
Mercado inmobiliario
Sergio Gutiérrez, analista inmobiliario: "La gran diferencia con la crisis de la vivienda del 2008 es..."
En el tercer trimestre de 2025, el alquiler aumentó un 10,9 % interanual y la vivienda en propiedad subió un 17 %, alcanzando los niveles más altos en los últimos veinte años

La crisis de la vivienda en España ha alcanzado niveles alarmantes durante el tercer trimestre del año, cuando los alquileres se han disparado un 10,9 % respecto al mismo período de 2024 y la compraventa ha registrado un incremento del 17 %. Según los datos tomados, estas subidas representan máximos no vistos en dos décadas, lo que evidencia que el desequilibrio entre oferta y demanda es más acuciante que nunca. Los precios del metro cuadrado han escalado en regiones donde ni siquiera la mejora de las condiciones hipotecarias alcanza para compensar la presión del mercado inmobiliario.
Este escenario se agrava cuando se cruza con las condiciones socioeconómicas de la población española. España sigue siendo el país de la Unión Europea con la tasa de desempleo más alta, la única nación con un porcentaje de paro por encima del dígito único. Además el desempleo juvenil se mantiene en torno al 23 %. Mientras tanto la tasa de paro en la eurozona se sitúa en el 6,3 % y en el conjunto de la UE en el 5,9 %. Estas cifras indican que una parte significativa de la población, especialmente los jóvenes, enfrenta dificultades crecientes para acceder a un empleo estable con ingresos que les permitan asumir los elevados costes del alquiler o la compra.
El cruce entre precios inalcanzables y una elevada tasa de paro dibuja un panorama de exclusión para muchos hogares. Aquellos que cuentan con ingresos precarios se ven obligados a destinar una proporción cada vez mayor de su salario al alquiler, renunciando a otros bienes y servicios esenciales. Los jóvenes pueden retrasar su emancipación o permanecer en hogares familiares durante más años. Las familias con menores recursos corren el riesgo de ser desplazadas hacia zonas periféricas más asequibles, incrementando la desigualdad territorial. En consecuencia la vivienda se convierte no solo en un bien de consumo sino en un factor decisivo de cohesión social y estabilidad económica, con implicaciones directas para el bienestar del país.
Un experto analiza la crisis de la vivienda
El analista inmobiliario y experto en el mercado de la vivienda, Sergio Gutiérrez, dado a conocer en redes sociales por sus consejos sobre el estado del sector, expone las aristas que se ciernen sobre esta situación en su comparecencia en El programa de Ana Rosa. Para ello, tomó como referencia la ciudad condal con el fin de entender como repercute esta problemática en las grandes ciudades españolas. "No solo no han bajado sino que están subiendo. Está en una situación realmente crítica", explica en relación al precio de la vivienda en Barcelona.
Por un lado se en la inoperancia de las medidas aplicadas como solución. "Desde que se declararon las zonas tensionadas, los precios no han dejado de subir y los propietarios, el problema que tienen, es que están cansados de la inseguridad jurídica y tienen miedo a la inquiokupación", agrega haciendo referencia a las limitaciones de rentas. En este sentido, la oferta cada vez es menor por el miedo de los propietarios a entrar en el mercado de renta mensual. Por ende, la regulación ha tomado el rumbo contrario al buscado inicialmente y una habitación en el centro de la ciudad, tal y como indica, puede llegar a costar más de 1.000 euros, lo que hace inasumible la estancia con un sueldo base de 1.500 euros.
"Lo peor de todo no es solo que suben sino que es que ya no hay", agrega. De este modo, la emancipación se contempla como algo imposible, dejando como última opción el abandono de los jóvenes de las grandes ciudades a zonas menos frecuentadas o la emigración a otro país. Porque en realidad la única forma que parece ser viable recoge la importancia de vivir en pareja, dependiendo de los dos sueldos para subsistir. "Es absolutamente imposible. Como mucho podrían juntarse dos personas y así alquilar la vivienda", afirma.
La diferencia con la burbuja inmobiliaria de 2008
Pese a las comparaciones superficiales que se establecen con el impacto negativo más significativo del mercado de la vivienda en España, es decir, lo sucedido con la burbuja inmobiliaria, Gutierrez aclara que la situación actual es mucho más desesperanzadora. "La gran diferencia con la crisis de la vivienda del 2008 es que allí si ibas a alquilar un piso, lo alquilabas porque los precios eran razonables. Ahora no puedes ni alquilar ni comprar porque los precios son una barbaridad", sentencia. Todo esto se suma a lo comentado al principio del artículo, donde se demuestra que en un tiempo cercano el precio de la vivienda de la actualidad reinará en los índices de máximos históricos con una amplia diferencia.
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