La compañía logra un beneficio de 1.600 millones y reduce su deuda en 3.706 millones.

Telefónica exhibe músculo. La compañía de telecomunicaciones cerró los seis primeros meses del año con un beneficio de 1.600 millones de euros, un 28,9% superior al del mismo periodo de 2016. Tal es la confianza que tiene la multinacional en su negocio que su presidente, José María Álvarez-Pallete, aseguró ayer que «la fortaleza y mejores tendencias del negocio en la primera mitad del año y el buen posicionamiento para seguir capturando crecimiento sostenible en los próximos trimestres nos permiten revisar al alza nuestros objetivos para el ejercicio 2017». Su previsión en febrero era que sus ingresos se mantuvieran estables. Ahora, espera un crecimiento en sus ventas del 1,5%.

Los resultados semestrales de Telefónica se han caracterizado por un «crecimiento generalizado de las principales variables, los avances en el proceso de transformación de la compañía y la reducción de la deuda financiera del grupo», según explicó la firma en una nota. La base de clientes del grupo se situó en 346,2 millones, con un crecimiento de sus clientes LTE (4G) de 1,6 veces, de los accesos de contrato móvil (5%) y de los smartphones (19%). En términos económicos, una de las palancas fundamentales de su mejora fueron los ingresos por datos móviles. En el segundo trimestre avanzaron un 17,8%, aumentado su peso sobre los ingresos de servicio móvil en 6 puntos porcentuales, hasta el 60%. La facturación total del grupo en el periodo enero-junio alcanzó los 26.901 millones, un 3,4% superior a la de 2016. Los gastos por operaciones apenas aumentaron un 1,2% en el mismo periodo. Consecuencia de ambas variables, el beneficio bruto –ebitda– de Telefónica alcanzó los 8.179 millones de euros, un 5,5% superior al del ejercicio pasado. El margen alcanzó el 31,3%, mejorando en 0,6 puntos porcentuales.

Por mercados, España ha vuelto a arrebatar a Brasil la condición de primer mercado de la operadora, a pesar de que los ingresos cayeron un 2,3%, hasta los 6.226 millones. O2, su filial británica, facturó 3.208 millones, un 7,4% menos que en el mismo periodo de 2016 por el impacto de la libra, aunque en términos orgánicos, los ingresos crecieron un 2,3%. En Alemania, la compañía ha entrado en pérdidas. Hispanoamérica –donde está presente en Argentina, Chile, Perú, Colombia y México, entre otros países–, volvió a confirmarse como el motor de la compañía, con unos ingresos de 6.419 millones, un 6,7% más que en 2016. De entre todos los países americanos destacó Brasil, donde Telefónica incrementó sus ingreso casi un 22%. La firma se ha mostrado abierta a analizar posibles adquisiciones en el sector de las telecomunicaciones en caso «de que tengan sentido y creen valor», aseguró Ángel Vilá en su primera conferencia con analistas tras su designación como nuevo consejero delegado esta semana.

Telefónica siguió en la primera mitad de año mejorando uno de los aspectos que más preocupan a los inversores, su deuda. Su pasivo se situó en 48.487 millones de euros a cierre de junio, lo que supone una reducción de 3.706 millones con respecto al cierre del primer semestre de 2016. Si se incluye el cierre de la venta de Telxius, su filial de infraestructuras, la reducción alcanzaría los 4.981 millones de euros. En febrero pasado, Telefónica anunció un acuerdo para vender el 40% de Telxius al fondo de capital riesgo KKR por 1.275 millones, tras frustrarse su plan inicial de una salida parcial a Bolsa.