Mercado inmobiliario

Gonzalo Bernardos (62), economista, sobre el mercado inmobiliario: "Quienes no tienen padres con dinero no pueden comprar"

Alquileres por las nubes y sueldos congelados durante treinta años: la tormenta perfecta que impide emanciparse a más del 80% de los jóvenes en nuestro país

Las inmobiliarias del sector español invertirán un 20% en tecnología.
Las inmobiliarias del sector español invertirán un 20% en tecnología.UnplashUnplash

Los salarios en España llevan tres décadas prácticamente congelados. Mientras el coste de la vida no ha dejado de subir, los sueldos reales apenas han crecido un 2,7 % en los últimos treinta años, un dato que sitúa al país en el furgón de cola de la OCDE. Esta parálisis del poder adquisitivo, fruto de un modelo económico que históricamente ha primado la creación de empleo de baja cualificación sobre la mejora salarial, es el verdadero origen de la crisis de la vivienda que asfixia a la sociedad española.

En este contexto, la escalada de los precios inmobiliarios, con subidas interanuales que en algunas zonas ya superan el 12 %, ha abierto un abismo económico insalvable para una inmensa mayoría de la población. La brecha entre lo que se gana y lo que cuesta un hogar es cada vez más profunda, convirtiendo un derecho fundamental en algo inalcanzable. A este complejo escenario se suma la perspectiva de otros expertos como Niño Becerra, quien alerta de que la demanda de vivienda española está siendo sustituida por la extranjera, lo que contribuye a presionar aún más los precios al alza.

De hecho, esta tormenta perfecta ha transformado el mercado del alquiler en lo que el economista Gonzalo Bernardos no duda en calificar en RNE como una "trampa mortal". Con un encarecimiento medio del 10,5 % en el último año, pagar una renta mensual devora la capacidad de ahorro de las familias y les impide acumular el capital necesario para plantearse la compra en un futuro, creando así una espiral sin salida.

El origen del problema: un modelo económico fallido

Por otro lado, la compra de una vivienda tampoco se presenta como una alternativa viable. La política habitual de las entidades bancarias, que limitan la financiación al 70 % del valor de tasación del inmueble, supone una barrera de entrada infranqueable para cualquiera que no cuente con un considerable colchón económico previo o con el apoyo familiar para cubrir el 30 % restante más los gastos asociados. Ante esta dificultad, muchos buscan formas de fortalecer sus finanzas, por lo que puede ser útil consultar una guía sencilla para empezar a ahorrar dinero en España y construir el capital necesario.

Asimismo, Bernardos critica con dureza algunas de las soluciones propuestas desde la Administración, como el bono alquiler joven. Considera que se trata de una medida a su juicio contraproducente que, además de discriminar a otros colectivos vulnerables, contribuye a inflar todavía más los precios que pretende mitigar, beneficiando en última instancia a los propietarios en lugar de a los inquilinos. De hecho, la visión del economista sobre la situación de las nuevas generaciones es a menudo contundente, pues Gonzalo Bernardos también ha afirmado que los jóvenes "cobran poco pero se lo pasan muy bien", generando un amplio debate sobre sus hábitos de consumo.

La consecuencia más desoladora de este panorama se refleja en las cifras de emancipación juvenil. Más del 83 % de los jóvenes españoles se ven obligados a seguir viviendo con sus padres ante la imposibilidad de independizarse, una realidad dramática que cronifica la dependencia y obliga a retrasar proyectos vitales fundamentales para toda una generación.