Comercio

¿Están cerrando los bazares chinos en España?

La inflación, la subida de impuestos, el aumento de la carga administrativa y la competencia de los gigantes del comercio electrónico están poniendo contra las cuerdas a estos comercios

Bazares chinos en Madrid
Bazares chinos en MadridDavid JarFotógrafos

Muchos, de proximidad y a precios asequibles. Los comercios regentados por población china en España se han disparado desde la década de los 90, pero ahora el cierre repentino de algunos bazares en Mallorca ha desatado un murmullo inquietante en redes sociales: «Los chinos se están yendo de España». ¿Los supuestos motivos? La guerra arancelaria desatada por Donald Trump. La realidad, sin embargo, es otra. No se trata de un éxodo, sino de un cambio empresarial forzado por el difícil contexto económico al que se enfrentan cientos de pequeños comercios: inflación, más impuestos y auge de los gigantes del comercio online como AliExpress, Amazon, Temu y Shein. «Como le ocurre a muchos autónomos y pequeños empresarios en España, la comunidad china también sufre. La inflación, el aumento de los costes de cooperativos y suministros, y los cambios en los hábitos de consumo. Todo esto ha llevado a que algunos negocios de bajo margen dejen de ser sostenibles y los propietarios opten por cerrar o reinventarse», señala Ji Fang, presidente de la Asociación China de Baleares (Achinib), en declaraciones a LA RAZÓN.

La comunidad china no ha dejado de crecer en los últimos años en España, hasta el punto de que el número de ciudadanos nacidos en China que vive en el país se ha multiplicado casi por 19 desde 1998 en el padrón continuo del Instituto Nacional de Estadística (INE), pasando de los 12.036 en 1998 a 226.718 personas que nacieron en el país asiático y ahora viven en España. Pese a la crisis económica que estalló en 2008, la afiliación de ciudadanos con nacionalidad china no ha dejado de crecer. A cierre de 2024, se alcanzó un nuevo récord con 121.676 afiliados de esta nacionalidad y más de la mitad de ellos (54,6%) como autónomos, un rasgo característico de esta comunidad. Ningún otro colectivo de extranjeros tiene un porcentaje tan alto de autónomos en España. ¿Por qué son tan dados a montar sus propios negocios en lugar de trabajar como asalariados? Hay varios motivos.

En 2024 se alcanzó un récord de afiliados a la Seguridad Social con nacionalidad china: 121.676

En la cultura china existe una fuerte tradición de emprendimiento. Es común que las familias tengan pequeños negocios, y que el trabajo por cuenta propia sea considerado una vía digna y respetable para progresar. Además, para montar estos negocios existe un fuerte respaldo interno, mediante préstamos entre familiares y conocidos, traspaso de conocimientos y apoyo logístico. Estas redes reducen el riesgo y el coste de empezar un negocio propio. Muchos, asimismo, optan por montar negocios con casi garantía de éxito, como bazares y restaurantes, lo que reduce la incertidumbre. Por otro lado, emprender también les permite tener una fuente de ingresos pese a las barreras idiomáticas que podrían dificultarles el acceso a un trabajo asalariado. Y con su propio negocio pueden emplear a familiares y regularizar su situación legal más fácilmente.

Esta lista de razones ha hecho que actualmente todos los barrios españoles cuenten con uno o varios negocios regentados por población china. El cierre de algunos de ellos ha disparado las alarmas, ya que lo común hasta ahora ha sido ver un aumento de estos negocios o al menos una estabilización, pero precisamente la arraigada cultura de negocios de la población china es la que ha llevado a los empresarios chinos a tomar decisiones drásticas sobre sus comercios.

En el pódcast «Suena a Chino», Jesús Duque, asesor de empresas con más de 20 años de experiencia, especialmente con negocios emprendidos por población china, explica que «la comunidad china tiene una visión de emprendimiento que poca gente en el mundo tiene». «Ven el negocio y el filón al momento», añade, y «si un negocio no es viable, no tienen apego». «Si no funciona, fuera. Pasamos a otra cosa», explica Duque. Esto es precisamente lo que ha estado pasando con algunos comercios regentados por población china en Islas Baleares y el resto de España. Ni guerra comercial –EE UU ha impuesto aranceles del 145% a China–, ni euro digital, ni otros bulos que se han difundido por redes sociales.

