Política

Audiencia Nacional

Procesado por blanqueo el tío de Al Asad: “En Siria era casi Dios”

La Audiencia quiere sentar en el banquillo al ex vicepresidente sirio Rifaat Al Asad por el supuesto blanqueo en España de 600 millones

Rifaat al Assad, el exiliado tío del presidente sirio, en su oficina de Marbella en 2005 durante una entrevista con Associated Press
Rifaat al Assad, el exiliado tío del presidente sirio, en su oficina de Marbella en 2005 durante una entrevista con Associated PresslarazonAssociated Press

Llegó a España en los años 80 sin ningún tipo de ingresos ni propiedades. Ni siquiera tenía dinero en el banco. Pero treinta años después, la Audiencia Nacional quiere sentar en el banquillo por el supuesto blanqueo de más de 600 millones de euros. Es Rifaat Al Asad, ex vicepresidente sirio y tío del actual presidente Bashar Al Asad, a quien el magistrado José de la Mata ha procesado, junto a otras trece personas –entre ellas ocho de sus hijos y dos de sus esposas– por liderar una presunta organización criminal que se habría dedicado a ocultar, transformar y blanquear en distintos países de Europa fondos ilícitamente «depredados» del Tesoro nacional sirio.

¿Quién es Rifaat Al Asad?

Nacido en Kurdaha (Siria) en agosto de 1937, ocupó distintos cargos cuando gobernaba el país su hermano Hafez, padre del actual presidente sirio. En esa época, según el ex general Adnan Alhwash, como responsable de las Brigadas de Defensa y de los servicios de Inteligencia «en Siria era casi Dios». En los años 80 se ganó el sobrenombre del «carnicero de Hama» por impulsar una sangrienta represión contra la población de esta provincia siria.
Pero en 1984 abandonó el país expulsado por su hermano, quien temía que impulsara un golpe de Estado. A partir de entonces se habría dedicado a ocultar y blanquear la multimillonarias cantidades detraídas del erario público sirio.

Pero no solo eso. El instructor de la causa sitúa el origen del dinero con el que la familia Al Asad acometió inversiones de cientos de millones de euros en «múltiples actividades delictivas», desde la extorsión y las amenazas hasta el contrabando y el expolio de riquezas arqueológicas pasando por la usurpación de inmuebles y el tráfico de drogas.

En la resolución en la que acuerda la medida, el magistrado destaca el alto tren de vida de la familia Al Asad, solo al alcance de «personas multimillonarias». Además de tres embarcaciones, el juez destaca la compra de un avión privado Boeing 727, así como de varios vehículos blindados y de alta gama.

De la Mata acuerda ahora continuar el procedimiento contra los 14 investigados por delitos de asociación ilícita u organización criminal y blanqueo de capitales. El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional asegura en el auto que al marcharse de Siria en 1984 Rifaat Al Asad se concertó con su hermano, el entonces presidente del país, Hafez Al Asad, para «esquilmar» el Tesoro nacional, llevándose consigo alrededor de 300 millones de dólares. De ellos, 200 se «disimularon en gastos de presidencia, de los presupuestos oficiales sirios» y otros 100 millones los obtuvieron «aumentando la deuda pública siria mediante un préstamo concedido por Libia, préstamo que se camufló entre las transacciones económicas entre los dos países, aumentando las importaciones desde este país».

«Nunca he tenido nada»

Pese a que a su llegada a España, entre los años 1986-1988, la familia Al Asad «no poseía ningún tipo de ingresos en este país», subraya el instructor, a partir de entonces «se produjo un desproporcionado incremento de bienes inmobiliarios y mobiliarios a lo largo y ancho de todo el mundo, y muy especialmente en nuestro país». Y eso que el propio Rifaat al Asad afirmó en su declaración «que no tenía ninguna propiedad en Siria, no tenía dinero en bancos sirios y ni siquiera tenía una cuenta bancaria a su nombre». Según explicó el ex dirigente sirio «su familia era una tribu muy grande que tenía terrenos agrícolas y arbóreos» que finalmente fueron puestos a nombre de su padre, de quien los heredó junto a su hermano Hafez, si bien «los decidió ceder a las familias que los tenían ocupados». «Nunca he tenido nada», insistió.

Aunque oficialmente Rifaat Al Asad carece de propiedades en España, las primeras adquisiciones de los Asad en nuestro país se sitúan en 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. Durante estos años, el dinero presuntamente malversado de Siria lo fue invirtiendo en inmuebles y negocios en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís, por ejemplo, adquirió una finca de 33 millones de metros cuadrados. La investigación judicial le atribuye la propiedad en España de 507 inmuebles por valor de 695 millones. Y lo hizo, según la investigación, parapetándose «tras administradores fiduciarios y miembros de su familia, no apareciendo prácticamente nunca como titular directo de bien alguno».

En España, Rifaat Al Assad -investigado también en Suiza por crímenes de lesa humanidad- habría ocultado su patrimonio con una apariencia legal a nombre de diferentes sociedades administradas por sus ocho hijos y por dos de sus esposas. De la Mata considera que esas inversiones multimillonarias, realizadas con la más absoluta opacidad y valiéndose de una estructura de cientos de sociedades pantalla, carecen de justificación. La red de propiedades de Rifaat al Assad incluye jurisdicciones como Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey, Guernsey y Reino Unido, donde posee, entre otras, la residencia privada más grande después del Palacio de Buckingham.

El juez no se cree que, como mantiene la familia Al Asad, sus bienes procedan de regalos de la familia real de Arabia Saudí.