Terrorismo
Los proetarras se quejan de que Troitiño no ha sido puesto en libertad
Muestran su “hartazgo” contra la Audiencia Nacional y contra la política penitenciaria que no comprendn que “edstamos en otro tiempo”
Medios proetarras se quejan, pese a los beneficios que se le hanconcedido, que el pistolero Antonio Troitiño Arranz continúa en la prisión de Estremera, “15 días después de que la Audiencia Nacional dictara el auto por el que se decretaba su salida de la misma, en aplicación del tercer grado, con motivo de la enfermedad grave que padece”, según se indica en la página de Etxerat, la asociación que reúne a lamayoría de los familiares de los terroristas.
Aseguran que durante este tiempo, “ha sido trasladado hasta en cuatro ocasiones al hospital para recibir sesiones de quimioterapia, en condiciones muy adversas, toda vez que su familia ha viajado dos veces a la prisión con intención de volver con él a casa, cosa que no no han podido hacer los últimos 15 días, ya que, por efecto del laberinto burocrático de la Audiencia Nacional española (AN), hasta el pasado viernes, 22 de enero, no se declaró la firmeza del auto dictado el pasado 11 de enero”.
“Pese a la firmeza del auto, el preso vasco no pudo abandonar el pasado viernes de inmediato la cárcel para poder ser tratado de su dolencia con dignidad y garantías y en la cercanía con los suyos. Un informe de Instituciones Penitenciarias propuso aplicar a Troitiño la libertad condicional, en lugar del 3º grado. Fiscalía y juez no decidieron el viernes al respecto, lo que motivó que el preso aquejado de una grave enfermedad continúe en prisión. Desconocemos cuando será liberado”.
Llama la atención que desde Etxerat se muestre el “hartazgo por la ausencia de criterios y prácticas planteadas desde el respeto a la dignidad de las personas en casos de presos con enfermedades y dolencias graves, detrás de quienes, además, hay siempre familias. Estamos ya en otro tiempo, y el final de la política penitenciaria de excepción, más allá de la desactivación total del alejamiento y de otras medidas de excepción en los casos de los presos vascos, debe asimismo evolucionar hacia posiciones respetuosas con los derechos de los presos y hacia una dignificación de sus condiciones de vida”.
Aseguran, sin hacer ninguna referencia a las víctimas del terrorismo, que “estamos ya en otro tiempo, y el final de la política penitenciaria de excepción, más allá de la desactivación total del alejamiento y de otras medidas de excepción en los casos de los presos vascos, debe asimismo evolucionar hacia una dignificación de sus condiciones de vida. No podemos obviar que las largas condenas, junto al ya señalado déficit asistencial, provocan un rápido deterioro de la salud”.
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