
Economía y bolsillo
Laura Encina, economista, advierte sobre el problema de comprar un móvil nuevo: "Es una de las mayores deudas que tenemos hoy en día"
Financiar unos aparatos para el niño o el último modelo de móvil. Saber distinguir entre la deuda buena y la mala se ha convertido en una cuestión clave para la economía de miles de familias españolas

El día a día de las familias españolas se asemeja cada vez más a una carrera de obstáculos económicos. La tormenta perfecta parece cernirse sobre los hogares, que deben hacer malabares para cuadrar las cuentas en un panorama económico cada vez más complejo. A la dificultad para acceder a una vivienda se suman las advertencias que llegan desde Bruselas sobre el sistema de pensiones y las reformas fiscales que prepara el Gobierno, dibujando un escenario lleno de incertidumbre para la planificación financiera a largo plazo, del cual habla Laura Encina en su cuenta de Instagram.
De hecho, uno de los mayores quebraderos de cabeza es, sin duda, el mercado inmobiliario. Para muchos, el acceso a la vivienda se ha convertido en una auténtica quimera, con previsiones que apuntan a un aumento sostenido de los precios en los próximos años. El encarecimiento se nota especialmente en las grandes capitales y en las zonas costeras de nuestro país, lo que ahoga la capacidad de ahorro y obliga a destinar una porción cada vez mayor de los ingresos a pagar un techo.
Por si fuera poco, la presión sobre las finanzas públicas y privadas no termina ahí. Desde la Unión Europea ya se avisa de que España será el país que más recaudación dedique al pago de las pensiones, un factor de un peso notable para el futuro de la economía nacional. A esta situación se suma que Hacienda ya tiene perfilado el nuevo modelo de financiación autonómica, otra pieza clave que añade una capa de complejidad al equilibrio presupuestario y, por extensión, al bolsillo de los ciudadanos.
La gestión de la economía doméstica, un reto en mayúsculas
En este contexto tan exigente, la forma en que cada persona gestiona su dinero se vuelve fundamental. Los expertos insisten en que es crucial aprender a distinguir entre deudas que pueden considerarse una inversión y aquellas que son directamente perjudiciales para la salud financiera.
Así pues, no todos los créditos son iguales. Nadie dudaría en financiar una ortodoncia o un tratamiento dental, ya que son desembolsos justificados por la mejora en la calidad de vida que suponen. En el lado opuesto se sitúan los caprichos, como costear unas vacaciones a crédito, una práctica que los analistas desaconsejan por completo al comprometer la estabilidad económica sin aportar un retorno tangible. La pregunta clave antes de firmar es sencilla: «¿Lo quiero o lo necesito?».
Sin embargo, en la era digital existe una trampa muy extendida en la que caen miles de consumidores: la compra de tecnología a plazos. Adquirir el último modelo de teléfono móvil mediante financiación es una de las costumbres más criticadas por los especialistas. La experta en finanzas personales Laura Encina es tajante al respecto: «Es una de las peores deudas que tenemos hoy en día». Un aviso contundente sobre cómo un pequeño gesto puede convertirse en un gran problema.
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