Policía Nacional
El yihadista detenido en Madrid acumulaba datos para cometer atropellos masivos
Se había rapado la cabeza, dejado su trabajo, se dedicaba por completo a Daesh y manejaba tutoriales de explosivos
Se había afeitado la cabeza (propio de radicalización salafista); había dejado su trabajo; tenía videos de atentados, en especial uno del perpetrado, mediante atropello masivo, en Niza; manejaba tutoriales de explosivos. Demasiados elementos para que la Policía Nacional, a través de la Comisaría General de Información (CGI), haya procedido a la detención de un súbdito marroquí, residente en Guadalix de la Sierra (Madrid) y que el juez le haya mandado a prisión. Antes de radicalizarse, era un vulgar “chorizo”.
Según han informado a LA RAZÓN fuentes de conocedoras del asunto, hasta el momento sólo se ha analizado un 10% de la información que tenía en distintos aparatos telemáticos, en los que no se han encontrado por ahora objetivos concretos para atentar. Mostraba un especial odio hacia Israel y Estados Unidos, de acuerdo con las nuevas directrices de Daesh, expresadas a través de su portavoz, Abu Hamza, en el sentido de perpetrar acciones criminales contra intereses de estas naciones. Mantenía contactos con otros yihadistas (ya había jurado lealtad al “califa” del Isis, se le ha encontrado la fórmula utilizada) que viven en otros países, en especial en Irak y Siria. El detenido ha sido acusado de pertenencia a organización terrorista, auto adoctrinamiento y auto capacitación (por los manuales que se había descargado).
Las pesquisas comenzaron cuando los agentes especializados en la lucha contra el terrorismo detectaron la presencia de una persona que estaba haciendo un uso intenso de las redes sociales con el propósito de visualizar y difundir material de contenido yihadista. Tras el control de sus actividades, los investigadores verificaron que había asumido la estrategia virtual de Daesh. Interiorizaba los postulados de la organización terrorista mediante un proceso de auto adoctrinamiento y difusión masiva de sus contenidos a través de Internet. Además, se pudo constatar la posesión de numeroso material yihadista, incluyendo vídeos sobre entrenamientos en campos militares y testimonios de mártires.
Los agentes comprobaron también que guardaba escrupulosas medidas de seguridad en los mundos físico y virtual para evitar ser detectado por los servicios policiales; utilizaba diversos perfiles falsos en redes sociales y plataformas de mensajería instantánea de alta confidencialidad, que le permitían estar en contacto directo con terroristas de Daesh que se encuentran combatiendo en Siria.
Se consideraba “hijo del Estado Islámico” y, en los últimos meses, se había centrado de manera exclusiva en su actividad radical, con una gran agresividad de sus mensajes propios de los seguidores de la doctrina “salafista-yihadista”. Entre las publicaciones que había publicado en sus redes sociales, destacan las relacionadas con la pandemia provocada por el coronavirus, en las que el detenido se mofaba de las numerosas víctimas mortales; mostraba deseando la propagación del virus y afirmando que se trataba de “un castigo de Alá”.
Su creciente peligrosidad, junto con las amenazas proferidas en redes sociales contra nuestro país y otras naciones, como Israel y EE.UU, precipitaron su detención; se ha neutralizado, de esta manera, una seria amenaza para la Seguridad Nacional.
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