Agricultura

Hansen, un comisario de Agricultura europeo de chichinabo

LA PAC pierde su independencia y autonomía y el dinero deja de ser sagrado pese a las promese de Von der Leyen. España será uno de los países más perjudicados por los recortes del presupuesto agrícola

Economía.- CCOO cree que con la propuesta de la CE la PAC queda "muy tocada" y con recortes "inasumibles"
Los agricultores avanzan un "otoño caliente" por los recortes en el PACEuropa Press

Una de las acepciones de chichinabo es «de poca importancia, insignificante». Pues bien, cuadra a la perfección con el peso que tiene el comisario de Agricultura, el luxemburgués Hansen, entre sus colegas, a tenor de los resultados de las propuestas de la Comisión Europea sobre el Marco Financiero de la UE 2028-34 y sobre la reforma de la Política Agraria Común (PAC), que se debería aplicar durante el periodo. Ambos documentos fueron aprobados y presentados por la Comisión la semana pasada en Bruselas y se pueden resumir en dos ideas clave. La primera, que la PAC, que es la única política común que de verdad ha existido, va a desaparecer como tal, aunque se mantenga el nombre, ya que perderá su independencia. Y la segunda, que su dinero tendrá un recorte superior al 20% si el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo aprueban las propuestas. Conclusión: Hansen ni pincha ni corta en el Colegio de Comisarios.

La desaparición de hecho de la PAC tiene varias vertientes. De entrada, su dinero, que hasta ahora era «sagrado», y deja de serlo. En los últimos Marcos Financieros Plurianuales, cuando se establecía una cantidad, eso iba a misa y se mantenía durante los siete años destinada específicamente a esta política, que era autónoma e independiente. A partir de 2028, esa partida presupuestaria se mete en un saco conjunto con los otros fondos previstos en la normativa comunitaria, como los de cohesión, estructurales y Fondo Social Europeo. Las partidas asignadas a cada uno de ellos se distribuyen también entre los Estados miembros en forma de una especie de «sobres nacionales»; el dinero de cada uno se puede trasvasar a los otros en unos determinados límites, lo que se traduce en la ya citada perdida de independencia y autonomía de la PAC. En segundo lugar, esta va a perder la C de común, ya que continua el proceso de renacionalización de la misma, dejando más libertad a cada uno los países para que sus respectivos Gobiernos (en el caso de España habría que añadir el papel de las comunidades) puedan gestionar a su antojo el dinero que llegue de Bruselas. Finalmente, y esto también es importante, aunque secundario a los puntos anteriores, los fondos de la PAC tendrán un recorte superior al 20% en relación con las cifras actuales: independientemente de cual sea la reducción final, habría que añadir el efecto de la inflación a lo largo de estos años.

En resumen: perdida de independencia y autonomía, renacionalización y recortes bestiales. Y todo ello, que se deriva de las propuestas de la Comisión, se produce a pesar de las afirmaciones y promesas hechas por la presidenta Von der Leyen sobre el apoyo al campo a raíz de las últimas protestas de principios del año pasado. Además, resulta que desde Bruselas habían planteado como objetivo prioritario de esta legislatura aumentar la independencia y la soberanía alimentaria de la UE, lo que entra en contradicción con estas medidas. Las otras prioridades son más gasto en defensa, en la reindustrialización y la digitalización de la economía para no perder el tren tecnológico y poder enfrentarse de tu a tu con otros países como China, EE UU e India.

Más con menos

En definitiva, se quiere hacer más con el mismo o parecido dinero que ahora, porque los Estados miembros rechazan aumentar el presupuesto comunitario y subirlo hasta las cifras que se necesitarían. En consecuencia, la Comisión se ha visto obligada a proponer recortes en las principales partidas del gasto actual, en el que la PAC supone un tercio. Ello ha provocado un rechazo frontal de todo el sector agrario de la Unión Europea, que ya realizó una concentración de protesta en el barrio europeo de Bruselas el miércoles pasado, coincidiendo con la presentación de las propuestas. Los dirigentes de las organizaciones agrarias aprovecharon la ocasión para anunciar un otoño caliente, con la vuelta de los tractores a las calles, plazas, carreteras, autovías y autopistas. «Parece ser que es lo único que entienden en Bruselas y en las capitales de los Estados miembros», señaló alguno de esos dirigentes.

En el caso de España también habría movilizaciones. Nuestro país es el segundo Estado miembro más beneficiado por el dinero de la PAC, solo por detrás de Francia, y sería por lo tanto uno de los más perjudicados por el recorte que se pretende dar a sus fondos. En España se acogió con mucha esperanza la designación de Hansen como comisario de Agricultura, expectativas que ahora se han visto defraudadas.