
Economistas
Gonzalo Bernardos, economista, tajante sobre los pisos turísticos: “En ningún barrio tiene que haber más del 5%”
¿El fin de los pisos turísticos tal y como los conocemos? El economista Gonzalo Bernardos propone una regulación sin precedentes: tratarlos como hoteles, con IVA y estrellas, y ubicarlos en edificios exclusivos para frenar su expansión en los barrios
- [[LINK:INTERNO|||Article|||68ff6766faf68e000736d9a3|||Pedro Becerro, economista, desvela cómo potenciar las finanzas personales: “Los tipos de interés…”]]
- Pau Antó, economista, sobre la mentalidad de ocio: “No es falta de dinero”

Fijar un límite estricto a la proliferación de pisos turísticos es la clave para evitar que los barrios de las grandes ciudades españolas pierdan su identidad. Sobre esta premisa, el economista Gonzalo Bernardos ha diseñado una hoja de ruta cuyo pilar fundamental es la limitación cuantitativa, pues considera que “en ningún barrio tiene que haber más del 5%” de estas viviendas. El objetivo final no es otro que poner un coto a la masificación que acaba expulsando a los vecinos de sus hogares de toda la vida.
De hecho, la propuesta va más allá de un simple tope porcentual y plantea un cambio de paradigma completo. La idea central es dejar de considerar estos arrendamientos como un acuerdo entre particulares para tratarlos como lo que son en la práctica: una actividad económica en toda regla. Este enfoque supondría un giro radical en su regulación, sometiéndolos a las mismas obligaciones que cualquier otro negocio que opera en el tejido urbano.
En este sentido, una de las consecuencias más directas de este cambio conceptual sería la prohibición de mezclar usos turísticos y residenciales en un mismo inmueble, una medida que busca atajar los conflictos vecinales. La explotación de estos pisos se limitaría a edificios de uso exclusivo para esta actividad, que además tendrían que asumir las cargas fiscales correspondientes a un negocio, como el pago del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA).
Un modelo para garantizar la calidad y reinvertir beneficios
Por otro lado, el plan de Bernardos no se detiene en las limitaciones y la fiscalidad, sino que aborda también la calidad del servicio. Para ello, se propone la creación de un sistema de categorización por estrellas, similar al que rige en el sector hotelero. Esta clasificación permitiría a los visitantes conocer de antemano el nivel real del alojamiento y estaría vinculada al cumplimiento de una normativa técnica con estándares mínimos sobre ventilación o metros cuadrados por huésped.
Asimismo, y para cerrar el círculo, el modelo regulatorio se completa con la implantación de una tasa turística de carácter obligatorio. Lejos de tener un afán puramente recaudatorio, los ingresos generados por este impuesto se destinarían directamente a financiar mejoras en los barrios y en el conjunto de la ciudad. Se busca así que una parte de los beneficios que genera el turismo revierta en el bienestar de los ciudadanos que soportan sus consecuencias.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


