Opinión

Un estado hipertrofiado que solo da excusas ante incendios y catástrofes

La respuesta de Sánchez ante incendios o danas es siempre la misma: es el cambio climático y la culpa es de las regiones del PP

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante su visita al Centro de Coordinación Operativo contra incendios de Ourense, a 17 de agosto de 2025, en Ourense, Galicia (España). Sánchez se ha desplazado a las zonas afectadas por los incendios forestales en Ourense y León, donde ha mantenido encuentros con los responsables de los dispositivos de emergencias y de coordinación. 17 AGOSTO 2025;PRESIDENTE;CENTRO DE COORDINACIÓN OPERATIVO;INCENDIO;OURENSE;SÁNCHEZ;MARLASKA;RUEDA;GALICI...
Sánchez visita el Centro de Coordinación Operativo contra incendios de OurenseCarlos CastroEuropa Press

El gobierno de Sánchez ha aumentado el gasto público en más de 276.000 millones de euros desde 2019 y ha disparado los ingresos fiscales en 97.000 millones de euros. Además, ha recibido más de 120.000 millones de fondos europeos.

Ningún gobierno de España ha contado con más recursos y ninguno ha sido más inútil e irresponsable ante las catástrofes. Esa ingente cantidad de recursos no ha generado mejores servicios públicos, sino todo lo contrario. Tenemos un estado hipertrofiado que solo da excusas ante las catástrofes y falta de infraestructura.

Desde la pandemia hasta la DANA, el volcán de la Palma o los incendios, el manual de actuación del gobierno siempre es el mismo: Propaganda, incompetencia, culpar a las comunidades autónomas -si son del PP y Vox- y anunciar leyes de títulos rimbombantes que solo empeoran el ya impenetrable infierno normativo y burocrático.

En el gobierno de Sánchez nadie es responsable de nada, pero tienen más poder y control que nunca. Solo se apuntan como suyos los logros de los empresarios que levantan este país.

El gobierno de Sánchez es el más caro de la historia, con más ministerios y asesores que ningún gobierno anterior. Sin embargo, ese enorme aparato gubernamental jamás tiene responsabilidad alguna sobre nada negativo que ocurra en nuestro país. Solo se dedican a la propaganda y a culpar a los demás.

Cuando el gobierno central dedica sus ingentes recursos a culpar y responsabilizar de todo a las Comunidades Autónomas, está demostrando que no sirve para nada. Cuando, además, se vanagloria de tener ingentes recursos, pero estar esperando a que se los pidan, se comporta como un señor feudal.

Las excusas del sanchismo siempre son las mismas: La responsabilidad es de otro y la culpa es del cambio climático. Estupendo. Si es así, que dimitan todos.

La incoherencia de la propaganda sanchista es evidente. Por un lado, culpa de todo a una emergencia climática global de la que es imposible escapar y por otro echa la culpa a los gestores regionales. El gobierno nacional echa balones fuera hacia el exterior y el interior. Según Sánchez, la emergencia climática y Mañueco o Ayuso son los únicos responsables, pero la solución es darle más recursos a él, que luego está sentado mirando una pantalla esperando a que se los pidan. Si es así, que dimitan todos en el gobierno central, ya.

Un gobierno que se escuda en que está esperando a que las comunidades autónomas le pidan ayuda está demostrando que es inútil, incompetente y además un escollo burocrático. “Si necesitan recursos, que los pidan” es la demostración empírica de mentalidad burocrática, inacción e irresponsabilidad.

Protección Civil afirmaba, en rueda de prensa multitudinaria, que preguntó a las Comunidades Autónomas por disponibilidad de medios aéreos el 15 de agosto para "anticiparse". "No voy a consentir que nadie intente reescribir la historia de la gestión que se ha hecho", afirmaban. El 15 de agosto preguntaron "para anticiparse". Fascinante, porque el 9 de agosto el fuego devoró unas 3.500 hectáreas en Las Médulas (León), zona declarada Patrimonio de la Humanidad, León sufría cuatro incendios de nivel 1. Un día después, el 10 de agosto, se declaró el que ya es considerado el mayor incendio registrado en España en Molezuelas de la Carballeda (Zamora), con más de 39.000 hectáreas calcinadas. Cinco días después, “preguntaron” para “anticiparse”.

