Energía

Las mujeres de la central nuclear de Almaraz, a Yolanda Díaz: «No son solo dos reactores, hay vidas en juego»

Carta abierta a la vicepresidenta segunda para que frene el cierre de la planta: "No hay justicia social si se apagan los motores de la España rural"

Trabajadores de la Central Nuclear de Almaraz instan a las empresas a presentar la prórroga y al Gobierno a aceptarla
Central nuclear de AlmarazEuropa Press

La plataforma que agrupa a las mujeres afectadas por el cierre programado de la central nuclear extremeña de Almaraz ha pedido por carta a la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, que «interceda» ante el Gobierno y promueva una mesa de diálogo «real» con la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Sara Aagesen, para que no se deje atrás a más de 4.000 personas.

En la misiva, que firma la portavoz de Mujeres por Almaraz, Virgina Aizkorbe, se reclama a Díaz «que mire más allá de la ideología». «Somos conscientes de que el pacto entre Sumar y el PSOE recoge de forma expresa el cierre progresivo de las centrales nucleares, y entendemos la voluntad política que hay detrás: avanzar hacia un modelo más sostenible, aunque la descarbonización no se entiende sin nucleares», reconoce la plataforma.

Sin embargo, Aizkorbe pide a Díaz que escuche «el clamor de los sindicatos, de los técnicos, de las pequeñas empresas y de las mujeres que sostenemos cada día esta comarca».

«Le pedimos que reconsidere esa decisión porque una transición energética justa no puede construirse sobre el sacrificio de miles de familias. Un cambio de modelo no puede dejar atrás a los trabajadores, a las familias y a los territorios que han sostenido durante décadas el suministro y la estabilidad energética de España. Por eso creemos que es momento de detenerse, escuchar y dialogar con realismo y humanidad, antes de apagar una fuente de empleo y futuro que da vida a una región», se remarca.

La carta –escrita «desde el corazón del Campo Arañuelo, una comarca que vive con esperanza, pero también con el miedo de volver a quedarse atrás»– apela directamente a la conciencia y sensibilidad personal de Yolanda Díaz: «No es una carta política, sino humana». «Usted también es madre, y quizá por eso pueda entender lo que sentimos. Cuando se nos dice que en 2027 o 2028 se apagará la central, lo que oímos (...) será el momento en que muchos jóvenes tengan que marcharse porque aquí no quedará trabajo. Nos piden aceptar que nuestros hijos se vayan, y eso no es transición ecológica: es abandono», denuncia la plataforma.

Las mujeres de Almaraz recuerdan que detrás de cada decisión energética «hay personas, empleos, aulas, comercios y hogares». «No estamos hablando de cifras, sino de vidas (...) Lo que está en juego no son solo reactores, sino familias enteras, el alma de una región que no quiere volver a vaciarse (...) No hay transición verde si deja a su paso desiertos demográficos. No hay justicia social si se apagan los motores de la España rural. Y no hay política feminista si se condena a miles de mujeres a perder su empleo, su autonomía y su tierra», prosigue la carta, en la que se pide a Díaz un encuentro.