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Las «fintech» amenazan el negocio tradicional

La Razón
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Estas plataformas tecnológicas harán peligrar entre el 10 y el 40% del beneficio de las entidades bancarias. La inversión en ellas se triplicó en 2014.

El sector financiero ha entrado en una nueva era. La tecnología ha revolucionado su negocio y las start-ups «fintech» debilitarán a las entidades tradicionales. O incluso las harán desaparecer. De hecho, más de la mitad de los directivos ya han admitido la presión que ejercen los nuevos competidores, que pueden constituir una amenaza letal.

Si bien actualmente alrededor del 45% de los servicios financieros son digitales, se estima que en 2020 el porcentaje escalará hasta el 70%. Así, la irrupción de las nuevas «fintech» pondrán en peligro entre el 10% y el 40% del beneficio bancario antes de 2025. Antonio Herráiz, director del Programa Directivo de Innovación y Tecnología Financiera del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), destaca que este fenómeno ha acelerado la transformación digital de las grandes entidades financieras y que aquellos bancos que no sean capaces de realizar exitosamente su digitalización durante los próximos cinco años tendrán una gran probabilidad de sucumbir. Los bancos tradicionales deben transformar sus plataformas tecnológicas para poder competir en la nueva jungla digital, donde también entrarán en escena «players» de la talla de Paypal, Google o Apple.

En diciembre de 2014, según datos de Eurostat, el 37% de la población española entre 15 y 74 años –13 millones de clientes– usaba la banca por internet. Y la proporción de clientes de banca móvil respecto de la banca on-line sería del orden del 40-50%, que situaría los clientes de esta modalidad de la banca en torno a los seis millones. Es decir, el móvil ya es el mayor canal de la banca por volumen de transacciones y uno de los factores más importantes a la hora de elegir una entidad. Sin embargo, fuentes del sector aseguran que la oficina bancaria continúa siendo un elemento de confianza y que sólo desaparecerá la tarea más tradicional.

EXPLOSIVO CRECIMIENTO

La industria fintech ha registrado un explosivo crecimiento desde 2014, y la evolución se ha manifestado tanto desde el punto de vista del número de startups creadas como desde la inversión recibida por este tipo de empresas y las nuevas formas de colaboración establecidas entre estas compañías y las entidades financieras tradicionales.

Mientras que en 2014 se crearon 17 empresas fintech españolas, en 2015 aparecieron otras 13. En el listado elaborado por Mooverang ya hay 109 empresas identificadas. Herráiz revela que, en términos numéricos, la inversión de fondos en startups fintech se triplicó en 2014 y ascendió a 9.392 millones de euros. En 2015 se calcula que han sido más de 15.000 millones de euros invertidos. En Europa, la inversión se concentra mayoritariamente en Reino Unido, Irlanda y los países nórdicos.

«En España se triplicó la inversión en esta industria durante 2015, lo que confirma que efectivamente el sector financiero está ante una profunda revolución digital». La regulación está en el punto de mira, ya que marcará los límites para estos nuevos actores. En 2015 se aprobó el proyecto de ley del «crowdlending» y del «crowdfunding», un hito que fija un marco regulatorio a estas fuentes.

Pese a que en nuestro país cerca del 90% de la financiación empresarial proceda de los bancos, existen 160.000 millones de euros fuera del circuito bancario. Herráiz reitera que la financiación alternativa mediante préstamos o créditos, a personas y empresas a través de una red abierta y participativa de prestamistas, es uno de los sectores que más está creciendo en nuestro país, y que un buen número de startups «fintech» ya quieren ocupar este nicho de mercado. Este área no sólo supone una nueva vía de financiación para particulares y pymes que puede contribuir al crecimiento empresarial de España, sino que constituye «una de las mayores amenazas para los bancos tradicionales, porque atenta contra su ‘‘core business’’, la intermediación financiera».

Transformación digital

Los bancos, por su parte, intentan transformarse digitalmente para reaccionar frente a estas empresas que ofrecen una mejor experiencia al cliente y reducen las comisiones pagadas por algunas operaciones y servicios. El director del Programa Directivo de Innovación y Tecnología Financiera del IEB sostiene que la creación de una cultura ágil –donde la innovación esté integrada en el ADN–, la captación de nuevo talento digital y el establecimiento de vehículos de inversión especializados en «fintech» son algunas de las acciones que las grandes entidades financieras están realizando para competir.

Philippe Gelis, CEO de Kantox y presidente de la Asociación Española de Tecnología Financiera, Fintech, afirma que las estructuras más tradicionales están viendo las orejas al lobo con la entrada de las fintech al terreno de juego, y remite a un estudio elaborado por la consultora McKinsey, del que se desprende que, en cinco de los principales negocios de la banca minorista, entre un 20 y un 60% de los beneficios podrían estar en riesgo. «Las ‘‘fintech’’ no supondrán el fin de la banca en sí, pero acabarán con el concepto tradicional, con su mala praxis y sus abusos». Aunque admita que los bancos han visto la oportunidad de montarse en esta ola, Gelis cree que, debido a su naturaleza, se quedarán en lo más superficial.