
Industria ferroviaria
Talgo advierte a Renfe de que la compañía corre peligro si no le perdona la penalización de 116 millones por los retrasos del Avril
El presidente del fabricante pide al operador que atienda a las peticiones que ha hecho sobre la actualización de precios por la subida de los materiales

El presidente de Talgo, Carlos Palacio, ha pedido por carta al presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, "abordar" las penalizaciones de esta compañía al fabricante, porque "el escenario actual no satisface a los bancos y afecta directamente a los esquemas de financiación que estamos analizando".
El texto de la misiva de Palacio, a la que ha tenido acceso Efe, comienza diciendo "quiero trasladarte mi enorme preocupación por la situación de Talgo" y añade que "no procede" la aplicación de las penalizaciones, de 116,6 millones de euros impuesta por Renfe a Talgo por los retrasos de más de dos años en la entrega de los trenes Avril.
Concluye la carta, firmada este jueves, pidiendo una "rápida solución a los desequilibrios en el trato que se le da a Talgo" para que pueda ser "la puerta de salida al bloqueo que ahora sufrimos y que pude ahogar el futuro de muchas familias en Talgo y en sus proveedores, además de acabar con la historia de una empresa industrial y tecnológica española de vanguardia".
El presidente afirma que "es necesario resolver las reclamaciones que os hemos presentado durante los últimos años (...) Sólo si llegamos a un acuerdo de forma rápida, podemos retirar y renunciar a las acciones legales correspondientes".
Actualización
Estas reclamaciones de Talgo se refieren a la actualización que exigen de los precios de productos servidos por el fabricante por el fuerte aumento de la inflación desde la pandemia y a la aplicación de un "autodescuento" por parte de la operadora ferroviaria pública, que alegó que los trenes que pidió eran iguales, "cuando la realidad demostrable es que no fue así".
Según esta argumentación, los contratos de otros fabricantes se vieron actualizados (por la subida de precios) y no ocurrió lo mismo con Talgo argumentando que no se trataba de un servicio público al ser un tren de alta velocidad, y, por tanto, comercial.
Señala que los Talgo 102/112 se usan también para trayectos de media distancia y que hay trenes en los que Renfe reserva un número de plazas de viajeros para cubrir determinados trayectos reservados a operaciones de servicio público "sin que se estén viendo favorecidos por los beneficios que reciben otros trenes con prestaciones similares".
En la dana -continúa- se usaron trenes 'Pato' para llevar aparatos e instrumentos para ayudar a la Comunidad Valenciana, en la pandemia se prepararon trenes medicalizados e ir a Galicia en alta velocidad "podría interpretarse como un servicio público".
En relación con el "autodescuento" que se aplicó Renfe, asegura que los trenes del contrato de los Avril "no son iguales" porque la operadora pública ha solicitado modificaciones que han dado lugar a cuatro tipos de trenes distintos: de ancho fijo, de ancho variable, Avlo y AVE. Eso significa que el proceso que se debe seguir para certificar y homologar los trenes tuvo que ser adaptado y corregido para conseguir la autorización de cada una de esas cuatro variantes, con el consiguiente incremento de costes, según Talgo.
Además de estas dos reclamaciones, Palacio añade que está pendiente de resolver el coste asociado a los trenes de rodadura desplazable que es "sin duda, más alto".
Tras estas explicaciones, Palacio afirma que "se habla mucho de que Talgo es una empresa española y estratégica", por lo que insta a Renfe y al Ministerio de Transportes a que le den el mismo trato que a otras empresas españolas, como CAF, y a europeas como Stadler y Alstom.
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