
Macroeconomía
El gasto público rompe por primera vez la barrera de los 700.000 millones
La cifra, récord absoluto, se ha disparado 230.000 millones con Sánchez en la Moncloa. El déficit cerró 2024 en el 3,15% y suma 438.000 millones con el socialista
El pasado año 2024 terminó con un gasto público consolidado superior a los 700.000 millones de euros. La cifra definitiva, que se conoció este jueves, asciende a 722.846 millones, un récord absoluto en toda la historia. Esa fabulosa cantidad es superior en unos 230.000 millones al montante del mismo concepto de 2018, el año en que el Pedro Sánchez accedió a la Moncloa como presidente del Gobierno, tras ganarle una moción de censura a Mariano Rajoy.
Esta fabulosa y poco imaginable cantidad de gasto supone un déficit público consolidado del 3,15% del PIB, según los últimos datos del Ministerio de Hacienda. Ese porcentaje, sobre un PIB de 1,6 billones, equivale a unos 50.000 millones de euros.

En cualquier caso, los déficits hay que financiarlos con deuda y la deuda, se compute de una o de otra manera, al final hay que pagarla. En este caso, el déficit de 2024 supone que la deuda pública neta española crezca en unos 50.000 millones, al margen de posible incrementos adicionales para financiar inversiones en defensa. Las cifras al cierre del ejercicio de 2024 tan solo constatan la creciente y ya muy larga tendencia de la economía española hacia los números rojos, los déficit galopantes y las montañas de deuda pública. Una historia que se repite, con algunos altibajos, desde hace varios decenios, pero que se ha acentuado en los últimos tiempos con el Gobierno de coalición.
Pedro Sánchez, sin duda, es el campeón del gasto y de los déficits. Durante su presidencia, el gasto público no solo ha pasado de 500.000 a casi 723.000 millones, sino que ha acumulado déficits por importe de 438.000 millones. Tuvo que afrontar la crisis de la pandemia, pero sus antecesores Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero debieron torear con la Gran Recesión, que se prolongó durante más años. No obstante, 2012, el primer año de Gobierno de Rajoy se cerró con 500.071 millones de gasto público. Cuando fue desalojado del poder, en 2018, ese capítulo permanecía estable, ya que se contabilizaron 501.497 millones de euros. Eso sí, el anterior presidente del Gobierno del PP tuvo que asumir un déficit acumulado de 377.000 millones.
Los números de su predecesor tampoco son más lucidos. Zapatero llegó al poder con un gasto público de 327.000 millones. Cuando salió de la Moncloa, la cifra era de 488.000 millones, es decir, había aumentado nada menos que 161.580 millones, mientras que en sus años de gobierno acumuló unos déficits de 315.000 millones, y eso que los ejercicios de 2005, 2006 y 2007 son históricos, porque son los únicos en casi medio siglo en los que las cuentas públicas se cerraron con números negros, es decir, superávits de 11.500, 23.000 y 22.000 millones. Todavía más atrás, los ocho años de la presidencia de José María Aznar se saldaron con un incremento del gasto de 95.900 millones de y unos déficit acumulados –los menores presentados por un presidente en tiempos modernos– de 82.000 millones.
1,2 billones de déficits
Los déficits acumulados por el sector público español desde principios de siglo suman la cifra, también fabulosa, de 1,2 billones, con «b» de burrada, de euros. Es lo que explica también que, en el mismo periodo, la deuda pública –según las criterios de la Unión Europea– haya pasado de los algo menos de 400.000 millones del año 2000 a los más de 1,6 billones actuales, con tendencia al alza, como apuntaba hace un par de días la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Es una larga historia de déficits y deuda que se ha agudizado cada año, con más gasto y déficit que apenas se reducen –cuando lo hacen– de forma simbólica. Y 2024, ya será para siempre, el año en el que el sector público español rebasó la barrera psicológica de los 700.000 millones de gasto. Ahora, camina hacia los 800.000 con el aplauso de demasiados, más deuda y déficits crónicos.
La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presumió ayer de buena gestión al presentar un déficit del conjunto de las Administraciones Públicas del 2,8% del PIB, siete décimas por debajo del dato de 2023 (3,52%), para sumar 44.597 millones de euros, logrando mejorar el objetivo comprometido por el Gobierno con Bruselas y lo exigido en el marco de las reglas fiscales europeas, limitadas al 3%. Sin embargo, el déficit real ha alcanzado el 3,15% del PIB y 50.187 millones, por encima del límite marcado. La causa de este incremento de tres décimas tiene que ver con el impacto presupuestario de las ayudas aprobadas por la DANA, aunque la Unión Europea ha permitido excluirlo al tratarse de un fenómeno natural.
Pero este cumplimiento del déficit no ha tenido que ver con un recorte del gasto, sino más bien con el récord de recaudación, el crecimiento económico y una mayor presión fiscal, que ha permitido volver a marcar un récord histórico de ingresos a las arcas públicas. El total de la recaudación tributaria se elevó a 294.734 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 8,4% respecto a 2023. El IRPF aumentó un 7,6%, hasta los 129.408 millones , mientras que el Impuesto de Sociedades creció un 11,5% y 39.096 millones. Por su parte, la recaudación por IVA se elevó un 7,6%, con 90.541 millones, y los impuestos especiales crecieron un 6,6%, hasta 22.128 millones. Muy destacable ha sido el comportamiento del impuesto de transacciones financieras, que alcanzó un incremento de 25,5%, y el del impuesto a determinados servicios digitales, que se incrementó un 23,8%.
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