Pablo Iglesias

«Naturalizar» el insulto

Pablo Iglesias tiene muchos y serios frentes que atender que ensombrecen su horizonte.
Pablo Iglesias tiene muchos y serios frentes que atender que ensombrecen su horizonte.EUROPA PRESS/E. Parra. POOLEuropa Press

El vicepresidente Iglesias sostiene que «hay que naturalizar los insultos a los periodistas» (sic), y lo hace en comparecencia desde la sala de prensa de Moncloa tras el Consejo de ministros; es decir, con toda la solemnidad propia de una declaración institucional.

Al margen de la curiosa manera de calificar esta conducta, resulta patético que lo progresista sea dar carta de naturaleza al insulto a los periodistas y, por tanto, «normalizar» la mala educación y la falta de respeto. No es difícil imaginar que, dada la sutil línea que puede separar al insulto de la injuria y la calumnia, asistamos en breve a un auténtico oscurecimiento del lenguaje.

No pudiendo pues dialogar con respeto y buenas maneras -conceptos que carecen de sentido ante esa pretendida «naturalización»-, me temo que la comunicación interpersonal quede reducida a la nada. Y si además se abre la veda para linchar al periodista crítico, la convivencia se hace imposible. Al menos, la civilizada.

El peligro es que de la violencia verbal así «normalizada» a la violencia física, solo hay un paso. No sería utópico que, a estas alturas, se pidiera también una «naturalización» de la violencia física en forma de «jarabe de palo democrático», vistos los precedentes audiovisuales al respecto conservados en las hemerotecas.

Es irresponsable, como poco, que desde el Gobierno se impulse la degradación de la ya muy herida convivencia. Y que haya que recordar que sin prensa libre, no hay democracia.