El partido mariposa

Hace tres meses, C’s suscribía con el PP una coalición para comparecer unidos en las elecciones del País Vasco, finalmente suspendidas. Ahora es el socio externo del Gobierno social-comunista de Sánchez e Iglesias, para prorrogar por cuarta vez el estado de alarma, y abiertos a una quinta, si conviniera. Al Gobierno, claro.

En las elecciones autonómicas catalanas de 2017, C’s recogió –con Arrimadas al frente– gran parte del voto de centro derecha no nacionalista, ganando los comicios por primera vez un partido constitucionalista. La gestión realizada de esa victoria les llevó a ser superados en Cataluña, en dos años escasos, por el PP y Vox en las últimas elecciones generales, y a pasar en seis meses de 57 a 10 diputados a nivel nacional. Este resumen define lo que esta formación significa en el panorama político español. Ahora va camino de extinguirse y quiere aprovechar la escasa vida que le queda. Afirman que actúan como un partido bisagra, pactando con la derecha y la izquierda, a conveniencia. Un amigo mío lo define como «partido mariposa», pues en el jardín político nacional revolotea de flor en flor, sin saber bien dónde posarse. Su último vuelo supera los anteriores, pues hay que reconocer el mérito de que un partido liberal y firmemente comprometido con la defensa de España y su Constitución acabe siendo el báculo de Sánchez e Iglesias. Este ha alabado su conversión en una derecha «razonable y moderada». Kafkiana metamorfosis de la mariposa.