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Contaminación
¿Qué es la lluvia ácida, por qué se produce y cuáles son sus efectos?
El equilibrio en el ciclo del agua es fundamental para el mantenimiento de la vida
En el colegio aprendimos que el ciclo del agua o ciclo hidrológico es el proceso natural de transformación y circulación que sufre el agua del planeta, pasando del estado líquido de los ríos y los mares al estado gaseoso, para luego pasar de nuevo al estado líquido a través de las lluvias. Una parte de este agua se filtra a través de la superficie terrestre y alcanza la capa freática, mientras otra parte sustancial de este líquido se desplaza por la superficie a través de los ríos, etc.
El equilibrio en el ciclo de transformación del agua es fundamental para el mantenimiento de la vida. Sin embargo, los seres humanos tenemos mucho impacto en nuestro entorno y nuestro ecosistema. En los últimos 200 años, el genio humano ha conseguido cosas maravillosas. Pero la más espectacular de todas ellas es la construcción de un entramado productivo que ha permitido conectar, alimentar y proteger a miles de millones de personas.
Ahora bien, este milagro económico tiene un precio. Los procesos industriales y productivos que mantienen nuestros coches en marcha, nuestra nevera llena y nuestros hospitales en funcionamiento demandan un gran consumo de energía. Y una de las fuentes de energía más utilizamos es la quema de combustibles fósiles. Es algo que tiene mucho sentido desde el punto de vista económico, pero no tanto desde el punto de vista ecológico.
Una de las consecuencias más desconocidas de la contaminación atmosférica es la lluvia ácida. La quema de combustibles fósiles libera dióxido de azufre (SO2). Y cuando este compuesto químico entra en contacto con el oxígeno y con otros elementos del aire, se transforma en ácido sulfúrico y ácido nítrico. Estos ácidos vuelven a la superficie terrestre en forma de precipitaciones, lo que provoca la acidificación del suelo. Un desastre ecológico de primera magnitud.
Es importante mencionar que la acción humana no es el único agente que participa de la lluvia ácida. Las erupciones volcánicas, los incendios, los relámpagos, los terremotos, así como otros procesos naturales, también producen dióxido de azufre. Pero claro, esto ocurre en mucha menor medida.
En cualquiera de los casos, lo que es importante entender es que la acidificación del medio ambiente puede tener un impacto devastador en la biodiversidad, de bosques y océanos, pero también sobre el patrimonio histórico y cultural y, sobre todo, puede tener un impacto enorme sobre la salud de los seres vivos que habitamos el planeta.
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