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El sueño de Ferrovial en EE UU: cotizar en el índice Rusell

Los constructora ha sido pionera y corre el riesgo, como decían en la propia compañía, de los pioneros «a los que se comían los indios», unos indios que, en este caso, no están en territorio inexplorado, sino en La Moncloa

Caseta de obra de la constructora Ferrovial
Caseta de obra de la constructora FerrovialJavier Fdez-LargoLa Razón

Félix Lope de Vega (1562-1635) publicó en 1618 la comedia palatina «El perro del hortelano», la historia de Diana y Teodoro y Marcela y Fabio. El «Fénix de los ingenios» partió de la expresión idiomática «ser como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer», que ahora podría aplicarse al Gobierno de Sánchez y su intento de queFerrovial no se traslade a Holanda para, desde allí, poder cotizar en Wall Street. El inquilino de la Moncloa ha creído encontrar la enésima bandera populista en su rechazo al cambio de sede de una constructora española, pero en la que el 95% de su valor de mercado está fuera de España. La operación podría haber pasado sin pena ni gloria, con un mínimo alboroto, pero el presidente y su equipo creyeron que el proyecto de la empresa minaba la imagen del país como un lugar apropiado para los negocios y la llegada de nuevas

inversiones.

El objetivo último de Ferrovial y de su presidente Rafael del Pino, tan opinable como legítimo, es que la compañía cotice en Estados Unidos, entre otras cosas, para que parezca más americana, algo que facilita el acceso a contratos. Los responsables de la constructora también reconocen que un sueño sería que entrara a formar parte del índice Russell 2000, creado en 1984 por la Frank Russell Company, y que agrupa a las 2.000 principales empresas de mediana y pequeña capitalización. Entrar en ese índice, en la práctica, garantiza el acceso a una financiación inimaginable en España y también en Europa, con la que desarrollar nuevos proyectos.

Sánchez esgrime la bandera de la defensa de la españolidad de Ferrovial, pero si impide o torpedea –nunca se puede menospreciar el poder del BOE– el traslado a Holanda, perjudicará a una multinacional española sin obtener más beneficio que el populista, además de –ahora sí– poner en peligro la imagen de España como un buen lugar para los negocios. Ferrovial ha sido pionera y corre el riesgo, como decían en la propia compañía, de los pioneros «a los que se comían los indios», unos indios que, en este caso, no están en territorio inexplorado, sino en casa, y dedicados a la tarea estéril de no comer ni tampoco dejar comer, como reza la expresión que inspiró a Lope.