Gibraltar

Picardo prepara el Peñón para cerrar la Verja el 31 de diciembre y hacer frente a la peor crisis de su historia

Control de pasaportes, límite de estancias a 90 días y otras medidas podrían estrangular la economía del paraíso fiscal británico... si no les salva Sánchez antes de fin de año

Ambiente en Gibraltar un dia antes de la entrada oficial del BrexitAduanas© Alberto R. Roldan MADRID 31/01/2020
Ambiente en Gibraltar un dia antes de la entrada oficial del BrexitAduanas© Alberto R. Roldan MADRID 31/01/2020larazonLa Razon

Al mismo tiempo que avanzan las negociaciones técnicas entre Reino Unido y Asuntos Exteriores para determinar cuál será la relación futura entre Gibraltar y España, la administración local liderada por Fabian Picardo se prepara para lo que podría convertirse en la peor crisis a la que la colonia ha tenido que hacer frente en sus más de 3 siglos de existencia.

En una serie de notas técnicas que han ido emanando en las últimas semanas de Convent Place, Picardo ha ido preparando a los gibraltareños para lo que se avecina:

  • sellado de pasaportes al entrar o salir del Peñón
  • escaneado de documentos con arreglo al Sistema de Información de Schengen (SIS)
  • límite de estancia de 90 días en cualquier período de 180 días
  • posibilidad de interrogar a los nacionales de terceros países sobre el motivo de su entrada en Schengen
  • posibilidad de comprobar que los nacionales de terceros países disponen de medios de subsistencia durante su estancia en Schengen
  • la aplicación, a partir de 2022, del sistema de autorización previa de viaje ETIAS, la versión europea del ESTA de Estados Unidos.

En definitiva: una batería de impedimentos en la Verja que podrían suponer el estrangulamiento del peculiar ecosistema económico de este paraíso fiscal británico.

En palabras del propio ministro principal: «El status quo (lo que tenemos hoy en día) no es una opción y el Gobierno considera que es importante que la opinión pública y cada uno de los ciudadanos a título individual comprendan estas posibles consecuencias y cambios y empiecen a planificar en consecuencia sus propios asuntos personales si incluyen la necesidad de desplazamiento transfronterizo». Así de claro habló Picardo en septiembre cuando fue publicada la primera de las comunicaciones para concienciar a los gibraltareños de los cambios que se avecinan cuando el próximo 31 de diciembre acabe definitivamente el periodo transitorio.

La última de estas notas técnicas ha sido publicada esta misma semana y versa sobre los cambios que se producirán en los servicios financieros que prestan las entidades con sede en el Peñón y sobre la prohibición de introducir en España determinados alimentos. Es pertinente recordar que buena parte de las multinacionales del juego online que operaban desde Gibraltar están trasladando sus cuarteles generales a Malta para seguir disfrutando de acceso sin cortapisas a los mercados europeos, circunstancia que ha sometido a la economía del Peñón a más tensiones todavía.

Solo una cosa puede convertir esta tormenta perfecta en un sueño hecho realidad para Picardo y los poderosos bufetes de abogados que controlan la colonia: cerrar con el Gobierno español un acuerdo que garantice la fluidez en la Verja aunque sea a costa de consagrar una situación de competencia desleal entre el Campo de Gibraltar y el Peñón, dependiente de mano de obra barata y cautiva proveniente de una de las comarcas mas deprimidas económicamente de España a la que sigue sin llegar las tan necesarias inversiones.

Mientras tanto, las negociaciones transcurren tras un velo de opacidad insólito entre Exteriores y una delegación británica a la que se suman las autoridades locales gibraltareñas. Una fuente diplomática española filtró a la agencia Reuters recientemente que las conversaciones para evitar una «frontera dura» con Gibraltar se encontraban estancadas «por falta de voluntad política» de Londres. La misma fuente aseguró que el gobierno español esta empeñado en crear una «zona de prosperidad común» –expresión tradicional de la parte británica desde hace años que ha sido completamente asumida por el departamento liderado por Arancha González Laya– pero que para que ésta se materialice es necesario un acuerdo completo post Brexit entre Londres y Bruselas, un acuerdo que aun está en el aire a menos de dos meses de la finalización del periodo transitorio el próximo 31 de diciembre.

Mientras, desde Gibraltar, se asegura que las negociaciones continúan con una actitud «constructiva» por ambas partes y que «nos encontramos en un momento clave». En medios diplomáticos españoles existe la inquietud de que el actual Gobierno conceda un estatus irreversible a Gibraltar que lesione la reivindicación histórica de España en referencia a la soberanía del Peñón y que, de este modo, se imposibilite el despegue económico de una región incapaz de competir empresarialmente con un enclave «dopado» fiscalmente.

Mientras, el Gobierno de Boris Johnson sigue haciendo demostraciones de músculo militar en la región. Se da la circunstancia de que durante el último tramo de las negociaciones entre España y Reino Unido se ha producido un continuado goteo de vistas al Peñón de importantes mandos del ejército y la armada británica. Entre ellos cabe destacar, desde mediados de septiembre al general Patrick Sanders, comandante del mando estratégico del Reino Unido, el almirante de flora Jerry Kyd, y el ministro para las Fuerzas Armadas James Heappey.

No sólo se han producido visitas de altos cargos militares británicos sino también ejercicios militares como «Gibraltar Strike», que tuvo lugar el pasado 23 de septiembre y que, según una nota de prensa de la Armada Real británica «incluyó la práctica del salto con cuerda desde helicópteros y entrenamiento de combate urbano haciendo uso de las instalaciones del Peñón al tiempo que los Royal Marines continúan su transición a la Futura Fuerza de Comandos».