
Ahorro
¿Por qué gastas más dinero del que deberías? Hay una explicación científica
La creencia popular sugiere que un mayor sueldo resolverá todos los problemas económicos, pero la realidad muestra una tendencia sorprendente

La búsqueda de una mejor situación económica es una aspiración común, se asocia el aumento de ingresos con mayor estabilidad y el fin de preocupaciones financieras.
Sin embargo, la relación entre ingresos y gastos no es sencilla, existe un fenómeno constatado: al aumentar los recursos, también lo hacen los desembolsos.
Este comportamiento, lejos de ser capricho, se basa en factores psicológicos, sociales y contextuales que moldean nuestras decisiones financieras, a menudo inconscientes.
La psicología que impulsa el consumo
Uno de los motores, según apuntan desde El Blog Salmón, es la adaptación hedónica. La satisfacción inicial por un logro se desvanece, incitando a nuevos desembolsos. Brickman y Campbell (1971) explicaron cómo la naturaleza humana impulsa a buscar siempre más allá, tras una meta, surge insatisfacción, empujándonos a desear más.
La "contabilidad mental", de Richard Thaler (Nobel, 1999), es clave. El valor del dinero varía según su origen, relajando la gestión si no proviene de esfuerzo. Premios de lotería o herencias son ejemplos, pues el dinero que "fácil viene, fácil se va". La ausencia de vínculo con el esfuerzo disipa rápidamente esos fondos.
Además, con más capital, la actitud se relaja, se deja de escudriñar cada céntimo, permitiendo pequeños caprichos o productos de mayor calidad, sin calcular su impacto. Un incremento de ingresos suele aparejar un cambio de "nivel de vida", lo que conlleva un mayor coste general (un piso más grande eleva gastos, un coche potente, su consumo). El contexto social también influye, un ascenso puede inducir cambio de vecindario o colegio, alterando círculo y expectativas.
Estudios de Japelli y Pistaferri señalan que, en hogares modestos, el aumento de renta implica un gasto proporcionalmente mayor. Las familias habituadas a privaciones destinan ingresos a bienes necesarios: alimentos saludables, ropa duradera...
Por otro lado, tener una cultura financiera limitada (uno de los pilares fundamentales de la estabilidad financiera del hogar) puede, además, conllevar a un menor ahorro.
En definitiva, un sueldo más elevado es importante, pero no la solución mágica para el ahorro. Disciplina doméstica y conciencia sobre patrones de consumo son pilares esenciales para evitar que los ingresos se diluyan.
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