Vivienda

Piso de alquiler: ¿pueden echarme aunque tenga un contrato?

La duración habitual de este contrato suele ser de un año, aunque este puede ir prorrogándose hasta un máximo de cinco años

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Las llaves de una viviendaDreamstime

El contrato de alquiler establece la relación entre un casero y un inquilino, donde se obliga a ambas partes que, por un tiempo determinado, se ceda un bien de su propiedad a cambio del pago de una renta.

La duración habitual de este contrato suele ser de un año, aunque este puede ir prorrogándose hasta un máximo de cinco años –siete para las personas jurídicas–, prorrogables de forma tácita otros tres años adicionales. Sin embargo, si no se ha estipulado un plazo de duración o este es indeterminado, se entenderá que estos duraran por un año, tal y como establece la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU). Pero, ¿puede un propietario echar del piso al inquilino aunque tenga un contrato?

A pesar de que este documento puede ofrecer cierta seguridad y protección a aquellos que viven de alquiler, es posible que estos sean desalojados por diferentes circunstancias y, por consiguiente, el arrendador pondrá fin al contrato.

No cumplir con las obligaciones

El inquilino tiene la obligación de pagar la mensualidad de la renta en los plazos estipulados, abonar una fianza legal o incluso encargarse del pago de los suministros, entre otras. Por tanto, en el caso se incumpla alguna de esta obligaciones establecidas en el contrato de arrendamiento, el propietario podrá desalojar al inquilino de un piso de alquiler y rescindir el contrato.

"El incumplimiento de las obligaciones por parte del inquilino debe ser demostrado de manera fehaciente para evitar conflictos legales", tal y como explican desde la inmobiliaria donpiso. Por tanto, ambas partes deberán respetar sus responsabilidades contractuales para evitar la finalización anticipada del contrato de alquiler.

Necesitar la vivienda para sí mismo o para la familia

Otro de los motivos por los que se puede echar a un inquilino de un piso de alquiler será cuando el propietario necesite la vivienda permanente para sí o sus familiares en primer grado de consanguinidad (o por adopción) o para su cónyuge en los supuestos de sentencia firme de separación, divorcio o nulidad matrimonial.

En este caso, según la legislación vigente, el propietario tiene derecho a recuperar su vivienda, sin embargo, el motivo debe estar "debidamente fundamentado y documentado", asevera la inmobiliaria.

Por tanto, el propietario deberá notificar al inquilino con antelación suficiente y presentar pruebas claras de su necesidad legítima, ya que en caso contrario, se deberán respetar los derechos del inquilino y seguir los procedimientos legales establecidos. La inmobiliaria es contundente: "esta causa solo puede ser aplicada en casos excepcionales y no puede ser utilizada como una excusa para desalojar al inquilino sin justificación válida".

¿Puede el casero alquilarlo de nuevo?

En el caso de que el desalojo se haya producido por un incumplimiento de las obligaciones, el casero tendrá derecho a buscar un nuevo inquilino para el piso.

No obstante, si se ha producido porque el propietario necesita la vivienda, no podrá alquilarla de nuevo inmediatamente. "Deberá cumplir con los plazos y requisitos legales establecidos por la ley para poder recuperar la posesión del piso. En cualquier caso, es recomendable buscar asesoramiento legal para conocer tus derechos y obligaciones en caso de ser desalojado de tu piso de alquiler", sentencia donpiso.