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Economía y bolsillo

Natalia de Santiago, economista, explica su truco para ganar más dinero: "Recortar donde no duele"

La economista desvela pequeñas acciones diarias para poder incrementar nuestros ahorros de manera progresiva

Cómo ahorrar sin darte cuenta: trucos de “ahorro automático” que ofrecen bancos y apps GoogleGoogle

Ahorrar no es guardar lo que sobra a final de mes. Lejos de esta creencia popular, la economista Natalia de Santiago propone invertir el proceso: el ahorro debe ser la primera partida que se retira de los ingresos, no la última. La autora del libro ‘Invierte en ti’ defiende que la manera más eficaz de acumular capital es tratar el ahorro como un gasto fijo e ineludible. Para lograrlo, su recomendación es clara y directa: automatizar una transferencia periódica desde la cuenta corriente a una de ahorro o inversión nada más recibir la nómina.

Para ello, el punto de partida indispensable es la planificación. La experta sostiene que es fundamental elaborar un presupuesto anual realista, tomando como referencia el del ejercicio anterior, para tener una hoja de ruta clara sobre las finanzas personales. Este análisis permite ordenar los gastos por categorías y, sobre todo, identificar aquellos pagos anuales que a menudo pasan desapercibidos y pueden desequilibrar cualquier economía doméstica si no se prevén con la suficiente antelación.

En este sentido, una vez se tiene el control sobre las cuentas, el siguiente paso es optimizarlas. La filosofía de De Santiago no se basa en renunciar a los pequeños placeres cotidianos, como el café de media mañana, si estos aportan bienestar. La clave consiste en revisar los grandes contratos periódicos, donde suele existir un margen de mejora considerable.

Una nueva mirada sobre las finanzas personales

De hecho, la economista resume su método en una frase contundente: «Recortar donde no duele». Este enfoque busca concentrar los esfuerzos en aquellos desembolsos que, una vez optimizados, generan un ahorro recurrente sin afectar al día a día. Hablamos de la factura de la luz, el gas, el teléfono o las diferentes pólizas de seguros. Se trata de renegociar activamente las condiciones o buscar alternativas más competitivas en el mercado, una acción que libera recursos de forma sostenida en el tiempo.

Por otro lado, la autora se aleja de la demonización de los conocidos como «gastos hormiga». Si esos pequeños caprichos diarios aportan un valor tangible, no hay por qué eliminarlos. Para ella, la constancia es el verdadero motor del éxito financiero, ya que la suma de pequeños ajustes en las áreas adecuadas acaba generando un capital importante. Su compromiso con esta visión a largo plazo es tal que, al ser preguntada sobre qué haría con 1.000 euros inesperados, no duda: los invertiría directamente en su plan de jubilación.