados jueves y viernes importantes caídas a consecuencia de las medidas anunciadas por Trump. Y resulta curioso, sin embargo, que los principales mercados de materias primas agrarias, aunque es verdad que tuvieron mucha volatilidad en esas horas, terminaron sin cambios importantes, y con una cierta estabilidad en comparativa semanal. Habrá que seguir con mucha atención lo que sucede en las próximas jornadas.

Las repercusiones para el campo español pueden ser directas o indirectas y con consecuencias negativas, pero también abrirse oportunidades. Los productos que más vendemos a Estados Unidos son aceite de oliva, vino, hortalizas y legumbres, lácteos (sobre todo quesos) y preparados de carnes (la mitad de porcino). La situación es muy diferente dependiendo de cada uno de ellos. El candidato a pasarlo peor es el sector de vino, por la competencia que existe en Estados Unidos y porque otros países con menos aranceles aprovecharán la oportunidad. En el caso del aceite de oliva, la producción allí es mínima y los problemas podrían venir porque otras naciones como Marruecos o Turquía intenten beneficiarse de la nueva situación para vender más.

La clave estará en si desde Washington mantienen el mismo trato a los Estados miembros de la UE, o, por el contrario, deciden jugar a debilitar la posición comunitaria e imponer unos aranceles diferentes para España o Italia, por ejemplo; en ese caso habría un problema siempre y cuando los aceites italianos tuviesen un arancel menor que los españoles. La aceituna de mesa sale muy tocada con este paquete. En las carnes, podría haber un perjuicio directo con las exportaciones a Estados Unidos, pero surgiría una ventana de oportunidad de forma indirecta porque caigan las ventas de carne de porcino norteamericanas en el mercado chino, lo que abriría las puertas para que España recuperase sus exportaciones. Este sería un ejemplo de las oportunidades que podrían darse gracias a las distorsiones comerciales que se van a registrar.

En cuanto a batalla política interna en España, Vox ha sido y es la «niña bonita» de Trump en España. Por otro lado, el grupo de Abascal se ha presentado como un firme defensor de los intereses del campo de nuestro país, pero ahora resulta que el sector agrario es uno de los más perjudicados «a priori» por la letra grande de las medidas de Trump. ¿Cómo van a explicar Abascal y los suyos esto? No cabe duda de que desde el PP y también el gobierno sanchista intentarán explotar esta situación.