Insultante es la excusa del ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (toma título), que afirma que redujeron un 20% los aviones cisterna antiincendios por falta de presupuestos. El Gobierno central reconoció en 2024 la pérdida del 20% de su flota de aviones cisterna CL-215T y CL-4153 (cuatro de los dieciocho) y paralizó la adquisición de nuevos aviones “por falta de presupuestos”.

A Sánchez no le preocupó la falta de presupuestos para encontrar miles de millones de euros con los que comprar acciones de una empresa para politizarla. Cuestión de prioridades.

Es vergonzoso que España gaste menos que Grecia y Portugal de fondos europeos en prevención de incendios. España ha asignado solo 221 millones de euros del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia europeo a la prevención de incendios, frente a 615 millones en Portugal y 837 millones en Grecia, según el último informe del Tribunal de Cuentas Europeo. España invierte cerca de 500 millones menos que estos países mediterráneos, a pesar de tener un territorio mucho mayor y sufrir graves olas de incendios cada verano.

Aunque desde 2022 se exige a comunidades y ayuntamientos que elaboren programas contra el fuego, los criterios estatales para estos planes llevan años pendientes de aprobación por parte del Ministerio para la Transición Ecológica. Por un lado, las leyes sectarias y absurdas limitan y penalizan la acción de cercanía en limpieza de montes y cauces y, por otro lado, se culpa a ayuntamientos y comunidades del desastre.

Pedro Sánchez, primero, te dice que hay una emergencia climática. Después, te cruje a impuestos, crea centenares de entes y observatorios de costes millonarios, leyes inútiles y burocráticas y limita tus libertades, te multa si limpias cauces y montes y reduce a mínimos la inversión en infraestructuras, pantanos y prevención teniendo más recursos que nunca. Finalmente, cuando llega una riada o un incendio y el desastre es evidente e inevitable, culpa a las comunidades autónomas y repite el proceso.

Si el gobierno se creyese la emergencia climática, habría invertido los ingentes recursos que recibe en seguridad y prevención, no en disparar el gasto político y las subvenciones ideológicas. Y, desde luego, no usaría el Falcon hasta para ir al mercado.

Solo usan la excusa de la emergencia climática para expoliar a los ciudadanos y echar culpas a otro.

La propaganda del gobierno se desmonta sola. El gobierno de España nunca ha tenido más recursos y nunca ha sido más ineficaz ante los problemas de los españoles.

El Ejecutivo seguía de vacaciones y esperando a que les llamaran, actuando como si los incendios fueran solo un problema de las comunidades autónomas y alcaldes, y no nacional.

Esperar a que te llamen es precisamente una clara evidencia de que quieres politizar la catástrofe. Es peor, anunciar el despliegue de capacidad e influencia estatal con cifras aparentemente significativas para luego ejecutar una fracción de lo anunciado en la realidad, es la evidencia de que buscan un rédito político de la catástrofe.

El propio Tribunal de Cuentas español advirtió en 2022 sobre la descoordinación, duplicidades y mala gestión en su “Informe sobre actuaciones de defensa contra la desertificación y de prevención y extinción de incendios forestales”.

La ingente cantidad de leyes absurdas, normas encadenadas, y la hidra de entes duplicados y descoordinados promovida por el ministerio de Transición Ecológica y el gobierno de Sánchez no son casualidades. Es una estrategia. Todos esos elementos llevan a que haya siempre decenas de personas aparentemente al mando, pero que nadie sea responsable. Además, así maniatan recursos esenciales para las comunidades autónomas e imponen reglas tras reglas imposibles de entender.

Es una estrategia para que, ante una catástrofe, se pueda argumentar que hay mucha gente poniendo cara de velocidad y gastando dinero, pero ninguno es responsable directo, pasándole el problema a la comunidad que no dispone de los recursos suficientes, pero tiene las competencias sobre el papel, aunque severamente mermadas ante la maraña legislativa y burocrática estatal que hace imposible saber qué es exactamente lo que se puede hacer y lo que está prohibido. Así, cuando la comunidad autónoma es políticamente afín, la maraña burocrática puede coordinarse rápidamente y, cuando es un rival, casualmente, la hidra burocrática arrastra los pies y los innumerables comités añaden horas a días cuando se trata de actuar.

No se preocupen. Ante el fracaso del estatismo, el despilfarro de recursos y la maraña burocrática y normativa, van a hacer otra ley. Nos quedamos más tranquilos.