Economía

Sostenibilidad y competitividad, el futuro de la empresa europea

La Fundación SERES explica en la Oficina del Parlamento Europeo cómo construir una empresa más sostenible y comprometida socialmente

De izq. a drcha, María Andrés, directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España; Fernando Ruiz, presidente de Fundación SERES; Ana Sainz, directora general de Fundación SERES; Asunción Soriano, CEO Global de Atrevia y Beatriz Corredor, presidenta de Redeia.
De izq. a drcha, María Andrés, directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España; Fernando Ruiz, presidente de Fundación SERES; Ana Sainz, directora general de Fundación SERES; Asunción Soriano, CEO Global de Atrevia y Beatriz Corredor, presidenta de Redeia.Archivo

En colaboración con la Oficina del Parlamento Europeo en España, la Fundación SERES organizó una jornada sobre cómo construir una empresa más sostenible y comprometida socialmente. El evento tuvo lugar en la sede de la Oficina del Parlamento Europeo en España. En un mundo cada vez más complejo e interconectado, la Unión Europea se enfrenta a retos globales que son difíciles de afrontar en solitario. La legislación de la UE aborda la mayoría de las prioridades: las políticas sociales, la economía, la migración y los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG). Sin embargo, el salto cualitativo se ha producido a partir de la pandemia de la COVID-19, con una demanda relevante de acción por parte de todos los actores, incluidas las empresas, que han realizado un gran esfuerzo en este sentido. Además, la sociedad ha demandado este compromiso de forma permanente.

Durante el encuentro, Ana Sainz, directora de la Fundación SERES, destacó la labor de la fundación, que durante 15 años ha apoyado la transformación de las organizaciones hacia un modelo de empresa responsable y sostenible. «Nuestro empeño todo este tiempo ha residido en garantizar la visión estratégica de los proyectos y posicionar las actuaciones sociales como iniciativas fundamentales en las organizaciones, capaces de ofrecer valor para la empresa y para la sociedad. Porque no hay futuro sin empresas gestionadas con responsabilidad. Insistimos en esa conexión entre el progreso económico y el progreso social: una suma de valor social y valor empresarial», manifestó. Con la transición hacia una economía verde, la igualdad de género y la cohesión territorial y social, es crucial definir el papel de todos los agentes de cambio y desarrollar un plan de trabajo conjunto que permita la colaboración público-privada para avanzar hacia una economía digital, sostenible y resiliente. Ofrecer una respuesta a la altura de este desafío pasa por evaluar el valor adicional de los criterios ESG y ser capaces de medirlo, continuó Sainz.

María Andrés, directora de la Oficina del Parlamento Europeo en España, añadió que «la regulación en sostenibilidad ayudará a las empresas europeas a ser más competitivas. También fortalecerá los derechos de nuestros consumidores europeos y de los consumidores de fuera de la UE. Es el llamado ‘‘efecto Bruselas’’, por el cual la regulación europea obliga a las empresas a adaptar sus bienes y servicios en clave verde, beneficiando a todos los potenciales usuarios, dentro y fuera de los 27. El efecto contra el cambio climático es exponencial».

Andrés subrayó que el mercado interno de la UE, con sus millones de consumidores, es la ventaja competitiva más importante para las empresas. También mencionó que «la reforma del mercado único será una de las prioridades de la próxima legislatura», como lo demuestran los informes del exprimer ministro Enrico Letta y de Mario Draghi, que proponen una hoja de ruta a favor de la relocalización de recursos, la innovación y más ayudas del Estado con fondos europeos.

Lo público y privado

Durante la mesa redonda moderada por Fernando Ruiz, presidente de la Fundación SERES, Beatriz Corredor, presidenta de Redeia, lamentó que «el sector público considera que el privado pone demasiado el foco en los beneficios y el privado considera que el sector público pone demasiado poco foco en la eficiencia. Es el momento de superar estos prejuicios. Que no haya rentabilidad económica sin rentabilidad social es nuestro leitmotiv. Tenemos que lograr que nuestra cuenta de resultados sea totalmente correspondiente y corresponsable con la cuenta de resultados social. Pasamos de la antigua responsabilidad social corporativa a lo que ahora se llama transformación social competitiva, una evolución del capitalismo ético y de la relación con los grupos de interés, que nos convierte en socios de la sociedad en la que impactamos y supone una manera muy distinta de dirigir las empresas».

Corredor remarcó que España es un país atractivo desde el punto de vista industrial porque su energía es limpia, constante y asequible, lo que la diferencia de otros países europeos. «Nos coloca en una situación de liderazgo, con la posibilidad de ser la cabeza de Europa. España es el claro ejemplo de que es posible ser competitivos y sostenibles», concluyó. Por último, Asun Soriano, CEO Global de Atrevia, incidió en la importancia que tiene el ser consistentes con el propósito que se persigue. «La sociedad no nos pide que seamos perfectos; nos pide que seamos transparentes. Las empresas tenemos un rol inequívoco como actor social», concluyó Soriano.