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Serra salva su gestión al frente de Caixa Catalunya

El exministros destacó que sugirió la creación de un banco malo en 2008 que no se tuvo en cuenta

El expresidente de CatalunyaCaixa y exvicepresidente del Gobierno Narcís Serra
El expresidente de CatalunyaCaixa y exvicepresidente del Gobierno Narcís Serralarazon

El exministro Narcís Serra ha dicho en el Cogreso que "sobrevaloramos la fortaleza de nuestra economía y también nuestro sistema financiero".

Narcís Serra, presidente de Caixa Catalunya entre marzo de 2005 y noviembre de 2010, defendió ayer su gestión al frente de la entidad financiera y sin acusar a nadie de forma directa de la quiebra de la entidad financiera, dejó entrever que sus intentos por rectificar el rumbo de la caja manifestados ante la Diputación Provincial de Barcelona (entidad fundadora), y el Gobierno de la Generalitat (año 2006), y al propio Banco de España (2007) no fueron tenidos en cuenta. Ayer, en su comparecencia ante la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera de España constituida en el Congreso de los Diputados, Serra reconoció que durante la crisis «sobrevaloramos la fortaleza de nuestra economía y de nuestro sistema financiero y minusvaloramos sus debilidades».

Lo más sorprendente de su primera intervención fue cuando hizo referencia a la organización de cursos para reforzar la capacidad de análisis de los miembros del consejo de administración, una de las carencias comunes en la gobernanza de las cajas de ahorros durante aquellos años. «Este plan consistía en sesiones de dos horas, antes de los consejos mensuales, que se centraron en explicar las partidas del balance y de la cuenta de resultados, así como de las ratios clave para un diagnóstico de la situación financiera. A todas las sesiones asistió la práctica totalidad del Consejo».

La culpa fue del ladrillo

El exvicepresidente del Gobierno con Felipe González comentó durante su primera intervención que al poco de entrar en la caja se dio cuenta del escaso rendimiento de las actividades financieras propiamente dichas y que la cuenta de resultados se mantenía fundamentalmente por los resultados extraordinarios. Y ahí es donde aparece Procam, el grupo de empresas inmobiliarias de Caixa Catalunya, que llegó a ser la cuarta promotora inmobiliaria dentro de la tercera caja de ahorros de España. «Llegó a suponer el 60% de los beneficios de la caja; fue útil, pero acabó convirtiéndose en una problema que acabó aplastando a la propia caja».

Serra fue criticado por su perfil político, una situación que se repetía en la práctica totalidad de las cajas de ahorros españolas. ¿Qué experiencia financiera tenía usted, le preguntaron. «Mire, cuando se es alcalde de Barcelona, se llega al cargo cuando la ciudad ingresa la mitad de lo que gasta y se va uno de él con equilibrio financiero, entonces se puede presidir cualquier caja».

La fusión de las tres cajas que dieron lugar a Catalunya Caixa (la entidad que presidió Serra, más las cajas de Tarragona y Manresa) «fue una imposición del Banco de España, pero no creo que fuera una decisión equivocada». La realidad sin embargo es que su intervención ha tenido un coste para las arcas públicas de 12.700 millones de euros, «el mayor desastre financiero de esta crisis», como lo calificó el diputado del Grupo Popular, Miguel Ángel Paniagua.

«Si hubiera sido rescatada en las condiciones en que se rescató Bankia creo que hoy estaría devolviendo las ayudas públicas. Pero se optó por una venta rápida (a BBVA) a un precio de 350 millones de euros. Sólo los inmuebles que eran propiedad de la entidad tenían más valor de lo que se pagó», concluyó Serra.

El exministro de Defensa dejó la presidencia de la caja en noviembre de 2010, con unas pérdidas de 3.150 millones de euros, de los que 2.160 millones (el 68,57%) correspondían a los negocios inmobiliarios, según reconoció el propio Banco de España.