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La tasa a la grandes fortunas que pide Podemos: sustituirá al Impuesto de Patrimonio y sin bonificación autonómica

El Gobierno rechaza la propuesta y apuesta por un aumento de la presión fiscal a las rentas más elevadas a través del IRPF

Populismo fiscal que lleva al rescate
Populismo fiscal que lleva al rescateMariscalEFE

Una de las medidas que el grupo parlamentario de Unidas Podemos llevará a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica consiste en la implantación de un impuesto a las grandes fortunas. Una “Tasa Covid” que buscaría, según la formación de Pablo Iglesias, recaudar, en combinación con otras figuras impositivas, 11.000 millones de euros, lo que equivale a un 1% del PIB.

La propuesta que llevará Podemos a la mesa de reconstrucción, tal y como confirman fuentes de este partido a LA RAZÓN, será la de que este Impuesto a las Grandes Fortunas sustituya al actual Impuesto de Patrimonio, “afectando a los patrimonios superiores a un millón de euros y de forma progresiva, de forma que la mayor parte del impuesto recaiga sobre los 1.000 patrimonios más altos”.

En ese cómputo, según recoge esta propuesta, quedaría exenta la vivienda habitual hasta 400.000 euros. Se aplicaría un 2% para patrimonios netos a partir de un millón de euros. A partir de esa cantidad, se establecerían otros tres tramos con un recargo de medio punto progresivo en función del patrimonio: un 2,5% a partir de los 10 millones de euros; un 3% a partir de los 50 millones; y un 3,5% a partir de los 100 millones. Además de sustituir al actual impuesto de patrimonio, la propuesta de Unidas Podemos recoge que no podrá bonificarse por las comunidades autónomas, es decir, que su aplicación sería común a todas las regiones.

Los de Iglesias justifican la implantación de un Impuesto a las Grandes Fortunas en el hecho de que “el aumento de la desigualdad de la renta que se produjo durante la década anterior en España se ha traducido también en una fuerte concentración de la riqueza”. Y eso, según su análisis, ha supuesto que “el 1% de la población con mayor patrimonio acapara una cuarta parte de la riqueza del país, mientras que el 20% más pobre solo posee el 0,1% de la riqueza”.

La propuesta, sin embargo, no cuenta de momento con el aval del Gobierno. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero ha descartado respaldar un impuesto específico destinado a agravar a las grandes fortunas y ha mostrado su preferencia por, en vez de impulsar “una figura expresa”, desarrollar las reformas fiscales previstas en el acuerdo de coalición suscrito por la formación morada, entre ellas una subida de impuestos a las rentas más elevadas a través del IRPF, o una reforma del impuesto de sociedades. De esta manera, el Gobierno insiste en desarrollar durante la legislatura una fiscalidad “justa y progresiva”, por la que “los que más tienen más aporten”. Así, la intención del Gobierno es la de establecer un tipo efectivo mínimo del 15% en el Impuesto de Sociedades y “otras categorías fiscales en las que seguir trabajando sin necesidad que haya ninguna figura expresa”.