La inflación, que ha incrementado todos los costes, desde suministros, a transporte y alquiler, y la imparable competencia de plataformas de comercio electrónico como Amazon, Temu o Shein han hecho que muchos pequeños comercios dejen de ser viables, incluidos los de la comunidad china, explican desde Achinib. A esto se suma el endurecimiento de ciertas normativas administrativas y fiscales que conllevan ciertas inversiones y ajustes que no siempre son viables. Todo ello ha provocado el cierre de varios bazares o pequeñas tiendas de alimentación en manos de población china.

«No hay ninguna guerra que obligue a los comerciantes chinos a irse de Europa», desmiente en redes sociales David Yao, creador de contenido y proveedor especializado en la venta de productos de liquidación provenientes de plataformas como Amazon, AliExpress, Shein y Temu. «El principal motivo de los cierres es el auge de las compras online. Han aparecido muchas plataformas. Las mercancías se pueden comprar directamente desde China con envío de siete días y sin necesidad de almacenar, pagar impuestos y contratar gente en España. [...] La gente joven compra online y esto va a ser así. No se puede parar», explica Yao. «Tengo un local. También han subido los alquileres y los impuestos y esto afecta mucho a las tiendas físicas, pero no solo a los bazares, sino a todos los comercios. El mercado ha cambiado», añade.

Pese a ello, Achinib insiste en que «la comunidad china sigue apostando por la actividad empresarial, pero con más análisis previo y con interés creciente en sectores distintos al comercio tradicional. En lugar de desinterés, lo que estamos viendo es un cambio de enfoque y una mayor cautela a la hora de emprender», explica a LA RAZÓN Ji Fang. Así, muchos empresarios chinos están cerrando bazares y tiendas pero «diversifican hacia sectores como la hostelería, la restauración, el turismo de bienestar, e incluso servicios digitales», señala Fang. «Se trata de una evolución empresarial lógica, después de décadas centrados en el comercio minorista. Hoy, muchos buscan negocios con mayor valor añadido y estabilidad», añade.

Fang insiste en que «no existe una tendencia generalizada de abandono ni un éxodo empresarial». «Baleares tiene más de 400 comercios regentados por empresarios chinos. Y solo hay 4 o 5 locales han cerrado o están liquidando su stock. Por tanto, no se puede hablar de una tendencia generalizada. Reiteramos: no hay un éxodo ni un cierre masivo, sino un proceso de renovación empresarial», subraya. Pero para facilitar el desarrollo de estas nuevas empresas, tanto fundadas por emprendedores chinos como españoles y de otras nacionalidades, reclama «mejorar estabilidad jurídica y fiscal, y claridad en las normativas locales». «Valoramos enormemente la seguridad, la calidad de vida y la acogida social que ofrece España, por lo que con pequeños ajustes, España podría consolidarse como un polo atractivo para más inversión China», concluye.

Luis Qiu, presidente de la Asociación de Vino China–España y de la Asociación de Chinos en Aragón, explica que muchos cierres son para cambio de tipo de negocio o simplemente algunos están liquidando el stock para mejorar su comercio de venta al por menor con mejor decoración y mejor mercancía. Reconoce que algunos comercios están pasando por momentos difíciles a causa del incremento de costes y de las grandes plataformas, pero insiste en que la población china no está cerrando para irse del país. «No existe otro país del mundo donde vivir mejor que en España», asegura.

Alianza con China ante la guerra comercial

Mientras EE UU ha reprochado a los países europeos su acercamiento a China, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, viajó a finales de semana a Pekín con el objetivo de reforzar los lazos comerciales con la administración de Xi Jinping en plena escalada de la guerra arancelaria entre EE UU y China. En una entrevista, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, advirtió que apostar por China en lugar de por EE UU sería «como cortarse el cuello», y calificó esa estrategia como un «error grave» para Europa. Sánchez ha hecho oídos sordos y se ha convertido en el primer líder europeo en visitar China desde que Washington endureció su política comercial, con aranceles del 145% a productos chinos, mientras que dio una tregua de 90 días al resto de países, aunque mantiene las tasas del 25% al acero, aluminio y vehículos europeos. Mientras tanto. Tras reunirse con Xi Jinping este viernes, Sánchez dijo que España «ve a China como socio de la UE» y anunció la firma de acuerdos comerciales.China, por su parte, comunicó que sube los aranceles a EE UU del 84% al 125%.