Trucos para evitar que las polillas se coman tu ropa con la llegada del calor

Empieza a entrar el calor, así que decides retirar todos los chaquetones, abrigos, sudaderas y pantalones de invierno y darle la bienvenida al buen tiempo. Cuando vas a sacar las prendas de verano del armario para estar más fresquito, descubres que tus piezas favoritas están llenas de agujeros. ¿Te ha pasado?

Alguno de estos boquetes pueden deberse al desgaste de la tela o a algún enganchón con las perchas y salientes afilados, pero casi con seguridad que la mayoría de ellos han sido culpa de un ataque por parte de las polillas.

Los insectos culpables de acabar con las prendas

Estos pequeños seres alados a veces incluyen en su dieta camisetas, calcetines y otras telas, y por culpa de la "Ley de Murphy", suele suceder que acaban siendo las prendas favoritas.

Existen dos especies de polillas más comunes que constituyen las principales culpables en la destrucción de la ropa, la "Tineola bisselliella" y la "Tinea pellionella". Esta primera raza de insecto es originaria de África, y se cree que no fue hasta principios del siglo XIX que llegó a suelo europeo.

Se distinguen por sus alas de color marrón o pardo dorado, miden por lo general en torno a ocho milímetros de largo y tienen una esperanza de vida de no más de tres meses. La verdadera amenaza la constituye la velocidad a la que se reproducen.

Una hembra de esta especie de polilla puede llegar a poner más de 100 huevos de una sola vez, y las altas temperaturas aceleran su crecimiento. Con el frío de invierno, su eclosión puede llegar a retrasarse hasta casi un mes, mientras que el calor del verano hace que las larvas tarden en nacer entre cinco y diez días, dispuestas a infestar las casas y armarios.

Por qué las polillas se comen la ropa

Estas larvas necesitan mucho alimento para crecer lo suficiente y acumular la energía necesaria para realizar la metamorfosis, de la que saldrán transformadas en polillas adultas.

Cuando salen de su crisálida, muchas especies de polillas expulsan una cantidad desorbitada de excrementos en forma líquida en comparación con su volumen corporal, y a que se le conoce con el nombre de "meconio".

El principal alimento de las polilla en estado de larva o gusano es la queratina, una proteína estructural presente en multitud de materiales que se usan para fabricar la ropa: pieles animales, plumas, lada, seda...

Pero lo cierto es que algunas fibras vegetales como el algodón o tejidos sintéticos como el poliéster tampoco se encuentran a salvo del ataque de estos voraces insectos. Si estos materiales están combinados con alguna fibra que contenga queratina, también lo incluirán en su dieta. Por eso resulta tan importante comprobar la composición de las prendas antes de comprarlas.

Cómo evitar que las polillas se coman la ropa

Existen multitud de remedios para mantener a las polillas y sus larvas alejadas de nuestras queridas prendas de ropa, tanto artificiales como naturales, y alguno de ellos se lleva utilizando de manera tradicional durante siglos.

En el mercado se venden cantidad de antipolillas industriales para colocar dentro de los armarios dentro de un cajón o colgando de la barra del perchero. Algunos contienen sustancias insecticidas, mientras que otros simplemente las espantan por el olor.

Sin embargo, se recomienda el uso de repelentes naturales, ya que algunos de estos compuestos químicos puede llegar a resultar nocivo, y constituye un peligro si lo agarran los más pequeños de la casa. Hace no demasiados años, por ejemplo, se utilizaban bolsitas con naftalina, hasta que se descubrió la toxicidad de este compuesto para el humano.

Algunos de los factores que más ayudan a la proliferación de las polillas y sus larvas son la humedad, el calor y la falta de ventilación. Por ello, se recomienda airear las prendas y el armario de vez en cuando, así como secar muy bien la ropa antes de guardarla y procurar que el lugar donde se guarde sea seco.

Además, el polvo que se acumula dentro de los armarios suele ser muy atrayente para estos bichos. Al estar formado por piel muerta, suciedad y materia desprendida de la ropa, es el alimento perfecto para las polillas. Por eso se debe aspirar recurrentemente el polvo de los armarios (y del resto de la casa).

Igualmente, se deben mantener las alfombras y telas del sofá limpias, para evitar que se acumule sudor, pelos o restos de alimentos, para que no constituyan un espacio perfecto para que las polillas adultas pongan sus huevos y comiencen a alimentarse y expandirse.

Un buen remedio natural y tradicional para mantener a las polillas alejadas de los armarios de la ropa es colocar lavanda seca dentro de saquitos de tela entre la ropa, ya que su olor suele repeler a esta clase de insectos.

Otras especias aromáticas, como el laurel, el tomillo, el romero o los clavos de olor también espantan a estos bichos devoradores de tejidos. El eucalipto es otro de los enemigos de las polillas.

Otros remedios naturales pueden ser la piel de frutas cítricas (limones, naranjas, pomelos...) o el aceite de cedro, que se vende en cómodos pulverizadores para su fácil aplicación.