CIBERSEGURIDAD

¿Por qué no sirven siempre funcionan las soluciones de ciberseguridad?

Para evitar este inconveniente, es necesario que se analice cada aspecto del sistema interno de la organización. Saber quiénes tienen acceso a la información en sus diferentes niveles, y otros datos relevantes

Hay varios factores que pueden hacer que una ciberseguridad no funcione.
Hay varios factores que pueden hacer que una ciberseguridad no funcione. UnplashUnplash

Cualquier sistema requiere de soluciones de ciberseguridad que mantenga íntegros sus datos. Algunas empresas protegen sus redes como método preventivo o porque recibieron un ataque recientemente, lo recomendable es no dejar ese tema a suertes. Así que, sobre todo las entidades que manejan información sensible o critica no deberían pensarlo mucho antes de invertir en protección digital. No obstante, hay ocasiones en las que esas soluciones no funcionan, conoce hoy los porqués.

¿Es posible que las soluciones de ciberseguridad no funcionen?

Más allá de un tema de efectividad de la propia solución contra ciberataques, se trata más bien de elegir la opción correcta. En ocasiones, que no funcione un sistema que se supone debe ofrecer un respaldo contra ataques, puede ser responsabilidad de quien lo ha contratado. Y es que, no siempre es tan fácil elegir entre la enorme cantidad de alternativas que hay en el mercado.

Para evitar este inconveniente, es necesario que se analice cada aspecto del sistema interno de la organización; saber quiénes tienen acceso a la información (en sus diferentes niveles) y más datos relevantes. Con estos detalles claros se podría personalizar la solución y obtener el producto que realmente necesitan y que puede ser efectivo.

El cliente no sabe lo que necesita

Una de las razones principales por las que un sistema de ciberseguridad “no funciona” en determinada empresa, es que no se ajusta a las necesidades reales. Si no tienen claro qué tipo de ataques pueden recibir, según los datos y dispositivos que tengan, esto puede desencadenar una mala escogencia de protección. Así pues, si se establecen tipos de usuario y qué información manejarán, y otro conjunto de asuntos, podrán tomar una mejor decisión.

No saber que es apenas un eslabón de la cadena de seguridad

Las soluciones de ciberseguridad funcionan para detener o prevenir ataques, pero, no debería ser la única estrategia de seguridad en las empresas. En otras palabras, no puede dejarse toda la responsabilidad de la integridad de la información de una empresa en solo un programa digital. Es importante que exista todo un protocolo de prevención y respuesta a problemas por parte de los diferentes departamentos.

Una solución de ciberseguridad efectiva debe integrarse con la cultura organizacional. Si no se alinea con los procesos y valores internos, su implementación puede encontrarse con resistencia y no ser efectiva. Previo a la contratación de un servicio de seguridad, y si no hay una clara estructura de la empresa, es oportuno hacerlo para que la inversión no sea al aire.

Servicios que finalmente no usan

Una empresa que desarrolla soluciones de ciberseguridad, debe apostar a que sus clientes están satisfechos con el producto. Sin embargo, hay vendedores que apuestan por la sobreventa: ofrecer tantos servicios puedan a un mismo cliente. Por otro lado, el cliente piensa que, mientras más servicios, mejor. Pero, la realidad es que no siempre será necesario comprar el sistema más ostentoso, sino uno personalizado.

Estar atados a contratos de soluciones poco efectivas

Por lo general, las empresas con sistemas robustos de seguridad firman contratos o pagan licencias. Pero si se hace una mala elección, pagan una cantidad de dinero mensual o anual por recursos inutilizados, lo que puede afectar su presupuesto. Y es que, si la situación se vuelve riesgosa, necesitarán contratar otra solución, lo que supone una nueva inversión.

La solución no se adapta a nuevas amenazas

Algunas soluciones de ciberseguridad pueden volverse obsoletas frente a las tácticas cambiantes de los ciberdelincuentes. La falta de actualizaciones y adaptabilidad, puede dejar a la empresa vulnerable a nuevas amenazas. Este es quizás uno de los aspectos de mayor importancia y por tanto uno de los primeros a validar; si no es capaz de adaptarse, no será de mucha ayuda a mediano o largo plazo. Así que será inservible y una mala inversión que lamentarán.

De manera que, todas las anteriores, o una sola de esas situaciones, pueden simbolizar un mal funcionamiento de la solución de ciberseguridad. Entonces, lo más recomendable es que los responsables de elegir un sistema de seguridad digital sepan discernir entre presupuesto, necesidades, requisitos y más. No es una decisión que se debe tomar a la ligera porque puede implicar gastos extras y malas experiencias.