El cruce de informes de esta semana sobre las causas del apagón que dejó a oscuras la Península Ibérica el pasado 28 de abril ha desvelado detalles desconocidos hasta ahora. El más relevante, que la zona cero del «tsunami» eléctrico estaba desprotegida, contando con la mitad de megavatios en la retaguardia necesarios en caso de crisis. ´

Al margen de la depuración de responsabilidades y de que Beatriz Corredor, la presidenta de Red Eléctrica, haya descartado dimitir como el responsable final de la gestión y operación del sistema, y de la guerra desatada entre las grandes compañías, Iberdrola, Endesa y Naturgy, señaladas como únicas culpables por Corredor, con REE, a la que apuntan a su vez por operar de forma «temeraria y negligente», los dos informes conocidos hasta ahora ponen de manifiesto varias contradicciones que, según la propia ministra del ramo, Sara Aagesen, tuvieron «un impacto negativo» en el sistema.

El día previo al apagón REE aplicó las restricciones técnicas para la jornada del día 28 y programó 10 grupos para control dinámico de la tensión, repartidos por el territorio. «Estas 10 centrales no resultaron casadas, pero se solicitó por el operador del sistema que estuvieran disponibles a cambio de compensaciones económicas con la finalidad única de controlar tensión para absorber y generar energía reactiva», explicó Aagesen.

En concreto, para la solución de las restricciones técnicas para control dinámico de tensión REE programó que necesitaría para el 28 de abril 10 grupos térmicos (3 grupos nucleares y 7 ciclos combinados de gas) distribuidos por toda la Península: uno en la zona centro, zona suroeste (2), zona sureste (1), zona noroeste (1), zona norte (1), zona este (2), zona levante norte (1) y zona levante sur (1).

Sin embargo, una de las centrales térmicas programadas en la zona suroeste (Andalucía) se declaró «indisponible» en la tarde del día 27 (a las 19:47 horas, con duración hasta las 00:00 del 30/4), según detalla el informe del Comité de Expertos del Gobierno.

Como consecuencia, en la programación de restricciones técnicas en tiempo real, a las 20:36 horas, REE decide mantener acoplada una, que se programa de 0:00 h a 2:00 del 28 de abril por control de tensión en Andalucía (y entre las 8:00 y 9:00, por reserva).

«El operador REE decide reprogramar, pero no sustituir esa necesidad de ese parque térmico en las horas centrales del día 28. Decide proseguir con una previsión de recursos de control de tensión para las horas centrales del día inferiores a lo que había calculado a principios del día 27», remarcó la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico.

La cuestión es que solo corresponde a REE, a través del proceso de restricciones técnicas, garantizar cada día la disponibilidad de un número adecuado de centrales síncronas para mantener el equilibrio del sistema eléctrico en caso de ser necesario. Estos grupos de generación son la «retaguardia» del sistema y su disposición y número de efectivos deben ser los suficientes para salvaguardar la tensión.

Desprotección en la zona de colapso

El hecho, es que el día anterior al apagón, REE tenía previsto que Andalucía –la zona cero del colapso del 28– tuviera disponibles dos grupos síncronos. Pero al declararse indisponible uno el día previo, solo se mantuvo uno de esos grupos en alerta.

«Como resultado, tan solo un grupo de ciclo combinado quedó conectado para estabilizar toda la extensa zona de Andalucía, cuando el propio operador había previsto inicialmente dos. Este grupo representó solo el 3% de la generación en la zona donde se originó el colapso, y su capacidad de control de tensión era claramente insuficiente», explicaba la patronal eléctrica Aelec.

Durante la mañana del 28 de abril, el sistema eléctrico peninsular registró una «volatilidad en las tensiones» (subidas y bajas bruscas de la tensión), que diferentes agentes han calificado como atípicas, recoge el informe del Comité del Gobierno. Antes de las 12:00, se detectan hasta cinco oscilaciones de pequeña amplitud y reducido impacto, pero después del mediodía comienza lo que Aagesen calificó como «vaivén rítmico» de gran amplitud.

A las 12:03 se detecta la primera oscilación relevante con una frecuencia de 0,6 Hz y una amplitud de 70 mHz. Se amortigua en 4 minutos 42 segundos. Lo explicaba así Aagesen: «Los extremos del sistema europeo, España y Turquía, sufrimos más esas oscilaciones con mayor amplitud porque tenemos baja interconexión. Estas oscilaciones son peligrosas y pueden generar desconexiones del sistema. Son naturales, conocidas y frecuentes, pero la oscilación de las 12:03 es atípica. Tiene una frecuencia de 06 hercios, más alta, vibra más de lo normal. Es una oscilación de carácter local, aunque se ha detectado más allá de la frontera en Francia (Tavel, en contrafase con la registrada en la subestación de Carmona, Sevilla ) y Alemania (Friburgo), se puede situar su origen en la Península Ibérica. REE ha vinculado esta oscilación en una instalación específica y con un comportamiento anómalo de la misma».

Ante esta situación, toma medidas para amortiguar esas oscilaciones «que son eficaces, pero también tienen otros efectos», dijo la ministra. «En primer lugar, malló las redes. Ese cierre de circuitos ayuda a amortiguar, pero también contribuye a un aumento de tensión. En segundo lugar, reduce la exportación con Francia, lo que reduce la generación dentro de nuestras fronteras y si se reduce la generación tiene un impacto en la subida de tensiones”.

A estas alturas, REE ya estaba tratando de conseguir refuerzos para la zona cero. De hecho, según recoge el informe del Gobierno, desde las 12:18, "varios generadores confirman que en varios momentos se les solicitó disponibilidad y estimación de plazo de acoplamiento de grupos en la zona" sur. A las 12:19, llega el «tsunami»: una nueva oscilación «natural» de 0,2 Hz, pero amplitud tres veces mayor (hasta 200 mHz) sacude el sistema. «Se conectan otros dos circuitos de 400 kV que se se unen a los cinco conectados minutos antes y a los tres conectados antes de la oscilación de las 12:03».

"Mayday"

Las medidas adoptadas logran amortiguar la oscilación en 3 minutos y 20 segundos, pero tienen un efecto negativo sobre la tensión en el sistema.

Ante la gravedad de la situación y la necesidad de «acoplar más generación convencional» en la zona sur para controlar la tensión, a las 12:26 Red Eléctrica dio al fin con el titular de una central andaluza de generación térmica con capacidad de control de tensión por consigna para que arrancara de urgencia. El grupo seleccionado era el que se acoplaría más rápido, en 1 hora y 30 minutos, dado que «estaba caliente» por haber desacoplado a las 9:00 horas. Pero el apagón llegó sin remedio mucho antes de las 14:00 horas en el que debía acoplarse al sistema.

Apenas siete minutos después de que se diera la orden de arranque, a las 12:33 horas, llega la «fase de colapso». La desconexión iba en cadena, con una «bajada de las frecuencias y la pérdida del sincronismo con Europa a través de la interconexión con Francia». El apagón llega en cinco segundos. La escalada de sobretensión era tal que solo se habría podido contener con una capacidad «enorme» de regular tensión. «Precisamente, eso era lo que faltaba en el sistema, capacidad de regular tensión», reconoció Aagesen.