Meteorología
El mar arde: no sólo el Mediterráneo, el Cantábrico también se calienta
Estas temperaturas pueden tener consecuencias muy graves a todos los niveles
No solo el mar Mediterráneo está sufriendo temperaturas extremas. El Cantábrico también está sufriendo una ola de calor marina con anomalías térmicas de hasta 5ºC por encima de lo normal, alcanzando valores históricos, según datos de eltiempo.es.
El mar Mediterráneo, especialmente en zonas como Baleares y Valencia, ha batido temperaturas récord para junio y comienzos de julio. La boya de Dragonera alcanzó 30.99ºC el 1 de julio, superando su récord absoluto de agosto de 2024 (31.87ºC). La temperatura media en el mar Balear el 6 de julio fue de 28,04ºC, lo que supone una anomalía de +4,63ºC, una temperatura más propia del mes de agosto.
Pero estas altísimas temperaturas de la superficie del mar no sólo se han quedado en aguas de Baleares, la boya de Valencia registró el día 30 de junio 27,82ºC, y anteriormente no se habían superado los 27ºC en un mes de junio. En julio, el día 4 ya se han alcanzado los 28,92ºC.
Todas las boyas españolas del Mediterráneo registraron máximas históricas para junio, con anomalías puntuales superiores a +7ºC en las costas del sur de Francia. Los datos a nivel local en estaciones centenarias indican que, probablemente, sea el junio más cálido en el conjunto nacional en más de 100 años.
Pero las costas del Cantábrico también están sufriendo un calentamiento récord. Según el portal meteorológico, el 30 de junio se marcaron récords en las boyas de Bilbao-Vizcaya con 23.93ºC y en Villano-Sisargas con 19.99ºC. También la boya de Cabo de Peñas registró un récord para un mes de junio con 20.97ºC el día 27.
Las temperaturas han continuado subiendo en el Cantábrico: la boya de Bilbao-Vizcaya marcó 24.45ºC el día 5 de julio y la boya de Gijón con 20.1ºC registrados el 2 de julio. Estas temperaturas también suponen unas anomalías entre 4.5ºC y 5ºC por encima de lo normal en el Cantábrico oriental.
¿Qué consecuencias tendrá?
Aunque la previsión apunta a que la temperatura superficial de nuestras cosas tendrá algunos descensos en los próximos días, esto no quiere decir que las temperaturas vayan a ser bajas. En las costas mediterráneas españolas las temperaturas seguirán por encima de los 28-30ºC, y en el Cantábrico oriental, entre los 22 y 24ºC. Además, los picos de temperatura de la superficie del mar suelen registrarse entre agosto y septiembre, por lo que aún no se puede estimar qué temperaturas máximas alcanzaremos este año.
Estas elevadas temperaturas tienen innumerables consecuencias, tanto atmosféricas como ecológicas, económicas y para la salud. Por un lado, se ve alterado el efecto regulador del mar sobre las temperaturas costeras, lo que favorece un aumento de las noches tropicales y ecuatoriales, noches en las que el termómetro no baja de los 20 o incluso 25 °C, especialmente en zonas próximas al litoral.
Por otro, una mayor temperatura del mar incrementa la humedad que se libera a la atmósfera, lo que, en condiciones propicias, puede alimentar tormentas más intensas y violentas. En el plano ecológico, la vida marina también puede verse seriamente afectada. El calentamiento del agua puede provocar la migración de especies e incluso la mortalidad de algunas, lo que conlleva también a pérdidas económicas en el sector pesquero.
El mar Mediterráneo, uno de los más afectados por el cambio climático a nivel global, es particularmente vulnerable a estas olas de calor marinas. Desde 1982, su frecuencia se ha duplicado, situando a esta región como un punto crítico del calentamiento global en Europa.