Energía

Los ingenieros consideran "esencial" que se alargue la vida de las centrales nucleares

Los 17 miembros de la Real Academia de Ingeniería aseguran que el cierre de esas centrales en el calendario previsto no es defendible ni económica, ni técnica ni ambientalmente"

Planta de energía nuclear al este de Yorkshire, Reino Unido
Planta de energía nuclear al este de Yorkshire, Reino Unidolarazon

El cierre de las centrales nucleares con el calendario previsto para el “apagón nuclear”, las últimas de las cuales serían en 2035 -las de Vandellós II y Trillo- debería “revisarse” para alagar la vida de esas centrales, toda vez que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima excluye a priori el parque nuclear existente, “con instalaciones seguras que podrían seguir generando energía de bajo coste y libres de emisiones de Gases Efectos Invernadero (GEI)”, exclusión que “no es defendible ni económica, ni técnica, ni ambientalmente”.

Así lo sostienen 17 académicos de la Real Academia de Ingeniería (RAI) que han suscrito un documento a título particular en el que piden a las autoridades competentes que se pueda ampliar el tiempo de funcionamiento de las centrales nucleares, algo que se considera “esencial”.

“La extensión de vida de las centrales nucleares españolas, mientras sean seguras y necesarias en la transición hacia la descarbonización, se considera esencial para una evolución del sistema eléctrico sin sobresaltos”, sostienen al respecto los académicos, quienes añaden que, por ese motivo, “urge una negociación sin apriorismos entre operadores nucleares y el gobierno para alcanzar un acuerdo que garantice beneficios razonables a los primeros y una energía asequible, sin emisiones de Gases Efecto Invernadero y segura”.

Junto a ello, se esgrime que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima no considera en ningún momento la instalación futura de reactores pequeños, los cuales “contribuirían a la generación de electricidad firme, gestionable y de bajo coste y prestarían respaldo a las energías renovables intermitentes”; y, además, algunas tecnologías reducirían el volumen del “combustible nuclear parcialmente usado” en las centrales nucleares existentes y, por tanto, los problemas de almacenamiento en el Almacenamiento Geológico Profundo.

Poe este motivo, los 17 académicos de la RAI que han suscrito este documento solicitan que el mencionado Plan Nacional Integrado de Energía y Clima sea revisado y se establezcan hojas de rutas alternativas a las propuestas sobre transición energética, es decir, al calendario de cierre de las centrales nucleares, “de forma que sus objetivos abran abanicos de diferentes posibilidades con un soporte riguroso “para comparar los análisis de las distintas opciones, sin apriorismos excluyentes”.

El documento ha sido suscrito por los 17 académicos tras analizar las distintas ponencias e intervenciones que se produjeron en el marco de las Jornadas que celebró recientemente la RAI sobre “El papel de la energía nuclear en la transición energética española”.

Recomendaciones energía nuclear

Recomendación 1

La visión de un sistema energético en el horizonte de la década de 2030, basado en ERRR con el apoyo de CTCC de gas, que considera el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), debería revisarse en las circunstancias actuales de alta incertidumbre en el suministro de gas porque:

  • Excluye a priori el parque nuclear existente con instalaciones seguras que podrían seguir generando energía de bajo coste y libres de emisiones de GEI. Esta exclusión no es defendible ni económica, ni técnica, ni ambientalmente.
  • No considera la instalación futura de reactores modulares pequeños (Small Modular Reactors, SMRs), que, aparte de las posibilidades de escalación según necesidades, contribuirían a la generación de electricidad firme, gestionable y de bajo coste y prestarían respaldo a las EERR intermitentes. Asimismo, algunas tecnologías reducirían el volumen del "combustible nuclear parcialmente usado" en las CCNN existentes y, por tanto, los problemas de almacenamiento en el AGP.
  • Debería contemplar, definir y analizar en su revisión varios escenarios u hojas de rutas alternativas para la transición energética, de forma que sus objetivos abran abanicos de diferentes posibilidades con un soporte riguroso para comparar los análisis de las distintas opciones sin apriorismos excluyentes.
  • Los múltiples escenarios tendrían que examinar en profundidad las implicaciones de utilizar rangos para las evoluciones temporales hasta 2030de las variables exógenas (PIB, población, número de viviendas, cambio de estructura económica –objetivo primordial de los fondos NextGeneration-, precios de los combustibles fósiles, coste de derechos de emisión de GEI, costes tecnológicos) en vez de valores únicos. Esta es la forma correcta de acotar la incertidumbre de las proyecciones a corto, medio y largo plazos. La consideración de solamente dos escenarios, “Tendencial” y “Objetivo”, limita el alcance del PNIEC y no permite un análisis cuantitativo de diferentes alternativas para apoyar técnicamente con rigor las decisiones tomadas.
  • Propone, en principio, un alto incremento de la potencia instalada de EERR del escenario “Objetivo”, que parece difícil de alcanzar a la luz de la experiencia de las dos últimas décadas en España.
  • Algunas conclusiones (p. 226) parecen excesivamente optimistas.

Recomendación 2

Modelos rigurosos, presentados en las Jornadas, demuestran que los escenarios que prescinden de la energía nuclear conllevan costes de generación eléctrica y precios al consumidor más altos, un incremento de las emisiones de GEI y una reducción de la seguridad de suministro. Bajo ningún concepto, se deben comprometer los retos sociales, ambientales y económicos.

Recomendación 3

Aparte del, tantas veces frustrado, Pacto de Estado sobre la energía, la extensión de vida de las CCNN españolas, mientras sean seguras y necesarias en la transición hacia la descarbonización, se considera esencial para una evolución del sistema eléctrico sin sobresaltos. Urge una negociación sin apriorismos entre operadores nucleares y el gobierno para alcanzar un acuerdo que garantice beneficios razonables a los primeros y una energía asequible, sin emisiones de GEI y segura.