Elecciones Generales 2016

C’s mantiene como afiliados a militantes que se han dado de baja

Muchos de ellos siguen recibiendo sus cuotas e información corporativa tras la renuncia

A las bandejas de correo de quienes han desistido de abonar sus cuotas siguen llegando comunicados y convocatorias que sólo deberían ser para quienes están al corriente de pago con el partido
A las bandejas de correo de quienes han desistido de abonar sus cuotas siguen llegando comunicados y convocatorias que sólo deberían ser para quienes están al corriente de pago con el partidolarazon

Muchos de ellos siguen recibiendo sus cuotas e información corporativa tras la renuncia

Afiliados de Ciudadanos que han pedido su baja desde hace al menos ocho meses siguen recibiendo los cargos bancarios y la información corporativa del partido, pese a haber solicitado su marcha e incluso haber devuelto los recibos de su cuota de forma sistemática. Los estatutos del partido naranja obligan a la baja «automática» a los seis meses de impago, pero es una situación que este periódico ha podido comprobar en la provincia de Valladolid –donde alrededor del 50% de la militancia no sería tal– y que afectaría a las nueve provincias de Castilla y León y también a nivel nacional, en cuyo caso las fuentes a las que ha accedido LA RAZÓN estiman en un tercio los miembros de Ciudadanos que han dado el paso para no seguir siéndolo con nulo resultado.

Hay ejemplos llevados al límite en una agrupación castellanoleonesa en la que hace más de un año que se están devolviendo recibos de la cuota de afiliado y también en Madrid, donde hay tres expulsados a los que se sigue girando el correspondiente adeudo, según el testimonio aportado por un tesorero de la formación naranja.

Se trata de una práctica irregular que significaría que no se ajustan a la realidad las cifras de militantes –un total de 32.514 en toda España a primeros de abril, según estiman fuentes del propio partido– o que Ciudadanos no cuenta con infraestructura suficiente para solventar con eficacia su burocracia interna, en la interpretación más benévola. Interpelado al respecto el partido, desde Organización señalaron a este diario que es «imposible» que un militante que haya pedido la baja al correo electrónico de afiliaciones pueda recibir las domiciliaciones durante un periodo de tiempo tan prolongado.

Esta anomalía permite además a la formación que lidera Albert Rivera seguir en contacto con quienes no desean ya militar en sus filas, a los que se sigue enviando información corporativa a través de un canal abierto con la militancia que deja abierta la puerta a una posible «repesca» para la causa naranja. Los renegados siguen así recibiendo en sus correos comunicados, convocatorias o, como en uno de los últimos envíos, la lista de los candidatos al Congreso y al Senado para el 26 de junio.

Es el caso de una (ex) afiliada de Ciudadanos que ha devuelto todas sus cuotas desde septiembre de 2015. Formaba parte de la Junta Directiva de C’s en Valladolid que dimitió en bloque –siete personas en total– el pasado mes de noviembre. Justo en ese momento decidió devolver el recibo en curso –el de ese mes y el de diciembre, pues son de carácter bimensual– pero también el anterior, correspondiente a septiembre y octubre. Todos por valor de 10 euros, el mínimo que se puede aportar.

Desencantados con el proyecto naranja, en su familia también optaron por darse de baja su marido y dos de sus hijas. A excepción de una de las jóvenes, todos han seguido recibiendo información del partido como si nada hubiera ocurrido. Desde la agrupación de Valladolid o bien desde la sede central en Barcelona. Y también las cuotas, pues el banco ha seguido cargando el adeudo correspondiente cada dos meses, lo que ha motivado una reiterada orden de devolución. Con tres recibos no satisfechos ya hay lugar para la expulsión. El primero devuelto, en octubre, corresponde a ese mes y al anterior.

Entre los correos llegados no falta información sobre actividades, carpas, reuniones y todo tipo de eventos del partido. Así, la ex de Ciudadanos y otros en su misma situación han recibido la reciente convocatoria para una reunión que hubo en la capital vallisoletana con la finalidad de preparar la campaña electoral para el 26-J. El «formato elegido» fue una «simulación de interpelaciones». En la nota se les pedía que llevaran afiliados y que contactaran con simpatizantes que sumar a la causa. En los últimos comunicados se les solicitaba ayuda para buscar «conductores para la furgoneta» de campaña, apoderados y que rebotaran mensajes de apoyo a Ciudadanos desde Twitter y Facebook con la etiqueta #CsTeam.

Hay situaciones idénticas que se remontan a más de medio año, cuando los estatutos de Ciudadanos establecen que a los seis meses de impago de las cuotas, la baja debe ser «automática». Fuentes de Organización de Ciudadanos reconocen que ése es efectivamente el plazo, pero que a día de hoy todos los informes de baja están tramitados y no hay nadie en la situación que se denuncia. Respecto a por qué los afectados siguen recibiendo información desde el partido, lo achacan a que se hayan dado de baja como afiliados pero no como simpatizantes. Pero la Ley de Protección de Datos prohíbe expresamente que se usen los datos de las listas de simpatizantes, y ése es precisamente el motivo por el que en esas comunicaciones se pide a los afiliados que contacten con los seguidores que conozcan.

En definitiva, todo aquel que esté recibiendo comunicados de Ciudadanos es porque tiene que estar dado de alta en la página de afiliados. Si los simpatizantes asisten a algún acto de partido es porque se han enterado en las agrupaciones o a través de las redes sociales, pero en ningún caso puede ser el propio partido quien contacte directamente con ellos.

«Intromisiones y falta de democracia»

Tenerife, Valencia, Cáceres, Badajoz, La Coruña, Santander, en menor medida en Cataluña, pero también en Aragón y en Madrid: los desencantados de C’s están por toda España. Parte de los casos los protagonizan miembros de la plataforma de opinión Movimiento Ciudadano Castilla y León, que engrosaron las filas de C’s en Pucela hace dos años con un centenar de personas –entre afiliados y simpatizantes– y han roto con el proyecto naranja por las «intromisiones, la falta de democracia», las «listas a dedo» y por «no cumplirse el ideario». Se sumaron «convencidos» del proyecto, pero renegaron al sentirse «engañados» por «un partido empeñado en hacer lo contrario de lo que dice su ideario». Son especialmente críticos con el incumplimiento del procedimiento de listas abiertas para elegir candidatos, pero también con la decisión de la supresión de las diputaciones.