Coronavirus
Problema de Estado
El espectáculo en el que se ha convertido la vuelta al colegio es un reflejo de la situación política que padecemos en España. Que Iglesias critique públicamente la ausencia de liderazgo de la ministra de Educación, lo dice todo. Tras un curso escolar perdido, y con graves problemas para los padres que no han estado en condiciones de compatibilizar su asistencia al trabajo –e incluso teletrabajar– con la estancia de los hijos en casa, el Gobierno está desaparecido ante esta insólita situación.
Para intentar justificar el retraso en la adopción de medidas, en primavera se afirmó que la epidemia había pillado desprevenido al Gobierno y, desde entonces y tras la desescalada, ha estado de vacaciones durante ¡tres semanas! sin preparar ninguna solución. Este Gobierno suspende en gestión antes incluso de haberse iniciado el curso escolar.
Es inadmisible calificar esta dejación de responsabilidades como «cogobernanza», si por tal se quiere expresar una coordinación dirigida por el Gobierno de la Nación, con responsabilidades de gestión compartida con los gobiernos autonómicos. Lo que reina es la desorganización, el descontrol y la incertidumbre, por no decir la anarquía.
Y lo que está en juego es demasiado importante como para permitir la frivolidad de que tras 20 días de vacaciones, la solución sea ofrecer 17 estados de alarma a la carta, defendidos en el Congreso por Sánchez y los respectivos presidentes autonómicos. Esto ya no es un problema de Gobierno, sino un grave problema de Estado.
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