Reino Unido

Iberdrola apuesta por Reino Unido pese al Brexit

La española invertirá 700 millones de euros en ampliar la emblemática central hidroeléctrica de Cruachan, en Escocia

En 1965 fue la primera planta hidroeléctrica del mundo de almacenamiento por bombeo reversible de gran salto
En 1965 fue la primera planta hidroeléctrica del mundo de almacenamiento por bombeo reversible de gran saltolarazon

La española invertirá 700 millones de euros en ampliar la emblemática central hidroeléctrica de Cruachan, en Escocia

Iberdrola afianza su liderazgo en Reino Unido con la ampliación de la central hidroeléctrica de Cruachan. Ubicada en el profundo valle de Argyll (Escocia), su inauguración en 1965 supuso un auténtico hito, al convertirse en la primera planta hidroeléctrica de almacenamiento por bombeo reversible de gran salto del mundo. Durante más de medio siglo, ha sido pieza clave de la infraestructura, produciendo electricidad para satisfacer los picos de la demanda en el país.

Actualmente, cuenta con una capacidad de 440 megavatios (MW). Pero, a falta tan sólo de unos trámites burocráticos, Scottish Power, filial británica de la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, conseguirá llegar a los 1.040 MW, con un proyecto que supondrá una inversión de 700 millones de euros y que utilizará tecnología «made in Spain».

Dependiendo cada vez más de una energía eólica y solar intermitente, las plantas de almacenamiento de bombeo están viviendo un renacimiento en Reino Unido, donde se está viviendo una auténtica eclosión de las fuentes de energías verdes. La apuesta por la descarbonización ha llevado incluso al cierre de la térmica de Longannet (600 MW), al cargo también de Scottish Power.

En los tres primeros meses de este año, el 25,1% de la red eléctrica británica provino de renovables. En todo 2015, el porcentaje fue del 22,8%. En España, el año pasado el porcentaje fue del 18%, aunque hubo picos en los que el 100% procedía de la eólica.

Según David Bowie, responsable de operaciones y mantenimiento en Cruachan, «la gran ventaja que aporta la central es la rapidez». Se puede pasar de cero a 440 MW en cuestión de dos minutos. La capacidad de reacción de las de ciclo combinado es de mínimo dos horas, las de carbón son 5 horas y las nucleares entre uno y dos días. Según Bowie, «al ser una hidroeléctrica de bombeo, emplea la electricidad que sobra al sistema cuando cae la demanda –generalmente por las noches– para llenar su balsa superior y soltar el agua cuando se necesita, de ahí que se les considere también almacén eléctrico».

La sala de turbinas de Cruachan, situada dentro de una caverna de granito a 400 metros por debajo de la ladera de la montaña, está operativa las 24 horas del día. De momento, aún no se ha definido qué modelo se llevará a cabo para ejecutar la ampliación, un desafío de ingeniería que conllevará construir una nueva bóveda que albergue la flamante maquinaria con capacidad para 20 millones de metros cúbicos de agua. Las opciones pasan por hacer más grandes las instalaciones actuales o replicar la central en su totalidad para comunicarla internamente. Los trabajos de extensión podrían alargarse un decenio, aunque está previsto que en 2018 pueda funcionar ya la primera de las cuatro nuevas turbinas. Según Bowie, se quiere mantener el número en vez de optar por construir una más grande para continuar ofreciendo una respuesta rápida cuando la red eléctrica lo demande.

A los 4.000 hombres que construyeron la central hace más de 50 años se les conoce como «Tunnel Tigers» y son una auténtica institución en Escocia. Las obras se realizaron entre 1959 y 1965 y 30 de ellos perdieron la vida.

El objetivo de Escocia es alcanzar para 2020 el 100% del consumo de renovables, situado actualmente en el 75%. Su potencial ha llevado a Iberdrola, junto a National Grid, a realizar una inversión de 1.200 millones para tender el que será el cable eléctrico submarino más largo del mundo, con un total de 770 kilómetros con la intención de aprovechar la producción en los Highlands para acercarla a los principales centros de consumo en Inglaterra y Gales. Western Link –el nombre de esta interconexión– tendrá una capacidad para transportar 2.200 MW, lo que supone abastecer la demanda eléctrica de más de cuatro millones de hogares cada año mediante el tendido de dos cables de 600 KV de tensión cada uno.

Iberdrola, que sigue apostando así por Reino Unido pese al Brexit, ya ha anunciado que tiene cubierto el impacto de la depreciación de la libra en su beneficio mediante derivados y otros productos financieros. La compañía lleva invertidos hasta septiembre más de 1.000 millones de euros en el Reino Unido, que concentra el 45% de su inversión extranjera.