Coronavirus

Estado de alarma

A prisión por saltarse el cierre fronterizo del estado de alarma y embestir a varios agentes

En su huida, dos ciudadanos alemanes sortearon varios puestos de control policial a gran velocidad e hirieron a tres agentes de la Guardia Civil

La epidemia de coronavirus (COVID-19) prosigue la escalada prevista en la tercera jornada del estado de alarma
Control fronterizo a la salida del túnel de Somport (Huesca), que une España y Francia, durante el estado de alarmaJAVIER BLASCOEFE

Una juez de Huesca ha acordado la prisión provisional de dos ciudadanos de nacionalidad alemana por saltarse varios controles policiales encargados de garantizar el cierre de fronteras establecido en el marco del decreto de alarma por el coronavirus, embistiendo a una patrulla y a varios agentes y causando heridas leves a tres guardias civiles.

La persecución del vehículo, un BMW 325CI, se prolongó cerca de 80 kilómetros entre las localidades de Canfranc y Nueno y durante la misma el copiloto llegó a arrojar botellas de agua y cajas a dos agentes motorizados del destacamento de Tráfico de Jaca “con la clara intención de hacerlos caer”.

Los dos ocupantes del vehículo ya habían intentado entrar en España 48 horas antes por el paso de la Junquera, donde se les denegó la entrada. La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Huesca imputa a la conductora un delito de conducción temeraria, así como de atentado y desobediencia grave a agente de la autoridad, delitos estos dos últimos que también atribuye a su compañero.

Los hechos se produjeron la tarde del pasado sábado cuando en un control fronterizo de la Policía en Canfranc, a la altura del kilómetro 666 de la N-330 los agentes vieron llegar a un turismo de matrícula alemana que acababa de pasar la frontera francoespañola en Somport. Aunque circulaba a velocidad moderada, al llegar a su altura aceleró “súbitamente”, sorteando el control y dándose a la fuga “a gran velocidad”, según consta en el atestado policial.

Alertada la Guardia Civil de Jaca, tres patrullas localizaron al vehículo a la entrada de la localidad y comenzaron a seguirlo por la autovía A-23, una persecución a la que se suma poco después una pareja de agentes motorizados. Durante la misma, el copiloto intenta hacerles perder el equilibrio arrojándoles los objetos reseñados y la conductora “realiza una conducción manifiestamente temeraria, con continuas invasiones del carril contrario, adelantamientos antirreglamentarios y desprecio total a las normas de tráfico”.

En la rotonda de entrada al municipio de Sabiñánigo, la Guardia Civil había establecido un control para detener a los fugados, cruzando incluso un vehículo en la carretera, pero el turismo embistió a un patrulla y los agentes casi fueron atropellados.

Ya en pleno puerto de Monrepós, los agentes consiguen adelantar al vehículo y hacerlo frenar. Sin embargo, este vuelve a embestir a la patrulla y un guardia civil se ve obligado a efectuar dos disparos que impactan en la rueda derecha del turismo.

Pese a todo, el vehículo reemprendió su huida en dirección a Huesca, “perdiendo pocos metros después el neumático delantero derecho”, hasta que a la altura de la localidad de Nueno, en el kilómetro 373 de la A-23, la conductora perdió el control del coche saliéndose de la vía y chocando contra el guardarraíl.

“Había consumido vodka”

Los dos ocupantes del vehículo -en cuyo interior los agentes hallaron a su nombre dos documentos de denegación de entrada en la frontera expedidos por la Policía el pasado día 19 en el paso de la Junquera- fueron trasladados al hospital San Jorge de la capital oscense con heridas leves. Ambos fueron dados de alta de madrugada, cuando fueron detenidos, tras tomar a la conductora muestras de sangre y orina para su posterior análisis, por orden de la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Huesca. En su declaración ante el juez, la mujer manifestó que “antes de conducir había consumido vodka”, tal y como consta en el auto de prisión.

La magistrada acordó la prisión provisional de ambos, que considera “justificada” por la gravedad de las penas a las que se enfrentan, para evitar “la comisión de otros delitos de la misma naturaleza” y, sobre todo, ante el “evidente” riesgo de fuga“atendiendo a que los investigados no tienen domicilio conocido en España”.

Jorge Piedrafita, abogado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC). que ejerce la acusación particular en el procedimiento en defensa de los tres agentes lesionados, considera que la conducta de los imputados -para quien solicitó la prisión provisional- puso “en grave riesgo” su vida ante un comportamiento con el que “de forma consciente no solo quebrantaron las prohibiciones del estado de alarma sino que de forma dolosa y peligrosa pusieron en riesgo a todos los ciudadanos que circulaban por una vía de montaña al provocar una persecución a más de 200 kilómetros por hora”. “Lesionar y poner en riesgo la vida de los agentes no puede salir gratis y tendrá la respuesta más dura por parte de la AEGC”, asegura el letrado, que ensalza la actuación “muy profesional” de los guardias civiles, que actuaron “con ponderación, congruencias y proporcionalidad”.